Las nuevas apuestas de Colchagua
REVISTA DEL DOMINGO
Domingo 25 de Enero de 2009
Recorrido por chile
Paseos entre viñas, comida casera y tradicional, además de viejas casonas acondicionadas para dormir bien, son las propuestas de la zona.
Texto y fotos: Leslie Aguirre, desde Colchagua, Región de O'Higgins.
Por las parras
La Llavería es el final de ruta en Viu Manent.
En caballo o bicicleta, un recorrido por los viñedos es ideal para comenzar el viaje por Colchagua. En Viu Manet (www.viumanent.cl) hay 18 caballos y durante los paseos, el guía y dueño del negocio, Rodrigo Muñoz, cuenta la vida de las parras, las técnicas vitivinícolas y su historia personal de 39 años dedicado a la crianza de caballos. Si tiene mejor condición física, hay un recorrido similar, pero en bicicleta. Con el sol veraniego, mejor pedalee después de las 18 horas y aprenda a diferenciar la forma de las hojas y a reconocer el nombre de las distintas uvas. En bici, los recorridos terminan en la casona La Llavería con una cata de vinos tradicionales.
Alimente un ternero en Los Maitenes.
Otra buena excursión familiar es la Granja de los Maitenes (www.lechemaitenes.cl) donde se producen quesos, dulces de leche y se enseña sobre la crianza de animales. Una de las dueñas, Patricia Cornejo, cuenta cómo funcionan los equipos de extracción de leche a gran escala y otros detalles de la producción. El recorrido termina con la degustación de quesos hechos en la granja, jugos naturales y frutos secos para acompañar. Ojo con la tienda donde se pueden comprar productos frescos que ellos elaboran.
Reponer energías
El restaurante Pan Pan Vino Vino (www.panpanvinovino.cl) funciona en una construcción de 1830 que, en sus orígenes, fue una panadería. Incluso el horno y una carreta de repartición originales son parte del mobiliario. Por unos 14 mil pesos, ésta es nuestra sugerencia para almorzar: medallones en salsa de vino con pimientos acaramelados y, de postre, papayas rellenas de mousse de arándanos y helado. Dentro del restaurante funciona una tienda donde pueden conseguir quesos, mermeladas y postres caseros.
Otra opción es el restaurante Mistela (www.mistela.cl), que apunta a demostrar que Chile tiene comida típica desde la época prehispánica. Una investigación de dos años (a cargo de la antropóloga Sonia Montecinos, con la chef Pilar Larraín y la arquitecta Mirta Núñez Jaramillo) muestra que recetas con ingredientes como maíz y papas pasaron de la dieta mapuche a la hispana, y que siguen vigentes hoy. Mote de maíz, humitas en chala (hoja en quechua) y loco en su concha son tres de los mejores platos disponibles. La comida cuesta unos 12 mil pesos.
Una buena once en Misiá Anita.
Para la hora del té vaya a la antigua Hacienda Peralillo, donde está la pastelería artesanal Misia Anita (www.misiaanita.cl). Desde 1994, su dueña, Yolanda Correa, busca conservar la tradicional pastelería colonial, y ofrece una mesa con café, dulces y pasteles, torta del día, jarabe de frutas para refrescar y dulce de membrillo. Después puede dar un paseo por la pastelería, para que le cuenten la historia del lugar y expliquen los procesos de elaboración.
Dormir a la antigua
El estilo de Casa de Campo es hogareño.
Con decoración rústica, el Hotel Casa de Campo (www.hotelcasadecampo.cl) abrió sus puertas el primer fin de semana de 2009. La construcción tiene acogedoras habitaciones y áreas comunes en medio de un extenso campo, piscina y una linda vista que invita a caminar, sobre todo por la noches, pues las estrellas se ven lindas.
Con quesos frescos de la zona, jamón, jugos frutales y pan hecho en casa, el desayuno merece un párrafo aparte.
En medio de extensos parronales sin fin, el Parador de la Viña (www.paradordelavina.cl) funciona en una antigua casona de 1930 construida en adobe. Atendida por su dueña, las habitaciones tienen un toque hogareño y lo mejor es que hay una piscina rodeada de parras y una muy intensa sensación de calidez.
Entreviñas (www.entrevinas.cl) es otra casona antigua que conserva sus muebles y arquitectura originales. Al entrar, la sensación es la de estar en una enorme hacienda en la época de las encomiendas. Quizá por el candelabro gigante que alumbra en la sala de espera. El comedor sigue la misma línea, pues se trata de una mesa para unas veinte personas. Todo es tranquilo y, al caer la noche, el silencio se contagia e invita a dormir profundamente.
Datos prácticos
Tenga en cuenta que hay paquetes de Colchagua Tradicional todo incluido. Como referencia, dos días y una noche en uno de los hoteles, dos almuerzos –o cenas– en los restaurantes y tres actividades, cuesta 95 mil pesos. Más información, tel. (72) 858 059;
info@colchaguatradicional.cl
www.colchaguatradicional.cl
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