Tres Homenajes a Mario Baeza
ARTES Y LETRAS
Domingo 22 de Agosto de 1999
Con motivo del aniversario de la muerte del destacado músico e impulsor cultural, don Mario Baeza, y convocadas por la Federación Nacional de Coros de Chile y la Asociación Latinoamericana de Canto Coral, diversas personalidades del ambiente académico y artístico nacional han expresado su interés por recordar de manera manifiesta el legado del Maestro.
Mario Baeza Gajardo (1916-1998)
Por Luis Merino*
Mario Baeza Gajardo fue un gran artista-ciudadano imbuido de un espíritu de servicio público verdaderamente ejemplar. Esto encontró un alero fecundo en la Universidad de Chile durante la vibrante década de los '40, período en que se completa la inserción definitiva de la música, las artes visuales, el teatro y la danza en su estructura institucional, durante el dinámico decanato de Domingo Santa Cruz Wilson y el rectorado de Juvenal Hernández Jaque.
La Universidad de Chile le agradece a Mario Baeza su participación decisiva en la fundación, el 30 de junio de 1945, de su coro, cuyo primer concierto se realizara el 4 de noviembre de ese mismo año en el Teatro Municipal, y que ha desarrollado en nuestro país una trayectoria de más de medio siglo. Durante los casi 10 años que estuviera frente al coro, Mario llevó a cabo una labor gigantesca, caracterizada por la diseminación en Chile de la música a capella y por iniciar de manera orgánica y sostenida la comunicación del repertorio sinfónico-coral, universal y nacional. Esto permitió a nuestro público adentrarse en obras como los oratorios El Mesías e Israel en Egipto de Haendel, Carmina Burana de Carl Orff, o El Rey David, salmo sinfónico de Arthur Honegger, junto a composiciones nacionales tales como la Egloga, de Domingo Santa Cruz o Tobías y Sara, de Alfonso Letelier.
Junto con divulgar la labor del coro a través del norte y sur del país, además de su proyección internacional a países hermanos como Bolivia, Mario Baeza estimuló la creación de otros coros en Chile, en ámbitos universitarios y laborales, con el fin de fomentar la musicalidad de nuestro pueblo mediante el cultivo de la voz humana. Siempre fue su norte que nuestro pueblo no sólo gozara la música sino que, además, comprendiera su letra. De ahí su esfuerzo por traducir al castellano el texto de obras como El Mesías - en una presentación memorable de hace cincuenta años- o El Rey David, con el coro de la Universidad de Chile, junto a La Pasión según San Juan de J. S. Bach (por sólo mencionar algunas obras), con el coro de la ex Universidad Técnica (actual Universidad de Santiago), conjunto fundado y dirigido por él durante 18 años.
Pero los intereses de Mario Baeza abarcaban, además de la música, las otras ramas del arte. En este espíritu surgió en 1974 la Agrupación Cámara Chile, a través de la cual irradió una perspectiva nacional de educador y animador cultural en las diferentes manifestaciones del arte. Le agradezco en este orden de cosas la participación decisiva que le cupo en la celebración el año 1991 de los 50 años del Teatro Experimental en la Universidad de Chile, durante el período de nuestra gestión como vicerrector Académico y Estudiantil.
La Facultad de Artes editó como el primero de los Documentos Históricos de su Archivo Sonoro una grabación en disco compacto de El Rey David, de Honegger, en el que participan, además del Coro de la Universidad de Chile dirigido por Mario Baeza, la Orquesta Sinfónica de Chile bajo la dirección de Víctor Tevah, junto a destacadas figuras del teatro y del canto nacional en los papeles solistas. Este proyecto, realizado en conjunto con la Sociedad de Amigos de la Orquesta Filarmónica de Israel en conmemoración de los 50 años de la fundación del Estado de Israel, dio pie a un acto solemne en el Salón de Actos del antiguo Congreso Nacional, encabezado por el Presidente de la República, en que se le rindió un homenaje público a Mario, acorde con su labor por la cultura de Chile. Al distinguirlo como profesor honorario, la Facultad de Artes reconoció su calidad de líder preclaro del movimiento coral y de la educación musical chilena, cuyos ideales siguen plenamente vigentes.
*Prof. Dr. Luis Merino Montero, Decano Facultad de Artes,
Universidad de Chile.
