domingo, 4 de abril de 2010

EL TERREMOTO, EL MAREMOTO, LAS RÉPLICAS Y LAS BALAUSTRADAS DE LA TERRAZA PICHILEMINA

http://www.pichilemunews,cl/
30/03/2010.



Una de las principales características del balneario de Pichilemu son sus balautradas de La Terraza, como de las escalinatas de acceso a éstas y las que en tres de sus partes rodean el Parque Municipal “Agustín Ross” sufrieron los efectos del destructor terremoto y posterior maremoto.

Prácticamente la destrucción es total. Cerca de 500 metros lineales están en el suelo. Lo increíble es saber que no todas estas se cayeron con el terremoto del día 27 de febrero pasado, sino parte de ellas por la acción de las olas, en tanto que el mayor porcentaje corresponde a las secuelas del movimiento telúrico y sus réplicas que han tenido a Pichilemu en un vaivén y centro de la atención de los científicos.

No por nada, sino porque en sus alrededores, a 15 kilómetros al nor este, ha estado el epicentro de la gran cantidad de temblores, algunos de los cuales han sobrepasado los 5 grados en la escala de Richter.

Hasta hoy la actividad telúrica prosigue y pese a que la “normalidad” está volviendo poco a poco, se sabe y se ha dicho insistentemente que la actividad sísmica proseguirá. Pero al mismo tiempo, voces tranquilizadoras –de destacados científicos- indican que lo peor ya pasó y que es muy poco probable que réplicas del terremoto sean mayores que éste.

Por otra parte, las autoridades –entre ellas el propio gobernador, recientemente designado en la persona de Julio Ibarra- se han unido con el alcalde de Pichilemu, entre otros, para dar una señal de optimismo, programando algunas actividades para dar el ejemplo de que “la función de vida y económica, como el turismo, deben continuar”, convocando a los medios de comunicación. Y mostrando al país que, pese a los daños y el ánimo alicaído hay que seguir adelante y levantarse de nuevo.

BALAUSTRADAS

Pichilemu, en el país, es quizás el único balneario que posee tan exclusiva característica que le da un sello especial.

Construidas por instrucción y financiamiento del impulsor del balneario, Don Agustín Ross Edwards, a principios del siglo pasado, cuando estaba concibiendo y creando su balneario recogiendo ideas de exclusivos centros de descanso y ocio europeos, aprovechó la topografía de los terrenos adquiridos –en principio para situar sus instalaciones portuarias- para jugar con la imaginación y la realidad, dando como resultado monumentales escalas que son admiradas y recorridas por niños y adultos en su camino o regreso de la playa Las Terrazas.

Pero así como éstas han sido recorridas por millones de pies de lejanas generaciones hasta estos días, no han faltado los imbéciles que animados con unos grados de alcohol, se han permitido subirlas y bajarlas en vehículos tales como motos y automóviles de doble tracción. Que se sepa no han sufrido accidentes, pero las escalas no han resultado indemnes. Desgraciadamente en años pasados, el peso y golpeteo de los vehículos han logrado soltar y quebrar las baldosas, provocando daños no menores.

También, otros desgraciados, para puro “divertirse” y “hacerse hombres” los han botado a punta de golpes de pies y/o quizás hasta con otros elementos. Todo ello, ha quedado en el pasado felizmente, pues estas situaciones ocurrieron en los años ’80 y cuando lo supimos, junto con hacerlo ver, repudiamos esos actos delincuenciales.

No obstante, al margen de lo anterior, las balaustradas a través de décadas han estado presente en miles de instantáneas familiares, de grupos de veraneantes, como de parejas y “monumentos” que, en más de una oportunidad, alentamos a apoyarse o subirse delicadamente para inmortalizarlas; algunas de las cuales adornan este artículo.

Muchas lolas y no tan lolas, invitadas a posar ya para el diario La Tercera, la revista Nuevo VEA y el periódico “PICHILEMU” quisieron mostrar sus imponentes figuras junto a la balaustrada. Y cómo nos íbamos a negar a ello. Obedeciendo sumisamente, antes de perderlas, muchas fueron retratadas con el telón de fondo de los balaustres. Y no pocas fueron publicadas luciendo sus hermosas figuras y, obvio son parte de nuestros archivos



Si bien podría señalarse que estas construcciones –las balaustradas- no son una necesidad de extrema urgencia, sino más bien suntuaria, creemos igual que las autoridades deberán hacer un esfuerzo mayor, en algún momento, para recuperarlas.

No me imagino –como cientos de miles de personas- que pasamos horas y horas contemplando nuestro océano, nuestro mar, nuestras olas, a los deportistas; pero sobretodo los cimbreantes cuerpos femeninos que gráciles retozaban o caminaban a la orilla de la playa, dónde podremos apoyarnos para realizar ese sano ejercicio de recrear la vista.

Pues para eso es, entre otras funciones. Y como una manera de recordar, evocar tanto la belleza de las balaustradas que adornaban La Terraza, escalinatas, Parque y frontis del edificio del ex Casino, hoy Centro Cultural Ross, como de aquellas féminas junto a ellas.

La gran mayoría de las fotografías antiguas pertenecen a nuestros archivos que hemos incrementado en el tiempo, producto de reproducciones de colecciones particulares, de adquisiciones en ferias de libros y fotografías. Como también, algunas –de testimonios de la tragedia- de colaboradores de “pichilemunews” como Carlos Leiva, Sadrac Vargas, entre otros.



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