sábado, 18 de septiembre de 2010

Los Cuatro Huasos Pioneros de una dinastía

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18 de diciembre de 2008

Fundaron hace 71 años una genealogía de conjuntos de poncho y guitarra que llega hasta nuestros días. Eugenio y Catalina Rengifo cuentan en su libro "Los Cuatro Huasos" la historia de este conjunto, y aquí delinean de paso qué lugar ocupa la tonada en el gusto de los chilenos. "La música típica sigue viva", dicen.


Tres voces, cuatro guitarras: Fernando Donoso y Eugenio Vidal (sentados), Raúl Velasco y Jorge Bernales (de pie) son Los Cuatro Huasos originales, retratados tras su primera gira a Buenos Aires en 1928.
Foto: archivo Zig Zag.


Rengifo y Rengifo asociados: Eugenio y Catalina Rengifo, autores del libro.
Foto: Catalonia.


Ester Soré: la principal cantante chilena de su tiempo inició su carrera en 1939 de la mano de Los Cuatro Huasos.
Foto: archivo El Mercurio.


Álbum familiar: Jorge Bernales Valdés, uno de los fundadores del conjunto, y su esposa Olga Swett Madge en 1932, junto a su Ford 1930 en un alto en la Cuesta El Melón. Foto: Foto: archivo El Mercurio.


Vestigio: temprana foto de la primera formación del grupo, con Jorge Bernales, Raúl Velasco, Eugenio Vidal y Fernando Donoso, de izquierda a derecha. Foto: Foto: archivo El Mercurio.



A bordo: la segunda formación del conjunto posa para la revista Zig-Zag al llegar a Nueva York en 1939. Son, en el orden de la foto inferior, Jorge Bernales, Fernando Donoso, Aníbal Ortúzar y Carlos Mondaca. Foto: Fotos: archivo Zig Zag.


Nueva generación: el primer LP del conjunto Cuncumén, publicado en 1957. Foto: Foto: archivo de El Mercurio.


Seguidores: Los Provincianos, grupo iniciado en 1938, en una imagen de 1942.
Foto: archivo de El Mercurio.


La formación final de Los Cuatro Huasos, en la década de los '50: Raúl Velasco, Jorge Bernales, Fernando Silva y Carlos Mondaca, de izquierda a derecha.
Foto: archivo de El Mercurio.


Continuadores: Los Huasos Quincheros en 1960, conjunto iniciado en 1937 y vigente hasta nuestros días. Son Carlos Morgan, Alfredo Sauvalle, Benjamín Mackenna y Jorge Montaldo, de izquierda a derecha. Foto: Foto: archivo de El Mercurio.


Herederos: Los Huasos de Algarrobal, formados en 1966, con Cristián Donoso, Rafael Rodríguez, Enrique Barros y Eugenio Rengifo, de izquierda a derecha. Foto: Foto: Patricio Baeza.


Los Cuatro Huasos. Alma de la tradición y del tiempo, de Eugenio y Catalina Rengifo (2008 Catalonia/SCD). El periodista y la historiadora

David Ponce

Ella es historiadora del arte. Él es músico de Los Huasos de Algarrobal y periodista, y ambos acaban de editar su segundo libro en dupla. "Los Cuatro Huasos", subtitulado "Alma de la tradición y del tiempo" es la historia de un nombre fundamental en la música popular chilena: el grupo que con su inicio en 1927 funda además la genealogía de conjuntos reanudada por Los Huasos Quincheros (1937) y los propios Huasos de Algarrobal (1966) entre muchos otros.

Es el segundo volumen de los autores después de "Los De Ramón", subtitulado a su vez "Un arreo en el viento", biografía del grupo de raíz folclórica Los De Ramón. Esta vez, en "Los Cuatro Huasos", Rengifo & Rengifo pasan revista a la carrera del cuarteto, fundado en 1927 por Jorge Bernales, Fernando Donoso, Raúl Velasco (voces y guitarras) y Eugenio Vidal (guitarra) y reiniciado desde 1937 hasta su separación definitiva en 1956 junto a los nuevos músicos Carlos Mondaca, Aníbal Ortúzar y Fernando Silva (voces y guitarras).

Dedicado al comienzo al repertorio tradicional, en su segunda época el cuarteto legó además el repertorio original de Jorge Bernales junto a Diego Barros Ortiz, autores de música y letra de célebres tonadas como "Bajando pa' Puerto Aysén", "Porque tengo pena" y "Guitarra, mujer y penas". El análisis de especialistas como Manuel Dannemann y Juan Pablo González, el contexto de la tonada y de la música típica chilena y una exhaustiva discografía completan el libro.

