Liceo de Niñas Eduardo Charme de San Fernando
HISTORIA DE UN SIGLO EDUCANDO
En los días de mayo de 1905, San Fernando vio nacer al liceo de Niñas. Se fundó este establecimiento de enseñanza secundaria, gracias a las gestiones realizadas por el senador de Colchagua de aquel entonces, don Eduardo Charme Fernández.
Por esa época existían dos colegios para la educación de señoritas y el de las Monjas Alemanas y la Escuela Modelo, la actual Escuela de D-418. A pesar de eso, don Eduardo luchó en el senado por dotar a esta ciudad de un Liceo con el fin de elevar el nivel educacional de la juventud de su tierra natal. Por eso la realización de su deseo fueron recibidos en la capital de Colchagua con muestras de gran júbilo, y al momento se empezaron a hacer los trámites necesarios para que empezara a funcionar.
Con la inauguración del Liceo se abrieron nuevas expectativas a las adolescentes de la zona, ya que la instrucción impartida por las monjas era más bien especializada en el sentido de que educaba para desempeñarse y desenvolverse en salones y en sociedad; y la de la Escuela era para la gente del pueblo, con menos recursos y sin grandes aspiraciones. En cambio, ahora, la instrucción liberal dada por profesoras que traen los últimos adelantos pedagógicos, permiten a las alumnas poder seguir una profesión para ayudar a sus padres y al mismo tiempo hacer frente a la lucha por la vida.
Su primera directora fue doña Eva Figueroa Rojas, a quien se le recuerda como una distinguida, elegante y hermosa dama. El profesorado fundador alcanzó a: 10 maestros, de los cuales 4 eran hombres y dos eran de preparatorias.
Doña Eva estuvo a cargo del establecimiento hasta 1908, año en que se creó el tercer año de Humanidades. En 1909 fue nombrada, para suceder doña María Bailly de Salvatierra, quien permaneció en la dirección hasta 1925.
Durante su estada, el Liceo llegó a contar en 1915, con sexto año de Humanidades, o cuarto medio actualizado, pero una serie de inconvenientes hicieron que en 1925, fueran suprimidos los cursos que formaban el segundo ciclo.
Al año siguiente, hasta 1927 su directora fue doña Clementina Peña Aguayo, la que fue reemplazada por la señora Ginebra Burotto (1928), permaneciendo en el cargo solo por dos años; antes de finalizar 1930 encontramos a la señorita Zunilda Contreras. Cuando se alejo del colegio (mayo de 1932), éste contaba con 246 alumnas y con tercer año de Humanidades (primer año medio).
El 9 de Mayo de ese año, de especial significado de la historia del Liceo de Niñas de San Fernando, porque tomó la dirección doña Viola Guzmán de Soto, quien con el tiempo ha llegado a ser considerada como el tipo clásico de mujer superior, de formadora de almas y de maestras.
Cuando en 1955 celebró su cincuentenario el Liceo contaba con el personal docente y administrativo de 50 funcionarios y 13 empleados de servicio. Existían 22 cursos de Humanidades y siete de preparatoria, cuatro talleres técnicos, un curso de contabilidad y una sección internado que albergaba un nutrido número de estudiantes.
Posteriormente se desempeñan como directoras del Liceo las siguientes profesoras: Zunilda Fuentes de Kaempffer (1967 – 1972), Teresa Muñoz (1973 – 1975), Mercedes Sepúlveda Aguayo (1975 – 1979), Hilda Quezada Gómez (1980 – 1982), Regina Rodríguez Donoso (1983), María Cecilia Galaz Navarro (1984 – 1986), Jorge Galaz Navarro (1987), Miguel Lastra González (1988 – 2003), María Cecilia Galaz Navarro (2004), Guillermo Valenzuela Moreno (2005) y Juan Quiroz Fuentes (2006).
Actual Directora del Liceo de Niñas de San Fernando (1955)
Ha sido, principal y esencialmente, una educadora excepcional y de alta categoría. Jamás podrán olvidar las que han tenido la suerte de ser sus discípulas el bien que con pródiga mano derramó sobre ellas. Sus virtudes, su temperamento, su cultura, su fino pulso para sondear y conocer lo humano, y muchas otras cualidades hacen de ella la verdadera maestra, que no solo instruye sino que además orienta para esta empresa que es la vida.
