jueves, 29 de septiembre de 2011

MONASTERIO DE LA ASUNCION DE SANTA MARIA “MONJAS BENEDICTINAS” RENGO – CHILE

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Publicado por Raúl Delongaro Paredes el 8 de septiembre de 2010 a las 7:15 pm
Hola mis queridos amigos de España e Internautas de nuestro mundo;

MONJAS BENEDICTINAS MONASTERIO DE LA ASUNCION DE SANTA MARIA – RENGO VI REGION

“RESEÑA HISTORICA Y TESTIGOS DE LA INDEPENDENCIA DE CHILE DE RENGO - 1810 – 2010″



La antigua Estancia de Apaltas se sitúa en el Valle Central de la República de Chile, dentro de la Parroquia de Rengo, dependientes de la Diócesis de Rancagua. Desde mediados del Siglo XVII hasta finales del Siglo XVIII perteneció a la familia de Mendoza, quien dio su nombre a las casas hasta nuestros dias.

La arquitectura de los edificios ha sufrido diversas alteraciones. Consta que el ala N con la torre, construcción de adobe y madera. La Iglesia actual de de 1770. El Torreón es de cuatro plantas de sólida construcción en adobe y madera. La iglesia, ejemplar típico de la arquitectura rural del centro de Chile, está provista de retablos de clara inspiración en los hechos de los jesuitas bávaros, pero ya con elementos neoclásicos.

A finales del Siglo XIX se establecen en este lugar los PP Agustinos de la Asunción, de quienes pasa a la actual Comunidad de Monjas Benedictinas, el cual es hoy habitado por el Monasterio fundado el 08 de Abril de 1983, por el Monasterio de San Pelayo de Oviedo España que cuenta con más de mil años de historia ininterrumpida.

La vida dentro del claustro del Monasterio, es realizada en el equilibrio del trabajo y la oración. Una pequeña hospedería, le permite acoger al huésped que desea participar de la liturgia y unos dias de encuentro consigo mismo y con Dios en el silencio.

El Taller de ornamentos litúrgicos, el Taller de Arte Sagrado y la Edición de Estampas y Tarjetas es la base de trabajo del que viven las monjas. La oración litúrgica jalona la jornada y la eucaristía diaria es la cumbre de toda la vida en el Monasterio.

En el Oficio divino, en la “lectio” o en el trabajo, las monjas se unen a los gozos y esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres, o sus hermanos.

Durante la Independencia, la casa aloja frecuentemente a los hermanos Carrera, parientes por varias lineas de los propietarios ; Don Bernardo O”Higgins, acampa en ellas el dia 29 de Septiembre de 1814, estando allí sube al Torreón para observar a las Fuerzas del Ejército Real, posteriormente es el Arzobispo Valdivieso, primo de los propietarios.

ALGO MAS……!!!

Apaltas significa (temblor) en Mapuche, su límite al norte Río Cachapoal y por el Sur el Rio Claro, esta Estancia fue arrendada durante 13 años y mucho antes estuvo alli el General Pedro Gisbert, por otra parte cabe precisar, que Don Miguel y Manuel Matias eran hijos de Don Silvestre Fernández Valdivieso y Arbizu, natural de Lima, Corregidor de Atacama avecindado en el Convictorio de San Francisco Javier, Y el Colegio de San Miguel de los Jesuitas, en aquellos tiempos la mejor educación era en Santiago, egresando en 1760 y pasó a trabajar con su hermano en Apaltas, que fue arrendada por este el 17 de Octubre Alcalde de Santiago en 1779 y desde Enero siguiente Procurador (Sindico) Alistándose en el Regimiento de Milicias de Caballería de la vecina San Fernando, siendo ascendido al grado de Coronel hasta su retiro en Septiembre de 1810, casado con doña María Dolores Vargas Verdugo, prima del Prócer de la Independencia Don José Miguel Carrera, simpatiza con el Movimiento Separatista y figura su nombre entre los firmantes de Reglamento Constitucional de 1812.

En este lugar en 1791, se aloja el célebre arquitecto romano Don Joaquin Toesca, según consta que fue el dia 02 de Diciembre de 1792, aqui mismo las casas reciben al Presidente del Reino Don Ambrosio O”Higgins, según documentación de aquellos tiempos el 09 de Febrero de 1795.

Otros personajes importantes visitaron este bello lugar de Apaltas, El Botánico Don Luis Nee, Miembro de la Expedición Científica de Alejandro Malaspina según lo indica el diario el 1° de Abril de 1797, alli se hospeda Don Tomás O”Higgins, sobrino del Virrey, de regreso de su importante visita al Sur del Reino.