EE.UU. de costa a costa

-¿Qué tanto sabían de Los Cuatro Huasos al empezar a investigar?
Eugenio Rengifo: La mía era una aproximación desde muy temprana edad porque nací escuchando sus discos. Son una semilla que como Huasos de Algarrobal siempre hemos encontrado en nuestro canto, y el último (integrante de Los Cuatro Huasos), Fernando Silva, es muy hincha de Los Huasos de Algarrobal. Tenemos ahí un ejemplo, en esa mentalidad innovadora que siempre tuvieron. Hoy a lo mejor suena como "qué antiguos son", pero Jorge Bernales creó una línea nueva de tonadas, distintas, que siguieron grandes compositores como Clara Solovera, Sergio Sauvalle, Willy Bascuñán, Raúl de Ramón, admirador de la obra de Bernales y Barros Ortiz.
Catalina Rengifo: Crecí con Los Cuatro Huasos en mi casa, literalmente. A través de Los Huasos de Algarrobal tengo su repertorio en mi inconsciente desde niña. Hice un primer clic en su importancia a nivel histórico con la investigación sobre Los De Ramón, y ahora al meterme en el tema me di cuenta de que todas las ideas que tenía no sólo eran verdad, sino iban mucho más allá: fueron más importantes, innovadores, rebeldes y creativos de lo que yo creía.

-¿Cuánto descubrieron al trabajar en el libro?
Eugenio: Cuando uno va a la fuente original, a la prensa de los años '20, '30, '40, a las crónicas, los ve como los primeros huasos en presentar un show en el Teatro Municipal en 1932, o en hacer un programa radial que se transmite por todo Estados Unidos de costa a costa, o encuentra que una de las primeras canciones que graba la (cantante) Ester Soré en el año '39 es con Los Cuatro Huasos. Y sus canciones son la prueba de su éxito y que permanece en la música típica chilena todavía. Los Cuatro Huasos son para la música típica chilena los que Los Cuatro Cuartos son para el neofolklore (en los años '60), en cuanto a innovación, a propuesta, a crear un movimiento, en teatros, en radios y en cine.

-En el libro figuran las barreras que enfrentaron: la fama de "bohemio" de los músicos, el hecho de cantar tonadas, reservadas para las mujeres...
Eugenio: Son desafíos rebeldes de jóvenes. Comienzan a los diecinueve, veinte años, son estudiantes universitarios, con esta actitud de decir a la familia que pueden cantar en los escenarios. Fueron a veces muy rechazados por parte de la sociedad chilena.
Catalina: De hecho se casaron con niñas de la alta sociedad, y un par de ellos tuvo también ese dilema: de ser el niñito bohemio, poco serio, que no trabajaba, porque el canto no es un trabajo…

-¿Funciona como un retrato de Chile en la época también?
Eugenio: Ayuda a mirar al Chile de esa época a través de la tonada y la música de esos artistas; a ver lo que está pasando con el Presidente (Carlos) Ibáñez, luego con Pedro Aguirre Cerda (Presidente entre 1938 y 1941), que es quien resuelve ir con estos huasos a Nueva York a mostrar su país en una feria mundial.
Catalina: Mucho cambio social, son ideas de país. Pedro Aguirre Cerda, un Presidente absolutamente por y para el pueblo, los elige para representar a Chile. Habían tenido aceptación en todos los niveles. En la última época hacían giras nacionales en las plazas y la gente de los pueblos llevaba de sus casas las sillas para verlos.
Eugenio: Los Cuatro Huasos llegan al cine también porque Pedro Aguirre Cerda da un apoyo brutal al cine nacional y hay una explosión, una época tan gloriosa como la que vivimos hoy día en cuanto a cantidad de producciones.

Urgente, expedición al Maule

-En cuanto al repertorio, Los Cuatro Huasos son un grupo urbano pero también recogen el repertorio campesino. En ese punto Manuel Dannemann hace una distinción entre recopilación y obtención, que es lo que hacen Los Cuatro Huasos.
Eugenio: Hay ciertos métodos y procedimientos formales propios de la recopilación. Pero Margot Loyola y Violeta Parra, las dos, reconocen en Los Cuatro Huasos una veta que las inspiró también a recoger el material que estaba en el campo. Las dos los escuchaban con mucho entusiasmo e interés. Margot Loyola es parte importante de la creación de Las Cuatro Huasas, que se llaman así por Los Cuatro Huasos.

