sábado, 16 de febrero de 2008

Grupo literario LOS AFINES de San Fernando

LOS AFINES

Desde 1949 son “Los Afines” quienes han despertado las inquietudes artísticas en Colchagua: conferencias, exposiciones pictóricas, c h a r la s radiales, ferias de libros, etc., han sido patrocinadas por ellos. Escritores y artistas como Acevedo Hernández, Benjamín Subercaseaux, Pablo Neruda, Ricardo Latcham, González Vera, Nicomedes Guzmán, Manuel Rojas, Manuel Astica, Reynaldo Lomboy, Julio Barrenechea, A l e j a n d r o Magnet, Hugo Lindo, Mila Oyarzún, Baltazar Castro y tantos más que seria largo mencionar han llegado a San Fernando a entregar su mensaje de arte, a remover la tierra demasiado quieta que se encierra en esas pequeñas o grandes ciudades provincianas.Fernando Colina, Enrique Neiman, Gonzalo Drago, Pedro Lastra, Mario Dazán, Julio Silva Lazo, Heriberto Soto, Juan Jacobo Serrano y Juan Hidalgo han publicado sus libros de poemas, cuentos, novelas, ensayos, bajo el sello de “Los Afines”.
Los fundadores de este grupo: Gonzalo Drago, Enrique Neiman, Heriberto Soto, José Vargas, etc., pueden sentir el orgullo legítimo de las realizaciones de estos fructíferos diez años de vida que entregan una labor de arte y cultura inolvidable para esa región.

GONZALO DRAGO GAC

Antes que la Sociedad de Escritores Nacionales consagrara a Gonzalo Drago como uno de los valores dentro de la literatura chilena, ya este joven cultor de las letras era conocido por su selecta producción.
Nació en San Fernando y debido a sus condiciones de pobreza hizo estudios muy irregulares y fragmentarios. Adquirió en la escuela primaria los elementales conocimientos que completó después, gracias a sus esfuerzos, con los de primer ciclo de humanidades. Es un ejemplo del autodidacta.
Las necesidades de la vida lo llevaron a emplearse en el mineral '"El Teniente", donde alcanzó una rica expe­riencia, que le debía servir para su colección de cuentos "El Cobre". La vida errabunda y aventurera de nuestro pueblo, está muy bien captada en su "Casa junto al río". Su sensibilidad de buen cuño, se vacia en su colección de poesías que tituló "Flauta de Caña".
El juicio crítico de su obra "El Purgatorio" es encomiástico: "Tiene algo de rusa en la nota pertinaz, dolorosa y pesimista que ensombrece estas páginas, así como de francesa en la sobria elegancia de su estilo y en la medi­da y equilibrio de su factura".
Las revistas más solventes del país y del extranjero con frecuencia publican sus cuentos y producciones.
En toda su obra se puede notar un anhelo porque terminen las injusticias humanas, que un nuevo evangelio de paz y de amor reine entre los hombres. Su inconformismo no se aviene con la sonrisa perenne de su cara, ni con su mano generosa que se abre sin recelos ni segundas intenciones.


Fuente: MEMORIA CHILENA

Gonzalo Drago nació en San Fernando en 1906. Por motivos de carácter familiar, acompañó a sus padres por diferentes puntos de Chile, situación que le impidió finalizar sus estudios formales para convertirse en autodidacta. Su obra de honda raigambre popular, parece ser la extensión de sus propias vivencias, como hombre que conoció de muy cerca diversos ambientes y que se desempeñó en diferentes oficios. Empleado en el resguardo aduanero de Arica, en el Ferrocarril Trasandino, en Duncan Fox, en los minerales de Rancagua -como empleado de la Braden Cooper- y finalmente como funcionario de la Tesorería. Durante estos años, Gonzalo Drago se cultivó leyendo y escribiendo, lo que le permitió adquirir una amplia y sólida cultura,

Se le adscribe a la llamada Generación Literaria de 1938, movimiento que agrupó a más de un centenar de autores y cuya figura o eje central era el escritor Nicomedes Guzmán.