Permanencia e Identidad
Por Jaime Donoso Arellano*
A un año de la muerte de Mario Baeza Gajardo quisiera recordar parte de las palabras que tuve el honor de pronunciar en el Congreso Nacional, en noviembre de 1998, cuando legisladores, altos funcionarios de Gobierno, los coros de Chile y sus directores, le rindieron un homenaje público. Recordar algunas ideas y agregar otras, las que han surgido de la constatación de su ausencia.
Mario Baeza era un artista y un tribuno. Los artistas de verdad andan por la vida detrás de todas las utopías y sus búsquedas difícilmente encajan en la estabilidad de la llamada "vida normal". Aun sin proponérselo, siempre resultan algo incómodos y se les deja hacer porque se los considera un artículo de adorno y un excedente de energía social cuando la sociedad ya se ha empleado a fondo en la solución de los problemas "realmente" importantes. Pero cuando los artistas pasan a la trinchera en tenida de combate y se convierten en hombres de acción, la unión de sueños y actos constituye una explosiva mezcla. De la poesía del quehacer artístico se pasa a la poesía de la acción y eso, a ojos de algunos, ya es decididamente intolerable.
Mario Baeza fue, sin dudas, un poeta. Poeta de las palabras, de la música y de las acciones. Con todos esos elementos fue instaurando lo que Hlderlin llama "lo permanente". Los poetas de las palabras echan sus redes al mar insondable de la lengua y las sacan cargadas de tesoros, despojando a las palabras de su funcionalidad meramente comunicativa para transformarlas en signos perdurables de una realidad que está más allá de lo cotidiano. La gente que perdura, como Baeza, logra también algo semejante con sus acciones. Vaya, pues, el primer agradecimiento: Los que estamos en el mundo de los coros somos el contenido de un continente que él, como nadie, ayudó a definir. Somos parte de la "permanencia".
Pero además hay otro aspecto ineludible. Baeza actuó como un psicoanalista de su propia patria revelándole una identidad que ella no sabía que tenía. Baeza hizo que Chile un día se mirara y descubriera que en la esencia de su personalidad había un rasgo que no se conocía: allá en el fondo del ser nacional dormido estaban los coros de Chile. Baeza produjo el despertar y comenzó la ola irrefrenable: los coros universitarios, los de trabajadores, los de empresas, los de la tercera edad, los de estudiantes, el país entero manifestado en su espectro total, a través del canto colectivo. Es nuestro segundo agradecimiento. Nos dio una "identidad".
Hace falta Mario Baeza. Nos ayudaría a aclarar tantos malentendidos. Nos falta su alegato para hacer entender - a los que tienen el deber de entender- que la música en Chile, antes que comisiones culturales, premios a personas o franquicias a la industria, necesita una cruzada que vaya al rescate de la base, un generoso proceso educativo formal o informal que desista por fin de la cosmética y produzca una incorporación efectiva de la población a los bienes de la cultura. Nos hace falta su oratoria encendida para provocar, denunciar, conmover, como él sabía hacerlo.
A despecho de la sempiterna indiferencia estatal, después de Baeza los coros de Chile se reprodujeron casi, bíblicamente, "como las arenas del mar y las estrellas del cielo". Permanencia e identidad han sido los nutrientes de la actividad coral chilena después del trabajo titánico de este "padre fundador". En su obra nos miramos los individuos - los que descubrimos una vocación bajo su alero- y los cuerpos colectivos, los coros de Chile. Quiera Dios que este enorme legado que él dejó a su querida patria sea administrado por nosotros como buenos padres de familia. Que reconozcamos que en un coro se puede fundar la más alta escuela, la que en concordia vuelva a unir la música con la vida.
Recordando a Mario Baeza caminamos también detrás de esa utopía. Al hacer memoria de él nos damos cuenta, una vez más, que los artistas y los filósofos pasan por este mundo para realizar proezas del espíritu, esas que no se miden por las palmas de la victoria sino por el enamorado empeño en lograrlas.
*Jaime Donoso Arellano
Director Coro de Cámara
Pontificia Universidad
Católica de Chile.
A Mario Baeza
Por Miguel Arteche
Parece que se repite en Chile, con democracia o sin ella, cierto estribillo muy abundante. Y es lo que yo llamo uno de sus arquetipos: el arquetipo de la destrucción, encarnado en el imbunche. Porque a la destrucción se suma el amor a lo feo y lo deforme. En 1972 muere un notable escritor sin que la prensa se entere, tal vez porque había amado profundamente a Chile, pero no en falso patriotismo, no en la mala retórica de desfile anual.