-¿Qué tan intuitiva es esa recopilación que hace el grupo?
Eugenio: Era una necesidad. Una de las exigencias para el primer contrato que tuvieron en los teatros es tener un repertorio de por lo menos cincuenta canciones. Entonces van a buscar canciones al campo, a Talca específicamente, en el Maule, porque ahí tenían campo los Donoso, los papás de los Velasco administraban unos fundos también. Buscan las canciones en las casas de campo, las adaptan y las llevan al escenario, al teatro y al público masivo. Ese trabajo también es herencia de canciones que les habían transmitido sus familias. Ellos nacen en julio (de 1927) y en noviembre están grabando cuarenta y tantas canciones en Buenos Aires.
Catalina: Al ser chicos de ciudad, universitarios, e ir a estas casas, podría haber habido cierta reticencia de parte de las cantoras.

-¿Y no pasa eso? Porque se entiende que la recopilación es un proceso lento, en el que hay que ganar la confianza, no irrumpir…
Eugenio: Pero eran tremendamente carismáticos con la gente. Eugenio Vidal Tagle era el observador, el más introvertido y el gran músico. Pero Raúl Velasco, Fernando Donoso, Jorge Bernales eran muy carismáticos, tenían buena llegada.
Catalina: El maestro Manuel Dannemann rescata algunos elementos de por qué Los Cuatro Huasos tuvieron éxito en esta recopilación no "profesional" y en difundir este repertorio. Es porque lo hicieron con talento, con mucho respeto y sin caricaturizar.

Radio, teatro y cine: huasos mediáticos

Discos de la era del acetato, películas de la época dorada del cine chileno, giras nacionales e internacionales son parte de la primera etapa del grupo, que en los años '50 alcanza a vivir también la era del nuevo disco de vinilo conocido como long-play.

-Era un conjunto mediático -sintetiza Eugenio Rengifo.

-¿Sí hay una estilización en su trabajo, por ser un conjunto urbano, de la radio, las giras? ¿Violeta Parra o conjuntos que después también hicieron recopilación como Cuncumén se supone que sí se permitieron ser menos estilizados?
Eugenio: Mira, te voy a dar un ejemplo: "Qué pensa siente el alma". Es una canción del folclor, recopilada por Violeta Parra, quien le da una interpretación propia, de tal forma que la hace un vals y pasa a ser, más allá de la raíz folclórica, una canción popular. A qué me refiero: siempre hay un proceso de estilización, en el caso de Violeta Parra diría yo que mucho más que en Margot Loyola, que mantiene más lo autóctono, aunque también empieza a componer. Gran parte de la obra de Violeta Parra que en su etapa temprana dice "autora: Violeta Parra" son recopilaciones.
Catalina: Son reversiones.
Eugenio: Y en todas las canciones de Los Cuatro Huasos de la primera época salen los cuatro nombres como autores, porque la recopilación en ese tiempo, cuando era mostrada de una forma distinta, pasaba a ser de autoría propia, lo cual tiene cierta legitimidad. Cuncumén hizo un trabajo precioso de recopilación, de recoger un repertorio muy lindo de una zona y graba una serie de long play que queda como un registro histórico, pero también tienen un trabajo de agregar piano, de hacer una música mucho más de salón y estilizada.

-¿Siempre hay una intervención?
Eugenio: Hay una intervención. Y tiene un valor. Porque el folclor se recrea, se está recreando permanentemente. La raíz es la misma, pero cada momento histórico, cada persona, cada acercamiento es una mirada diferente. Es la lectura del hombre de hoy para algo que viene del pasado.

Típica, folclórica, tradicional

-Ustedes han mencionado la música típica como definición para el grupo. Los Quincheros han dicho que prefieren la noción de música tradicional, y Juan Pablo González sí emplea la de música típica. ¿Cuál es la distinción?
Eugenio: La música típica chilena para mí es una muy buena acepción de este movimiento que inician Los Huasos de Chincolco, Los Huasos de Pichidegua, Los Huasos de Ahumada o Los Cuatro Huasos, y que después toman Los Huasos Quincheros, Los Cuatro Hermanos Silva, la (cantante) Silvia Infantas, Los De Ramón, Los Provincianos, Los Huasos de Algarrobal. Una línea muy definida: el hombre urbano canta la canción del campo chileno con raíz, atuendo e instrumentos típicos, más que tradicionales. Porque el atuendo típico también va sufriendo variaciones. El vestido de la china hace ochenta años es distinto al de hoy.

