"Chaleco" aceptó el desafío del mejor surfista de Chile de capear olas en Pichilemu.

www.latercera.com
3 de noviembre de 2011

El rally acuático de López y Navarro
por Francisco Siredey E., enviado especial a Pichilemu




Mientras Francisco López (36) se cambia el casco y las botas por el traje de neopreno, su amigo Ramón Navarro (32) contempla la playa de Punta de Lobos, que después del terremoto y posterior tsunami de 2010 cedió, al menos, 60 metros de terreno al mar. Como ya había cumplido con la parte más difícil para él, se solaza pensando en que ahora sería el turno de "Chaleco" de enfrentar las olas. "Lo vamos a llevar a un parte tranquilita, con una tabla para principiantes. Ojalá no se nos oxide, con todos los fierros que tiene después de tanta operación", bromea el más connotado surfista del país, momentos antes de meterse al agua.

El desafío fue ideado hace tiempo, allí mismo en Pichilemu, el hogar de Navarro. Ambos deportistas se conocieron hace cinco años, gracias a auspiciadores en común (Movistar y Red Bull) e inmediatamente trabaron amistad. "Hablamos el mismo idioma. A los dos nos gusta la adrenalina", explica el piloto curicano. El evento constaría de tres actos. López y Navarro intercambiarían roles por un día y, además, crearían algo nuevo con sus respectivos deportes.

Bajo un cielo plenamente despejado, ambos dan comienzo al reto en las orillas del Pacífico. A Navarro le molestan las botas y los seis kilos de equipo, pero escucha atentamente las instrucciones de "Chaleco" para subirse a la moto. A pesar de que su padre tenía una, nunca se había montado sobre dos ruedas. La estrella de Aprilia comienza a acelerar y desparrama arena por doquier. "Estoy sacando chanchitos de mar", comenta, justo antes de partir con sus piruetas, como parar la máquina en una rueda manejando con una sola mano.

Navarro se lanza a manejar lento, pero seguro. Avanza recto y sólo tiene problemas con las curvas, donde no puede evitar la caída. Después de un par de minutos, ya es capaz de cambiar la dirección de la moto. "Nunca caché con qué cambios iba, pero en la recta me dieron ganas de meterle más velocidad", confiesa el surfista. "Chaleco" le responde "ibas como avión, pensé que te iba a costar más". La primera prueba estaba superada.

"Chaleco" mojado

La cuerda amarilla tiene unos cinco metros de longitud. Su gracia es que une mar y tierra; surf y rally. En un extremo está López con su moto, quien impulsa a Navarro a la manera del esquí náutico, pero desde la arena. En un principio, el surfista logra mantenerse de pie en el agua, pero la faena se dificulta por el poco oleaje y la escasa profundidad de las aguas. "Necesitábamos unos tres metros más de cuerda para que funcionara bien", dice Navarro, a lo que ambos creen ser la invención de un nuevo deporte, el "ChalecoSurf".

Pero el verdadero desafío para López, más que conducir por la orilla de la costa, es cruzar la frontera y sumergirse en el mar. Con un traje más grueso que lo común, para evitar el frío, el piloto del Dakar comienza sus intentos por ponerse de pie en la tabla. Uno, dos, tres y hasta siete veces trata sin resultados, cayéndose de espaldas o deslizándose hacia los lados de la tabla. Desde las casas bajan los alientos de apoyo, pero "Chaleco" no consigue el objetivo en tan corto plazo. Sabe que es hora de retirarse.

"Me molestó un poco el pie fracturado, que no me da mucha estabilidad. Es muy 'peludo', pero me encantó", confiesa el curicano, quien no se desgastará más de lo necesario en lo que queda de su camino al Dakar. De hecho, este año no irá a probar la moto a Atacama, como en años anteriores. "Voy sin presiones, pero espero meterme entre los 15 mejores", remata.

Por su parte, Navarro está satisfecho con el rally acuático de su amigo. "Necesita más tiempo. Quedan unas clases pendientes", dice el surfista. "Chaleco" no duda en su respuesta: "Algún día les prometo que me pondré de pie". No es difícil creerle. Después de todo, ha tenido caídas más fuertes y siempre lo ha conseguido.

---