Es el tipo clásico de la formadora de almas, de la gran maestra. Educa por sí misma. Desde ya con su presencia que en simpático ritmo se armoniza con las bellas condiciones inherentes a su espíritu: su constancia en el trabajo, su fidelidad en el cumplimiento del deber, su capacidad interpretativa del sus educandos. Su estampa es también para sus alumnas un ejemplo: impecable indumentaria, con sencilla elegancia su figura irradia la cordial simpatía que es preámbulo, muchas veces, para captar el espíritu de las niñas. Así como aquella es erguida y correcta sus procederes, paralelamente, también lo son. Su palabra es serena, sobria y ungida de cierto perfume místico, de ese misticismo afectivo que nace de las almas delicadas que se consagran a una vocación real.
El 9 de mayo de 1932 en que se hiciera cargo de la dirección de este liceo ha trabajado sin desfallecirnientos, sin quejas, sin vanidad, logrando para su tarea la línea de una acción no meramente atractiva sino principalmente educativa. Ajustándose a esta norma ha realizado, desde entonces, su misión educadora el Liceo de Niñas de San Fernando. En cada ramo de estudio, en la actitud del profesorado, en el régimen interno, hay una propiedad que le es peculiar y que hace que las alumnas se vean inducidas a encauzar su vida con nítida comprensión de sus deberes y derechos y de los deberes y derechos de los demás. Esto ha hecho del liceo un establecimiento educacional de espíritu moderno, de acuerdo con las últimas experiencias de la pedagogía científica.
No reseñaremos aquí toda su labor docente y cultural ni los resultados obtenidos; preferimos dejar que el tiempo dé su verdadero relieve a la tarea de la Sra. Directora y nos permita apreciar a la distancia el enorme paso que en sus brazos ha dado la enseñanza.
La señora Viola Guzmán de Soto ya ha conseguido aquello que es para una mujer tal vez la más bella recompensa de su trabajo: el haber conquistado un lugar en el corazón de sus colegas y alumnas. Hoy con ocasión del cincuentenario del Liceo, tendrá la oportunidad de comprobar, una vez más, que la semilla que siembra cae en huerto propicio y fructifica plenamente en muchas vidas. Sus ex-alumnas le harán ver que las mujeres que ha formado son dignas de la responsabilidad que humilde o grande les ha correspondido en la vida.
J. B .B.
Publicado en el BOLETÍN DEL CINCUENTENARIO LICEO NIÑAS DE SAN FERNANDO
San Fernando, 8 de octubre de 1955.
HIMNO AL LICEO DE NIÑAS DE SAN FERNANDO
Música: Pedro Núñez Letra: Gonzalo Drago G.
CORO
Alcemos puras nuestras voces
para entonar nuestra canción
que en nuestras venas fraternales
palpita un solo corazón.
En las aulas de clara armonía
en los patios nimbados de sol
nuestras nobles maestras nos guían
hacia un mundo más bello y mejor.
La esperanza germina en las mentes,
abre surcos de amor y de fe,
avancemos unidas las manos
y los labios ungidos de miel
Oh, liceo, de antiguos olivos
que nos llaman con voz maternal;
sostendremos en alto tu enseña
con el lema de un mismo ideal.
Oh, liceo, de antiguos olivos
que cobijas azul colmenar
escuchad nuestras voces sonoras,
nuestro lema de "Patria y Hogar".
REVISTA INTRAMUROS
REVISTA NÚMERO 10
VIOLA SOTO, PREMIO NACIONAL DE EDUCACIÓN 1991: “La educación chilena no es equitativa”
• El Instituto Pedagógico fue “el” lugar de formación de profesores de América Latina. Preparó a los docentes de las escuelas públicas con un sello laico – racionalista y fue fundamental en la formación de una clase media intelectual y crítica, afirma esta destacada académica de la UMCE.• La Reforma Educacional tiene que, a su juicio, perfeccionar la formación de profesores y generar un ambiente de respetabilidad hacia este profesional, que ha sido desprestigiado y menoscabado.
Ex-alumna del Liceo de Niñas de San Fernando. Profesora de Historia y Geografía
Viola Soto nació en San Fernando y llegó al Pedagógico en 1940 a estudiar Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica.
-Uno de los logros del Instituto Pedagógico fue dar acceso a sectores postergados del país a una educación de calidad, ¿cómo evalúa este aporte?
-El Instituto Pedagógico fue el lugar de formación de profesores de América Latina. Fue fundamental en las políticas de ese entonces de estado nación y ayudó a la incorporación de nuestro país a la modernidad occidental. Preparó a los profesores de las escuelas públicas con un sello laico – racionalista y fue fundamental en la formación de una clase media intelectual y crítica. Formó a los profesores con un currículo centrado en la especialidad con el modelo alemán y después con los planteamientos del norteamericano John Dewey. Tanta era la importancia del Instituto Pedagógico que, desde 1909 en adelante, empezaron a ser solicitados los profesores chilenos en todo el resto del continente para desarrollar sus sistemas educacionales. A este movimiento también fueron invitados profesores de las escuelas normales chilenas, especialmente la José Abelardo Nuñez.