-¿De esa definición puede salir el fundamento de la visión crítica que hay sobre esta música, en cuanto a que lo típico puede remitir a una postal? ¿Aparte de que después de 1973 terminara tiñéndose de política?
Catalina: Lamentablemente es otra de las herencias de la dictadura.
Eugenio: Claro. Antes jamás hubo una identificación política con esta música. La música típica tenía claros expositores. Había un respeto mutuo. Se da mucho lo de la postal, porque es natural: esta música típica se conoce por la radio, los teatros, los discos, el cine y después la televisión, y eso es adornado en tal forma que sea atractivo al público masivo. La canción de raíz tiene mucho de emociones, de la vida de la gente del campo, pero en una época romántica de la música chilena de los años '40 y '50 la canción se hace muy descriptiva, y ya le va a cantar al sauce llorón, a la china que va a lavar al río, al agüita clara. Donato Román Heitman, un gran compositor de música chilena, o Francisco Flores del Campo, hacen postales con estas imágenes. Francisco Flores va a Hollywood (en los años '30) a hacer cine, entonces es un hombre que entiende el espectáculo. Y cuando hace La Pérgola de las Flores (su popular obra musical de 1960), ésa es una postal completa.

-¿Antes del '73 ya viene una reacción contra esa mirada, cuando músicos de la Nueva Canción Chilena reaccionan contra el sauce y el arroyo?
Eugenio: Los '60 son una época sociológicamente muy interesante, de mucho cambio, con una juventud tremendamente activa y participativa en la sociedad. El movimiento de la (reforma estudiantil) en la Universidad Católica es un año antes que en París: París 68, Chile 67. Y en la música la gente también quería cambios. Viene el neofolklore primero, con mucha fuerza y una propuesta completamente distinta a la música de postal, a la música típica. Y esto no sólo lleva a una forma distinta de cantar: autores como Rolando Alarcón, Patricio Manns, entregan canciones al neofolklore con temáticas mucho más profundas. Un "Arriba en la cordillera" se trata de arrieros, pero tiene una temática universal.
Catalina: Es un drama social.
Eugenio: Y a los pocos años, '67, '68, empieza un movimento de los cantautores. Primero un Martín Domínguez, Rebelde con causa (disco donde Rengifo tocó guitarra); viene el dúo Amerindios antes que Quilapayún, viene Víctor Jara desde el Cuncumén, Patricio Manns ya es consagrado y se provoca un movimiento musical cien por ciento político, con grupos izquierdistas, que ayude a la revolución, con los Parra, Inti-Illimani, Quilapayún, Rolando Alarcón, y en su gran mayoría trabajan por una causa ideológica. Y la música típica chilena nunca trabajó por una causa ideológica.

-Pero en el punto de vista de esos nuevos músicos sí, simbolizaba ese mundo tradicional.
Eugenio: Sí, y se produce una división en tres tendencias: el neofolklore en alza, la Nueva Canción naciendo (Rengifo fue testigo directo al participar en 1969 del Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, ganado por Víctor Jara y Richard Rojas) y la música típica chilena, que tiene una declinación en esos años. Grandes artistas como Silvia Infantas dejan de cantar, Los Cuatro Hermanos Silva se quedan en México y los Quincheros son los que mantienen la línea y lo hacen muy bien.

La canción es más fuerte

-¿Desde entonces ha recuperado terreno esa música, o hay un cariño que reconstituir de parte del público?
Catalina: Del público no, para nada. No es un problema del público. La gente de todas las edades y en todas partes llega a llorar en los conciertos.
Eugenio: Entre el público esa música está muy arraigada. Lo he comprobado en nuestras presentaciones. La música chilena típica es de una aceptación notable. Muchas veces nos pasó en las giras, en la época de la dictadura militar, cuando íbamos a Estados Unidos, a Europa, a Latinoamérica, que había gente que esperaba a Quilapayún, a Inti-Illimani, y se producían pugnas, pero terminaban cantando con nosotros. Porque son canciones muy arraigadas. Una canción como "Si vas para Chile" (de Chito Faró), cantada en un lugar muy lejano, con personas que no han podido llegar a Chile por mucho tiempo y por razones políticas, la cantas con mucha más emoción.

-¿La canción es más fuerte que la connotación?
Catalina: Eso. Muy bien.
Eugenio: La canción es más fuerte.
Catalina: Te toca la fibra igual.
Eugenio: Hubo una época en que no podías decir que te gustaba, qué sé yo, "Viva Chile" (la patriótica tonada de Luis Bahamonde). No era ideológicamente correcto que te gustara una canción típica chilena, porque había significado otra cosa.
Catalina: Es que Pinochet le dio como caja a esa música.
Eugenio: Ahora hay una libertad mayor de pensamiento. Después de esos esquemas rígidos hoy se empieza a tener disenso. Y no hay nada más sano que el disenso, con respeto. Es lo que te hace avanzar, vivir, crecer. Con puros consensos en Chile estamos re mal.

