Nueva vida para el casco histórico de Chépica
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11 de junio de 2010
Nace institución que apoyará su reconstrucción posterremoto:
Presidida por David Gallagher , se formalizó la corporación de amigos de la localidad ubicada al interior del Valle de Colchagua. Junto con colaborar a la recuperación de su emblemática arquitectura rural, fomentará su desarrollo y bienestar.
Daniela Silva Astorga
La parroquia San Antonio de Padua , construida en 1825, después del terremoto y el retiro de escombros. Arriba, la imagen más impactante poscatástrofe: gran parte de su nave quedó en el suelo.
11 de junio de 2010
Nace institución que apoyará su reconstrucción posterremoto:
Presidida por David Gallagher , se formalizó la corporación de amigos de la localidad ubicada al interior del Valle de Colchagua. Junto con colaborar a la recuperación de su emblemática arquitectura rural, fomentará su desarrollo y bienestar.
Daniela Silva Astorga
La parroquia San Antonio de Padua , construida en 1825, después del terremoto y el retiro de escombros. Arriba, la imagen más impactante poscatástrofe: gran parte de su nave quedó en el suelo.
Amanece el 27 de febrero, y los chepicanos enfrentan una imagen cruda: el terremoto no sólo ha afectado sus casas, también los edificios históricos que rodean su plaza. Entre ellos, la municipalidad, el Cuerpo de Bomberos, Fundación Las Rosas, y su parroquia de arquitectura rural decimonónica. De ella, apenas se mantuvo en pie el campanario, que dio su último repique en la madrugada del gran sismo, transformándose en un llamado urgente al rescate.
Y para apoyar la recuperación de este patrimonio colchagüino perdido -tanto en Chépica como en Auquinco-, recientemente se formalizó la Corporación de Amigos de Chépica. Presidida por David Gallagher, consejero del Centro de Estudios Públicos, contará con el apoyo de la archiduquesa Alexandra de Habsburgo y de los arquitectos Hernán Rodríguez, Ana Verónica Pomfrett y Bernardo Bouquet. Para todos, lo más urgente es cooperar con la reparación de la parroquia -ya cuentan con varias propuestas arquitectónicas- y de los edificios de la plaza. Pero también mirarán a largo plazo, trabajando para fomentar el desarrollo y bienestar de la comunidad.
Gallagher cuenta: "La primera idea era crear una corporación para reunir fondos y ayudar a recuperar lo perdido, que es lo más apremiante. Pero decidimos llamarnos Corporación de Amigos de Chépica, porque todos estamos involucrados con la localidad y queremos pensar en el futuro. Enfocarnos en algunos aspectos culturales clave, como que la plaza no sea un museo, sino un lugar vivo. Que haya comercio, biblioteca, centro cultural... y vida comunitaria. Que se valore en el futuro".
La organización trabajará en sintonía fina con la alcaldesa Rebeca Cofré -quien estuvo cuando se formalizó la corporación-, pero también con los habitantes de la localidad, ubicada en la VI Región, al interior del Valle de Colchagua. En función de la parroquia, Gallagher precisa: "Tenemos que velar por la mejor solución; una que armonice con la plaza. Estamos trabajando con prisa, pero con mucho cuidado. Más importante que resolver con máxima urgencia, es hacerlo muy bien. Lo importante es tener algo que esté en pie durante los próximos 150 años" .
Y el arquitecto Hernán Rodríguez asiente: "Se deberá cruzar que sea algo valioso para conservar la identidad de la plaza y la memoria de los habitantes, pero también ser de calidad. Se está viendo qué proyectos y conceptos cuentan con un consenso mayor. En Chépica hay muchas situaciones críticas, y muy diversas, habrá que atacar de a una, según los recursos que se vayan recolectando".
Etiquetas: Chépica, parroquia San Antonio de Padua
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