En 1974, ante la imposibilidad de efectuar labor digna dentro de la Universidad, como dice su currículum, Mario Baeza la abandona, y ese mismo año funda el Grupo Cámara Chile. En 1975 lo persiguen los que no gustan de los coros, salvo aquellos que ensalzan a nabucodonosores subdesarrollados. Mario sigue adelante. Tenía esa profunda fuerza cristiana que yo le conocí. No negociaba con la mentira. Cuatro años más tarde recibí de él no sólo su amistad crecida sino su apoyo, cuando, en circunstancias difíciles, pocos me lo manifestaron. Así era Mario Baeza: limpio, alegre, vértigo de realizar cosas en la música de la vida, en la vida de la música. En esos tiempos, y en tiempos más recientes, ya cercana la muerte.
Lo vi muchas veces cuando organizaba jornadas sobre el miedo, reflexión colectiva acerca de la situación del momento. No descansaba. Nunca. Lo cual era - es- un escándalo en este país, donde parece que es mejor atrasar el reloj. O donde, para ensalzar, es necesario emplear la palabra "inmortal", quizás porque los inmortales no trabajan nunca, salvo cuando son alabados.
Así recuerdo a Mario Baeza. Siempre llevaba una cruz en el pecho. Cordial, sin asomo de envidia. Pensamos, ahora, en estos años donde los hampones "hacen" noticia a grandes titulares en los periódicos o son diseminados por las cámaras de televisión.
Al final de su final, robaron en su casa. Se cumplió el amor a la destrucción, el odio a la belleza, el sabor del desorden y el caos.
Dios le habrá dado bellas visiones, más allá del tiempo, y en su gloria.
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http://www.scielo.cl/
Revista musical chilena
versión impresa ISSN 0716-2790
Rev. music. chil. v.52 n.190 Santiago jul. 1998
doi: 10.4067/S0716-27901998019000027
Mario Baeza Gajardo (1916 -1998)*
Con profundo afecto y con mucho dolor me corresponde despedir a nuestro colega y amigo Mario Baeza Gajardo, a nombre de la Universidad de Chile y su Facultad de Artes, de la que fuera profesor honorario.
Mario fue un gran artista-ciudadano imbuido de un espíritu de servicio público verdaderamente ejemplar. Esto encontró un alero fecundo en nuestra Universidad durante la vibrante década de los 40, período en que se produce la inserción completa y definitiva de la música, las artes visuales, el teatro y la danza en nuestra estructura institucional.
Nuestra Universidad le agradece a Mario su participación decisiva en la fundación, el 30 de junio de 1945, de su coro, cuyo primer concierto se realizara el 4 de noviembre de ese mismo año en el Teatro Municipal, y que ha desarrollado en nuestro país una trayectoria de más de medio siglo. Durante los casi 10 años que estuviera frente al coro, Mario desarrolló una labor gigantesca, caracterizada por la diseminación en nuestro país de la música a cappella y por iniciar de manera orgánica y sostenida la comunicación del repertorio sinfónico-coral, tanto universal como nacional. Esto permitió a nuestro público adentrarse en obras como los oratorios El Mesías e Israel en Egipto de Haendel, Carmina Burana de Carl Orff, o El Rey David, salmo sinfónico de Arthur Honegger, junto a composiciones nacionales tales como la Egloga de Domingo Santa Cruz o Tobías y Sara de Alfonso Letelier.
Junto con divulgar la labor del coro a través del norte y sur del país, además de su proyección internacional a países hermanos como Bolivia, Mario estimuló la creación de otros coros en Chile, en ámbitos tanto universitarios como laborales, con el fin de fomentar la musicalidad de nuestro pueblo mediante el cultivo de la voz humana. Siempre fue su norte que nuestro pueblo no sólo gozara la música sino que además comprendiera su letra. De ahí su esfuerzo por traducir al castellano el texto de obras como El Mesias -en una presentación memorable de hace cincuenta años- o El Rey David, con el coro de la Universidad de Chile, junto a La Pasión según San Juan de J.S.Bach (por sólo mencionar algunas obras), con el coro de la ex Universidad Técnica (actual Universidad de Santiago USACH), conjunto fundado y dirigido por él durante 18 años, en otra presentación memorable realizada en la Catedral de Santiago el año 1972.
Pero los intereses de Mario abarcaban, además de la música, las demás ramas del arte. En este espíritu surgió en 1974 la Agrupación Cámara Chile, a través de la cual irradió una perspectiva nacional de educador y animador cultural en las diferentes manifestaciones del arte. Le agradezco en este orden de cosas la participación decisiva que le cupo en la celebración el año 1991 de los 50 años del Teatro Experimental en la Universidad de Chile, durante el período de nuestra gestión como Vicerrector Académico y Estudiantil.