CRONOLOGÍA
1906 Nace en la ciudad de San Fernando. Hijo de Marcial Drago Ramírez y Rosa Gac

1928 Se radica en Rancagua y entrega sus primeras crónicas y algunos poemas al diario La Semana

1929 El novelista Gonzalo Drago conoce al poeta Óscar Castro y entablan una estrecha amistad. De él recibe consejos y sugerencias de lecturas
1933 Junto con otros intelectuales de la ciudad forma el Círculo de Periodistas, asociación que dura exactamente un año por diferencias entre el grupo

1934 20 de Octubre. El novelista Gonzalo Drago, junto con Óscar Castro, César Sánchez, Óscar Vila, Gustavo Martínez, Félix Miranda, Gustavo Vithar y el peruano Luis A. Fernández, entre otros, forman el grupo
Los Inútiles

1938 Se incorpora como colaborador esporádico en el diario El Rancagüino

1941 Publica su primera obra, Cobre. Trabajo que se inspira en las experiencias recogidas durante su paso por la empresa minera Braden Cooper, en Rancagua

1946 Publica, Una casa junto al río, conjunto de cuentos y una novela corta cuyo título da nombre al libro

1948 Publica una serie de cuentos campesinos bajo el título de Surcos

1951 Gonzalo Drago publica El Purgatorio, obra autobiográfica, que da cuenta de las experiencias del autor durante su servicio militar. Por esta obra, recibe el Premio Único en el Concurso Nacional de Novelas, auspiciado por la Sociedad de Escritores

1955 Publica los relatos reunidos en Tres versiones de Chile Central

1960 Su ciudad natal, San Fernando, lo declara "Hijo Ilustre"

1969 Aparece su novela La esperanza no se extingue

1973 Edita su ensayo sobre Óscar Castro: hombre y poeta. Epistolario.. En este mismo año publica su obra Míster Jara

1981 Publica su novela Los muros perforados

1982 Publica una pequeña edición de 20 ejemplares firmados, de su obra, Romances de don Quijote

1994 24 de junio. Gonzalo Drago fallece en la ciudad de Santiago, luego de haber publicado su última obra, Osvaldo Godoy Cornejo: vida y obra de un gremialista



El nombre del escritor Gonzalo Drago les dice poco a los jóvenes. Murió hace una semana a los 87 años y a su entierro asistieron apenas unos pocos amigos de su generación. Se pronunciaron los discursos del caso y parece que ahora viene -tal vez-el olvido.
Recorremos los títulos de la docena de libros que publicó y nos parece que su literatura sobrevivirá. Fue un legítimo gran nombre de la generación del 38, en la que también reconocemos a Francisco Coloane, Nícomedcs Guzmán, Nicanor Parra, Carlos Droguet, Volodia Teitelboim y Femando Alegría.
Drago fue un hombre tímido y silencioso. Casi pedía disculpas cuando hablaba de sí mismo. Estuvo siempre ligado a su gremio y se lo podía encontrar en las numerosas veladas de la Sociedad de Escritores. Anciano, delgado y frágil en los últimos años, no lo abandonaba una sonrisa entre bondadosa e irónica. Reclamaba que se tuvieran presentes los nombres de Oscar Castro, Nicomedes Guzmán, Carlos Droguet, Baltazar Castro. Y lo cierto es que Gonzalo Drago era tanto o más significativo que esos escritores. Debutó en 1941 con Cobre, un libro en que trazó con realismo imágenes de los mineros del cobre. Era empleado entonces de la Braden Copper, que consideró subversivos sus relatos y lo despidió.
Pasó a ser luego empleado de Tesorería. Alternaba su existencia de autor y funcionario provinciano entre San Fernando, Rancagua y Los Andes. En San Femando –la ciudad en que nació el último día de 1906- fundó un grupo literario, Los Afines, que dio lugar a que se creara otro en Rancagua, Los Inútiles, de cuyas tertulias fue animador Oscar Castro, inmenso poeta, muerto joven, de tuberculosis, en pleno desarrollo de su obra.
Drago es autor de Mr. Jara, un relato de antología permanente. En líneas maestras dibuja allí a un personaje despreciable y patético; un moreno hijo de campesinos pobres que en Sewell intenta asimilarse a sus rubios jefes norteamericanos. Aprende mal unas cuantas frases en inglés grotesca mimetización. Enfermo y abandonado en un hospital, recibe la visita de un compañero solidario que le pregunta: ¿Cómo estás, negro Jara?, y este responde: "Mí no conocer a usted".
Escribió Drago otro pequeño libro inolvidable. El purgatorio, en el que penetra en la vida llena de sinsabores, humillaciones y violencia de los conscriptos de un regimiento de Infantería. En otra de sus novelas, Muros perforados, los protagonistas forman parte de la burocracia. Se ganan la vida como empleados públicos provincianos. Viven entre hoteluchos, bares y pensiones dando vueltas en un engranaje que los tritura como seres vitales.
Recordamos en esta mirada a la literatura de Drago algunos de sus cuentos magistrales: El racimo de uvas, Bodas de plata, Ganado cuyano, y otros libros de méritos dispares: Una casa junto al río, Surcos, Yunque y La esperanza no se extingue. Dejó inédita la novela Tiempo de adorar, que cuenta las frustraciones, terrores, miserias y dolores vividos durante los años de la dictadura.
Se reconocía como un empleado público jubilado con magra pensión y también como un periodista de columna permanente en El Rancagüino y otros diarios regionales, que acogían sus artículos así como sus créditos.
Gonzalo Drago sólo escribió sobre la realidad que vivió y conoció. No pretendió ser un prosista moderno. Sus maestros fueron sin variar Zola y Barbusse. Merecía el Premio Nacional de Literatura. Pero rara vez apareció siquiera entre los candidatos. No importa. El futuro le hará justicia.
La Nación, 2 VII 1994 P.39 Martín Ruiz