Durante la Independencia, las casas alojan frecuentemente a los Hermanos Carrera, tal como lo señalara, eran parientes por linea de los propietarios, alli sube al Torreón Don Bernardo O”Higgins para observar los movimientos del Ejército Real y el 13 de Julio de 1828 el Coronel Guillermo de Vie Tupper al dirigirse a sofocar la sublevación estallada en San Fernando, en contra del Presidente Francisco Antonio Pinto, posteriormente es visitado todos los años durante las misiones del Arzubispo Valdivieso, primo de los propietarios. Asi fue este testimonio de nuestra historia patria de Chile y sus forjadores antes y después de nuestra Independencia.

Agradezco profundamente a la Madre Superiora del Claustro Monjas Benedictinas Monasterio de la Asuncion de Santa Maria – Apaltas Rengo, y Arzobispado de Rancagua, las facilidades otorgadas para este trabajo de investigación histórica.





RAUL DELONGARO PAREDES
RENGO VI – Region Republica de Chile BICENTENARIO 1810 – 2010.
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Monasterio de la Asunción de Santa María Virgen






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ARTES Y LETRAS
Domingo 18 de Febrero de 2001

Rengo y Montecassino

Desde hace casi 15 siglos, los monasterios benedictinos han sido enclaves de oración y trabajo. En Chile, en las cercanías de Rengo, las religiosas del monasterio de la Asunción continúan esta tradición a través de dos nuevas publicaciones.
Elena Irarrázabal Sánchez

"La Estancia de Apaltas y las casas de Mendoza", por Gabriel Guarda O.S.B. Pax-Ediciones del Monasterio. Año 2000, monasterio de la Asunción, Rengo. 75 páginas.

"Oración del cristiano para cada día". Laudes y vísperas abreviados. Pax-Ediciones del Monasterio. Año 2000, monasterio de la Asunción, Rengo. 903 páginas.

Entre invasiones y saqueos, parte importante de la cultura occidental se conservó en los monasterios benedictinos europeos. La orden, fundada por San Benito en el siglo VI desde Montecassino, desafió los siglos y actuó como fermento espiritual y cultural del continente.

La presencia benedictina en Chile, en cambio, se remonta sólo al siglo XX. En 1920, un grupo de monjes españoles llega a Viña del Mar, lo que será el punto de partida del actual monasterio de San Benito de Lliu-Lliu, cerca de Limache. Más tarde, en 1938 la abadía de Quarr (ubicada en la isla inglesa de Wight), a través de la intercesión de fray Pedro Subercaseuax, manda una misión que dará origen al monasterio de la Santísima Trinidad de Las Condes.

La línea benedictina femenina, iniciada por Santa Escolástica, hermana de San Benito, y continuada por mujeres como Hildegard - la abadesa, música y naturalista del siglo XII que hoy alcanza popularidad en Alemania- no se hizo presente sino hasta 1983. Ese año, religiosas del milenario monasterio de San Pelayo en Oviedo (España), establecido en el siglo IX, fundaron en Chile el monasterio de la Asunción de Santa María Virgen. Para ello, les fueron cedidas las centenarias "casas de Mendoza", ubicadas en los campos de Rengo.

La comunidad, actualmente formada por 19 hermanas (cinco fundadoras españolas y el resto chilenas) ha desarrollado en el monasterio la edición de estampas y libros, una factoría de velas y un taller de ornamentos litúgicos, arte sagrado y artesanía religiosa, entre otras labores.

En el marco de estas actividades y a través de Pax-Ediciones del Monasterio, las religiosas han publicado algunas obras que se caracterizan por su dedicada preparación y cuidadosa ilustración y diseño, como "Arbol de vida" e "Historia Sagrada". Ahora nos presentan una monografía histórica: "La Estancia de Apaltas y las casas de Mendoza" y el libro de espiritualidad "Oración del cristiano para cada día".

"De pan llevar"

Joaquín Toesca, Ambrosio O'Higgins y los hermanos Carrera son algunos de los visitantes que gozaron de la hospitalidad de las "casas de Mendoza". El padre Gabriel Guarda - monje benedictino, arquitecto y Premio Nacional de Historia- recorre a través de las hermosas páginas de esta monografía la historia, arquitectura y rasgos peculiares de lo que él define como un "conjunto de carácter patrimonial único en el país", que hoy acoge a las religiosas benedictinas. Para hacerlo, se sumerge con rigurosidad en archivos, testamentos, expedientes judiciales y libros que hablan de estas casas emplazadas, según las crónicas, "en tierras muy fértiles, de pan llevar, con mucha madera y agua para regar" .