Hace algunas semanas nuestra Facultad editó como el primero de los Documentos Históricos de su Archivo Sonoro una grabación en disco compacto de El Rey David de Honegger, en el que participan, además del Coro de la Universidad de Chile dirigido por Mario Baeza, la Orquesta Sinfónica de Chile bajo la dirección de Victor Tevah, junto a destacadas figuras del teatro y del canto nacional en los papeles solistas. Este proyecto, realizado en conjunto con la Sociedad de Amigos de la Orquesta Filarmónica de Israel en conmemoración de los 50 años de la fundación del Estado de Israel, dio pie a un acto solemne en el Salón de Actos del antiguo Congreso Nacional, encabezado por el Presidente de la República, en que se le rindió un homenaje público a Mario, acorde con su labor por la cultura de Chile. Al despedirlo presento, a nombre de la Facultad de Artes y la Universidad de Chile, nuestras condolencias más sinceras a su esposa y familia, además de todas las personas que conforman el movimiento coral chileno y los educadores musicales, que hoy día también despiden a quien fuera uno de sus líderes más preclaros, cuyos ideales siguen plenamente vigentes ante los desafíos a que nos enfrenta el ya próximo siglo XXI.
Mario Baeza, descanza en paz.
* Palabras dichas en el cementerio Parque del Recuerdo el 23 de agosto de 1998.
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http://www.elrancahaso.cl/
El Canto Coral deleitó a Coínco
26-08-2008
En esta hermosa actividad cultural, estuvo “El Rancahuaso”, sumándose, también, la transmisión en directo, de este gran acontecimiento, “Radio Encuentro FM”. Ambos medios marcaron su tarjeta en el evento. Por Silvia Miranda.
Escrito por Silvia Angélica Miranda
El chileno Mario Baeza Gajardo, fue un hombre pleno, que desde niño tuvo inclinación por el mundo artístico. Aún no era –siquiera- pre adolescente, cuando ya había formado un grupo de teatro con sus amiguitos. Era el creador, gestor, organizador y realizador de obras.
Su primer concierto trascendental ocurrió en Octubre de 1942, cuando tenía sólo 26 años, en el teatro Municipal de Santiago. Grandes obras musicales fueron interpretadas por su Coro de Estudiantes primarios y secundarios. Así se fue generando, gracias a su entrega, grandes conjuntos corales, como el Coro de la Universidad de Chile. Fue fundador, además, de la Agrupación de la Escuela de Derecho y Universidad Técnica, entre otros. Como Director, participó en afamados Coros Universitarios en Nueva York y Washington.
Este gran hombre, dedicado al arte cántico; con un desarrollo gigantesco en el área musical, que llevó a Chile por grandes escenarios internacionales, tenía en su mente siempre que nuestra nación no solamente gozara de la música, sino también que comprendiera su letra.
El ambiente musical coral vive momentos de gran dolor en 1998, cuando es anunciada la muerte de Mario Baeza Gajardo. Este gran artista ciudadano sentía gran inspiración por el servicio público y fue, precisamente, en la década de los ’40 donde nace, completa y definitivamente la música, las artes visuales, el teatro y la danza en el alero de la Universidad de Chile.
La Sexta Región no estuvo ausente
En honor a este gran personaje , se cumplió con una actividad musical a nivel nacional; y –por supuesto- la Sexta Región no podía estar ausente este 21 de agosto, fecha en que se recuerda su gestión artística ejemplificadora.
El Consejo Regional de Cultura y las Artes (Región de O’Higgins), en conjunto con la Ilustre Municipalidad de Coínco, dio el vamos a partir de las 20 horas, en el Teatro de esa hermosa localidad, a un hermoso Concierto Coral, adhiriéndose, de esa forma, a la celebración a nivel nacional, del Día del Canto Coral.
Coros representativos de la zona
Se presentaron para gran cantidad de público: CORO CÁMARA TRIANA (Director Norberto González), CORO DE NIÑOS DE NANCAGUA (Director Manuel Alejandro González), CORO POLIFÓNICO BRADEN y CORO ULAM DE COÍNCO (Director de ambos, el señor Eduardo López Valenzuela), y CORO EVANGÉLICO UNIDO (Directora Silvia Silva).Cada agrupación destacadísima, de gran nivel musical.