ENRIQUE NEIMAN

ENRIQUE NEIMAN: "DEL BIO BIO AL ANTIVERO"
Escribe WELLINGTON ROJAS VALDEBENITO

Aunque nacido en Concepción, Enrique Neiman (1920), es desde hace años el animador cultural de San Fernando. Autor de trece títulos es también Directtor del Grupo "Los Afines". Su libro "Del Bío Bío al Antivero" (Ediciones Los Afines 1985) contiene toda la amplia gama de semblanzas de su pueblo adoptivo. Todas ellas están narradas en forma muy sui generis: poseen algo de picardía, de anécdota, tienen una dosis de humor, tienen rasgos pintorescos o bien nos cuentan actos cotidianos de un lugar de la zona central.
Enrique Neiman nos narra lo que según él fue un olvido histórico; En calle Nacimiento rebautizada con el nombre de -Olegario Lazo Baeza- existía una casa que, al decir de muchos, había sido morada del héroe Manuel Rodríguez. En las páginas de la "Voz de Colchagua", él estampó su ira por tal hecho. Sin embargo, tiempo después supo que el famoso guerrillero jamás había vivido en la vetusta casona ni siquiera disfrazado de hallullero caminó por ese barrio.
El autor admite que "no hay día en que no se enamore de una mujer sin distinguir colores ni fronteras", de todas maneras nos dice que "si las mujeres no se pintarrajearan tanto...... bocas engrasadas en variedad de tonalidades; ojos embetunados hasta decir basta; pestañas falsas, recargadas de tintas; pómulos enrojecidos a la mala; cabellos de color cambiante; uñas, piernas, brazos aceitados o al óleo; senos postizos; cremas por arriba y por abajo; perfumes horrendos para provocar alergias. ¡Vaya, cómo quieren que un hombre no busque algo más lozano, más limpio, más natural!".
Las anécdotas de Neiman son múltiples; así nos habla de los primerros cines de San Fernando; de peleas entre mandiles y sotanas; de la siembra de monolitos; de su relación con los musicantes; de una novela entregada por capítulos a un matutino sanfernandino y de sus diversos viajes por otros continentes.
De especial interés son sus encuentros con algunos de nuestros Presidentes, entre ellos, Alessandri Palma, Juan Antonio Ríos, Jorge Alessandri, Eduardo Frei y Gabriel González Videla, quien le quedó debiendo una panimávida, bebida solicitada al entonces joven representante del radicalismo en la zona por el primer mandatario, quien se aprestaba a pronunciar uno de sus fogosos discursos.
Enrique Neiman ha querido brindar a los lectcres una cosmovisión de su lugar de residencia, San Fernando, lo cual logra en forma certada. Sus páginas poseen una sencillez esclarecedora, ajena a todo remilgo intelectualoide.
Fuente: MEMORIA CHILENA

JOSÉ VARGAS BADILLA (Codegua, 1918)


Poeta y comentarista literario, de vasta trayectoria artística y cultural en su región. Miembro de la Sociedad de escritores de Chile, fundador y ex Presidente del Grupo de Poesía "Colchagua".Ha publicado los poemarios: Sangre otoñal, 1984; Vecindario de estrellas, 1986;
Presencia de San Fernando, 1989 (compartido) y Por tierras del Romance, 1994.
En prosa la biografía de El pintor Valenzuela Llanos, en 1992.