-Y tal como en un momento era consensuado que no te gustara "Viva Chile", en otro momento era peligroso escuchar a Violeta Parra. ¿Creen que la música típica pagó ese costo de tener una connotación política?
Eugenio: Sí, por supuesto.
Catalina: Como mujer de 32 años una de las herencias de la dictadura son esos esquemas, que tienen que ver con la música, con el color de los ojos, con todo, y que recién se están rompiendo. El repertorio de Los Huasos de Algarrobal ha includo siempre desde la postal de "Si vas para Chile" hasta Pato Manns, la Violeta (Parra), Víctor Jara…
Eugenio: Pero reconstruir entre el público nada: la música folclórica típica chilena sigue viva en el país, entre la gente. Si hay que pedir algo a alguien es a los medios masivos. En una época en que nos queda un año para el Bicentenario, para rescatar el alma nacional ante el mundo globalizado, qué aportas culturalmente: ¿Violeta Parra solamente? Los medios tienen una responsabilidad importante en mantener viva el alma chilena.

El periodista y la historiadora

-¿Cómo fue escribir este libro entre una historiadora y un periodista, se delegan los roles?
Eugenio: Uno como periodista tiene una mirada distinta a un historiador, va a lo más cercano e inmediato, pero no es suficiente. En un trabajo de este tipo se requiere la rigurosidad de un método histórico. Ése es el aporte periodístico: no considero haber escrito un libro histórico, sino un reportaje mucho más extenso.
Catalina: La estructura, la idea y la redacción son del señor Rengifo. Yo aplico una metodología, y lo que más me gusta de este libro es que se fueron mezclando las labores. Quien se quedó más largas horas en la Biblioteca Nacional fue don Eugenio, y le quedó gustando. Y claro, esta vez hice yo las entrevistas (sonríe). Asumí el rol de periodista. Más allá de haber descubierto este grupo maravilloso, fue bueno darse cuenta de cómo las disciplinas se retroalimentan no sólo en ser funcionales unas a otras, sino que se funden y nos apasionan por igual.

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http://www.musica.cl/

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Los Cuatro Huasos
(Eugenio Rengifo Y Catalina Rengifo)

Primer libro de la colección “Nuestros Músicos” que publica SCD en coedición con Catalonia. los Cuatro Huasos. Alma de la tradición y del tiempo, da cuenta de la historia del grupo que en 1927 inició un estilo que con los años se denominó música típica chilena. Su influencia fue determinante en una serie de conjuntos que cultivaron esta forma de interpretar el cancionero popular de Chile durante el siglo XX y lo que va corrido del siglo XXI. a juicio del presidente de la SCD, Fernando Ubiergo, este conjunto “dejó una profunda huella musical en generaciones de chilenos con un sello distintivo que hoy se recrea y revive en agrupaciones como los Quincheros y los Huasos de Algarrobal. los Cuatro Huasos desarrollaron un estilo único de composición e interpretación a partir de la tonada convirtiéndola en un género”. para la elaboración de este libro sus autores revisaron la obra de numerosos historiadores y estudiosos de la expresión popular chilena, además recogieron el testimonio directo de quienes fueron parte del movimiento musical iniciado por los Cuatro Huasos. Recurrieron a expertos y también a familiares de los músicos quienes aportaron el valioso material gráfico que incluye esta obra. en Chile, como explican los autores, la tonada es uno de los frutos más evidentes de la influencia española, junto con la canción, el vals y la cueca, los Cuatro Huasos hacen de ella uno de los pilares fundamentales de su estilo y repertorio. por eso, enfatizan, “rescatar la historia de este grupo es revivir también estos ritmos y versos que han ayudado a consolidar, en cierto modo, la identidad chilena durante los últimos ochenta años”. en sus cinco capítulos el libro habla de los inicios, la segunda época, el legado, la escuela y las grabaciones del cuarteto. Además, contiene un anexo con una selección de canciones, entre las que se cuentan: el tortillero, el martirio, la pollita, la palma, Ay, agüita de mi tierra, Abran quincha, abran cancha, de noche te vengo a ver y Bajando p

Autor: Eugenio Rengifo Y Catalina Rengifo
Género: Otros
ISBN: 9789568303884
Editorial: Catalonia ()

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