La mención más antigua del lugar la encuentra en la referencia de agosto de 1546 a la encomienda de Apaltas - temblor en mapuche, nombre que también tomaron predios en Aconcagua y Nancagua- , concedida por Pedro de Valdivia al célebre conquistador Diego García de Cáceres. Allí comienza la historia de esta propiedad, que pasa por las manos de Antonio de Mendoza (de quien recibe el nombre) y que en 1773 es vendida - "con todas sus tierras, aguadas, montes, lomajes, faldas y quebradas, y cuantos manantiales tiene"- , al eficiente agricultor don Manuel Fernández de Valdivieso, de quien descienden los últimos propietarios, quienes a fines del XIX se la cedieron a la Iglesia, que la asignó a los padres asuncionistas.

Junto con revisar la evolución histórica y las características agrícolas del lugar , el padre Gabriel Guarda se introduce en la construcción del gran conjunto de las casas, delineada por aquella "arquitectura sobria, de grandes volúmenes regulares, cuyo adorno residía en la vegetación de los patios y en el alhajamiento interior". Según señala el sacerdote, "aunque el sistema constructivo de estas casas, de muros de adobe, suelos de ladrillo, armaduras de madera y cubiertas de teja, inalterado en toda la zona a lo largo de tres siglos" hace difícil datar con exactitud las fechas de edificación, "no cabe duda de que el cuerpo principal, excepto la capilla, data del último tercio del siglo XVII".

El autor detalla con cuidado los antiguos métodos constructivos utilizados en el conjunto, entre cuyas obras destaca el imponente torreón de planta cuadrada y doce metros de altura, que se mantiene hasta hoy. "Fábrica típica del siglo XVII, común en otras casas rurales de la época... cuyo objeto tenía el servir de mirador, permitir la vigilancia del entorno y, sobre todo, imprimir al conjunto un sello señorial, afirmando el carácter de posesión de las grandes estancias". Hay también un capítulo especial referido a la iglesia, que data de finales del XVIII y a la cual se le concedieron en 1788 gracias espirituales especiales, firmadas personalmente por Pío VI .

Se menciona asimismo el valiosa alhajamiento interior de las casas, que permaneció inalterado hasta mediados del XX, sin recibir la influencia francesa que se dejó caer en tantas casas del valle central. Entre este patrimonio, destaca la serie de pinturas del llamado "Maestro de Mendoza", objeto de interés del crítico Antonio Romera y del historiador Eugenio Pereira Salas.

A partir de la década de los 60, las casas comienzan a experimentar un progresivo deterioro que las puso al borde de la destrucción. Afortundamente, y rompiendo la tendencia natural que parecen seguir en Chile este tipo de construcciones, se evitó la demolición y en los años 80 se dio inicio a un depurado plan de restauración, con el objeto de que las casas acogieran a la comunidad benedictina.

Hoy, en las mismas habitaciones y corredores que recorrieron Joaquín Toesca y Ambrosio O'Higgins, se respira un profundo ambiente de paz y espiritualidad. Allí se gestó también esta obra de interesante indagación histórica y hermoso diseño, cincuenta de cuyos ejemplares llevan su letra capital iluminada a mano por las religiosas.

No para leer

No para leer de corrido, sino para rezar, es la otra obra editada por las benedictinas: "Oración del cristiano para cada día". Se trata de una selección de la liturgia de las horas, que ateniéndose a la tradición más antigua de la Iglesia, propone a los fieles unos ritmos de oración, -laudes en la mañana y vísperas en la tarde- destinados a alimentar la oración diaria.

Basada en el oficio romano, la obra presenta versiones abreviadas de las vísperas y laudes y está dirigida específicamente a los laicos. "Quisimos proponer a los fieles la riqueza del oficio divino, poniéndola a su alcance y respondiendo al espíritu del Concilio Vaticano II", explica la hermana Alejandro Izquierdo. Justamente, hace algunas semanas, en su reciente carta apostólica para el término del año jubilar, Juan Pablo II recomiendada a los fieles esta práctica de oración.

La selección, el diseño y las ilustraciones son responsabilidad de las religiosas, así como algunos textos (introducciones y el himno de San Benito). Esta edición de bolsillo, tapa dura y papel biblia, de buen manejo, trae también en su apéndice una guía para quien quiera rezar al terminar el día -completas-, y para ocasiones especiales como enfermedad. Se ofrece en los monasterios de Las Condes y Rengo y también en librerías como Patris, San Juan y La Española.

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