CUANDO YO TE CONOCI

Cuando yo te conocí
ibas vestida de blanco.
Blanco el color de tu rostro
y de azahares tus manos.
Eran de miel tus cabellos
y de púrpura tus labios,
y en tus pupilas bailaban
las mariposas del campo.
Cuando yo te conocí,
la tarde se iba apagando
y la orquesta de los grillos
daba comienzo a sus cantos.
Era Domingo, recuerdo
cuando estuviste a mi lado,
y era tu cuerpo de mimbre
una brazada de nardos.
¡Cómo jugaba la brisa
en el marfil de tus brazos!
Cuando yo te conocí
ibas vestida de blanco.

LOS LIBROS
JOSÉ VARGAS BADILLA: «Antología Poética»
Por José Arraño Acevedo

Una vez más José Vargas Badilla, se presenta ante su público lector, con un valioso volumen que contiene una selección de su obra poética entregada en ya varios libros. En la edición ante nuestra vista, salida de las prensas en junio último, con más de 200 páginas, de excelente papel y portada del literato y artista, ya difunto, Pedro Olmos nos complace con “Antología Poética”, que la prologa Germán López Droguett quien en parte señala: “José Vargas está de cuerpo entero en estas páginas; su corazón cadencia cada estrofa, su pupila se ensancha en sus sonetos; sus manos acarician y su boca besa en el romance; su lengua arrulla en didácticas rondas al tiempo que al abuelo le obsequia un reconto de variada felicidad”.
Esta Antología Poética “comprende tres secciones: la Natural de La Naturaleza, la del Amor; y Personas y Personajes. En la primera contiene el Romance de San Fernando, El elogio del Rodeo, Mi Calle, Tiempo de Volantines, La Palma, etc.; en Tren del Ramal, canta: “Colmado está el andén de pasajeros/ e inquieta la marcial locomotora./ Es holgada mañana de febrero/ grato entonces partir a ver las olas
Parte el tren con destino a Pichilemu/ y hay baile de pañuelos y palomas./ Atrás quedó el viento volandero,/ alamedas, esteros, verdes lomas./ Cruza el tren la campiña colchagüina,/ riela luego la abrupta cordillera,/ y a la vera los túneles, las viñas./ El tren llega por fin con polvo y verde,/ dolido de reptar en greda y piedra./ Admirable es viajar siempre en los trenes”. En la sección del Amor están Retrato. La Niña de mis sueños, La niña de la calle Argomedo, María del cielo, Francisca junto al mar, y otros; en cuando yo te conocí se expresa: «Cuando yo te conocí/ la tarde se iba apagando/ y la orquesta de los grillos/ daba comienzo a sus cantos./ Era domingo, recuerdo/ cuando estuviste a mi lado,/ y era tu cuerpo de mimbre/ una brazada de nardo./¡Cómo jugaba la brisa/ en el marfil de tus brazos!/ Cuando yo te conocí/ ibas vestida de blanco”. Y en Personas y Personajes hay: Una canción para Gabriela, Romance de Pablo Neruda, Carta a Alejandro Galaz, Elogio de Juan Guzmán Cruchaga, Romance de Luis Oyarzún, quedándome con Elogio a Oscar Castro: «Desde la huasa Colchagua,/ -moza de verdes caderas-/ llego a la patria del cobre/ signado de luz y almendra./' Llegó al terruño de Oscar/ un día de primavera/ pero sepultó mi rostro/ entre mis manos morenas./
Traigo en mi agrario romance/ -almohada de yerbabuena-/ un abanico de espigas/ y un cofre de madreselvas./ y traigo de San Fernando/ -comarca de las camelias-/ el recado de sus bardos/ empapado de tristeza”.
…… Oscar Castro, Oscar Castro/ el de la risa morena/ el que durmió con los grillos/ y comulgó con las peñas,/ esta mañana recibe/ con el zumbar de la abeja, /este puñado de rosas/ de huasa tierra chilena”.
Las solapas de su cubierta vienen recargadas con el currículum de este escritor, comentarista literario y ensayista nacido en Codegua en 1914 y es miembro de la Sociedad de Escritores de Chile y ex-integrante del grupo Los Afines, que tanto bien hizo en la vida cultural de la huasa capital de Colchagua.
Diario VI REGIÓN, San Fernando, 4 ENE 2003 p.3
http://www.atinachile.cl/