Coro de Niños de Nancagua
Si bien es cierto, los Coros realizaron una presentación impecable, siendo aplaudidos por los asistentes, hubo mucha inclinación por la presentación del Coro de Niños de Nancagua que, alrededor de las 21.30 entregaban sus hermosas canciones, dejando volar, en cierto momento, sus hojas adornadas con canciones y notas musicales, para golpear sus palmas y hacer algunos pasos de baile, mientras interpretaban “Oh, soy feliz” (línea spiritual). Las voces de Emmanuel y Paulina Cáceres, como solistas, dejaron claro que en Nancagua están naciendo voces de excelencia.
Los niños del Coro requieren vestimenta
Al aparecer los pequeños en el escenario, destacaron por su sencillez e ingenuidad, pero también resaltó ante todos, la falta de vestuario ad hoc que, en ningún momento minimizó su calidad coral, sino que eran distintos, frente a tanta elegancia de las otras agrupaciones. El Director, adivinando la pregunta mental de los presentes, se adelantó a decir: “Ustedes ven que los niños visten su propia ropa; es que en estos momentos NO tenemos una tenida formal, ya que todos comenzaron desde muy pequeñitos, y las túnicas antiguas no les llegan ni a las rodillas”. Acto seguido, manifestó el interés en lograr que los dueños de estas lindas voces, puedan ser ataviados por una túnica actual y, a la medida. ¿ Nancagua, Rancagua o algún empresario regional, podrá solucionar esta solicitud? Si asi fuera, háganlo presente en los comentarios de esta nota. Será un premio a estos pequeños.
Coro Braden
Esta agrupación musical, con hermosas voces, y compuesta por adultos mayores, deja de manifiesto que su trayectoria sigue en crecimiento. Con presentaciones en el estado de California, México, Puerto Rico, Argentina y Paraguay, entre otros países, confirman su excelencia y, además, se manifiesta su gran calidad por décadas. Un reconocimiento a ellos, por su gran difusión nacional e internacional, en nombre de nuestra ciudad, especialmente.
Coro Ulam de Coínco
Ellos pusieron su estilo personalizado, entretenido, moderno y, definitivamente, distinto. Con cálidas voces, combinadas con verdaderos vozarrones, todo acompañado con gesticulaciones con manos y pies de los intérpretes, pusieron un sello distinto en su actuación.
Esta especial Ceremonia Musical culminó a las 22.30 horas, instante en el cual se agradeció la presencia de representantes de la Ilustre Municipalidad de Coínco y personalidades de la zona.
En esta hermosa actividad cultural, únicamente estaba presente “El Rancahuaso”, sumándose, también, la transmisión en directo, de este gran acontecimiento, “Radio Encuentro FM” (Emisora comunitaria). Ambos medios informativos marcaron su tarjeta en beneficio de la cultura.
La gente de la comuna vecina de Coínco es realmente cálida y amable. Luego de culminar la parte cultural, se llevó a cabo un cóctel, donde participantes e invitados compartieron un esperado café, a esas altas horas de la noche, con una torta exquisita… y amenizado, por supuesto, por canciones coreadas por todos los presentes, sin distinción.
La Cultura une, y el canto coral, interpretado en colegios, plazas, calles e Instituciones es un trabajo maravilloso, que se guarda en los libros del conocimiento personal. No es otra cosa.
Fotografías: Luis Cornejo A. (RRPP. I. Municipalidad Coínco). Mis infinitas gracias.
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A la Rurrupata.
Enviado por Carlos Fernandois Olivares el 04/01/2010 a las 05:37 PM
Esta canción pertenece al libro "A la rurrupata", Canciones para los niños de Chile. Del profesor de educación musical Mario Baeza Gajardo.
En el próximo artículo incluiré el "Recado" que envía Mario Baeza al "Lector Adulto" y "Al niño". Ahora los dejo con la primera canción de este texto. Abajo del texto esta la música, para los que quieran cantarla.
A la rurrupata
A la rurrupata
que parió la gata
cinco borriquitos
y una garrapata.
Duérmete, niñito,
duérmete, por Dios,
por los capachitos
de San Juan de Dios.
Duérmete, niñito,
duérmete otra vez,
por los capachitos
del santo José.
Duérmete, niñito,
que ya viene el toro,
con sus pies de plata
y sus cachos de oro.
Duérmete, niñito,
que tengo que hacer:
lavar las mantillas,
sentarme a coser.
Duérmete, niñito,
que viene la cierva
a saltos y brincos
por entre las piedras.
Duérmete, niñito,
que viene el venado
a comerte el poto
todito mojado.
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Etiquetas: Mario Baeza Gajardo
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