-¿De qué otra manera se manifiesta la influencia del Pedagógico en América Latina?
-Cuando gané un concurso internacional en 1975, obtuve el cargo de especialista principal del Proyecto Multinacional de Currículo para América Latina con sede en Caracas, en la Universidad Simón Bolívar (1975). Allí me correspondió dirigir una investigación sobre los 50 años de reformas en América Latina. La conclusión fue que Chile había tenido un papel determinante en la formación de profesores latinoamericanos. Ello, por las misiones chilenas que habían trabajado en los otros países y, también, porque distinguidos maestros de esos países se habían formado en el Instituto Pedagógico. Incluso se creó a fines de los años ´50 un instituto pedagógico similar al chileno en Venezuela.
-¿Cómo se generan las políticas públicas de educación?
-Los sistemas escolares evolucionan mediatizados por el poder y por decisiones de consenso. La Ley de Instrucción Primaria Obligatoria (1920) responde a la necesidad de ampliar las opciones de los sectores populares, facilitando la ampliación de la escuela primaria a seis años y cuyos profesores se educaban en las escuelas normales. Los profesores secundarios, formados en el Instituto Pedagógico, prepararon a sectores de la clase media. Este plantel fue determinante para la movilidad social de la clase campesina y obrera hacia los cuadros medios.
-¿La educación chilena actual es equitativa?
-No. El proceso de integración de la población a la escuela, requiere un conocimiento profundo de la diversidad cultural y heterogeneidad social de ésta. Hoy la escuela no entrega una educación que considere dicha diversidad. Sólo responde a la formación cultural de los sectores que han accedido fácilmente a la modernidad, y que sigue siendo ajena a los pobres de nuestro país. Ha intentado serlo, sobre todo con la Reforma Educacional, que se inicia delimitada por las políticas públicas de la Constitución del 80 y de la Ley Loce. Ambas derivaron desde un Estado garante hacia un Estado privatizador y a la municipalización de la educación pública, constriñendo las posibilidades de diálogo profesor-alumno-comunidad-mundo. La formación de profesores pasó a tener un carácter meramente técnico, con un enfoque psicológico y conductista. Durante la dictadura se expulsaron a muchos profesores buenos. La diáspora de esos años produjo un retroceso en la educación pública de Chile. La Ley de Seguridad Interior del Estado coartó la relación profesor-alumno. La Reforma Educacional reabre la educación a la comunicación e intenta que ésta vuelva a su cauce normal. Pero esto es un proceso lento. José Joaquín Brunner, por ejemplo, opina que pasarán al menos 50 años para que se recupere integralmente la libertad de expresión y comunicación. La Reforma tiene que perfeccionar la formación de profesores y generar un ambiente de respetabilidad hacia el profesor, que ha sido desprestigiado y menoscabado. Esto es importante también por las exigencias de los avances científico-tecnológicos y las nuevas necesidades de la ciudadanía.
*Viola Soto Guzmán estudió Pedagogía en Historia y Geografía en el Instituto Pedagógico; fue jefe técnico del Liceo Manuel de Salas y ha sobresalido en la vida académica en esta Universidad y en la Pontificia Universidad Católica de Chile como una destacada curriculista que se ha centrado en el currículum crítico. En la UMCE fue vicerrectora académica con el retorno a la democracia, y precandidata a la Rectoría en 1994; además, estuvo a cargo del Programa de Post- Grado y Post-Título entre 1995 y 1999. Recibió el Premio Nacional de Educación en 1991.
Etiquetas: Dolores Pincheira de Silva, Liceo de Niñas Eduardo Charme de San Fernando, San Fernando, Viola Guzmán de Soto, Viola Soto de Pinto, Zunilda Fuentes de Kaempffer
1 comentarios:
Melisa:
Muy hermoso tu relato de mi madre y mío, me ha hecho llorar. Mi hija me dice que te escriba para que completes el documento sobre mi persona ya que tu lo hiciste hasta el año 2008.
Te completaré hasta el 2013, porque me han sucedido en este período muchas cosas importantes.
Mi familia y yo te estamos muy agradecidos de tu hermoso trabajo.
Te saludo con mucho cariño y gratitud.
Viola Soto Guzmán
PD:dame tu email para escribirte
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