martes, 08 de marzo de 2005
UN PERSONAJE ESCRITOR Y POETA JOSÉ VARGAS BADILLA EN PICHILEMU

Una grata estada -hasta ahora- disfruta en Pichilemu el escritor y poeta José Vargas Badilla junto a su esposa Inés López; quien a la edad de 91 años decidió establecerse en definitiva en esta comuna a la que tantas veces ha hecho verdaderos "Elogios" a través de sus inspirados versos. Vargas Badilla es uno de los hombres de letras más longevos de la región. Nacido en Codegua, finalmente se hizo ciudadano de Colchagua, al radicarse en San Fernando, tras jubilar del Servicio de Investigaciones; pero "su segundo amor" lo cautivó y hace algunas semanas concretó un sueño que venía anidando en su corazón quizás de cuántos años: quedarse para siempre en Pichilemu. Con "camas y petacas" se trasladó a su casa de veraneo, la que ahora es su casa habitación permanente. Y pese a que la amplió en el curso de los años, igual -se queja- quedamos estrechos, lo que ambos hace un rato me confidencian, cuando pasé a saludarlos y entregarle un modesto obsequio; pero que un hombre de letras aprecia tanto, por pequeño que sea. Me refiero a un texto sobre Pichilemu: la Guía Turística y Directorio Telefónico 2005/06 de Pichilemu y la provincia Cardenal Caro, la que naturalmente agradeció. Y como un hombre inquieto, lleno de ideas, junto con mostrarnos orgulloso la medalla "Pablo Neruda" que recibió -uno de los pocos en la región- diplomas firmado por el Presidente de la República y un libro especial, de edición numerada (a él le correspondió el N°1807), sobre el vate y premio Nóbel, el año recién pasado con ocasión del Centenario; muy luego nos desliza ideas (la necesidad de un Periódico, que circule al menos semanalmente para plantear las necesidades que son evidente en esta capital de provincia), reclamos (cómo es posible que calles tan principales: Manuel Montt, Manuel Rodríguez, Santa María, Joaquín Aguirre estén sin pavimentar), un Grupo Cultural, etcétera. Y, siguiendo, nos invita a su Biblioteca y escritorio que ha habilitado. Ahí nos damos cuenta de la cantidad enorme de diplomas -más de medio centenar- que se le ha conferido. Más de una docena de galvanos se ven por ahí, a la vista. Además de otros premios y Cuadros de famosos pintores. Nos enteramos también del nuevo libro de su amigo escritor, columnista y profesor Mario Noceti Zerega: Se llama "El Ramo de Huillis y otros cuentos", 16 en total, con una atractiva y vistosa tapa, prologado por Héctor González Valenzuela, ex director del Diario "El Rancaguino", medio en el cual colabora habitualmente Noceti con sus crónicas y donde Pichilemu muchas veces está presente. De hecho, algunas de ellas las vertió en su libro de un par de años: "Pinceladas pichileminas" donde da cuenta de anécdotas, vivencias de estos lares costinos, en que parte de su existencia la vivió en la comuna, como profesor de la ex Escuela "Cardenal Caro" y ex Liceo "José Miguel Camilo". Ya cuando nos despedimos, nos encarga que le averigüe qué Escuelas de Pichilemu no tienen Biblioteca, para regalarles algunos libros y dar el puntapié inicial para que se formen en cada una de ellas. Como se podrá concluir, no solo ha llegado un escritor y poeta a establecerse a Pichilemu: ha llegado un auténtico "Quijote", que pese a su avanzada edad, sigue -lúcido, claro, pero soñador empedernido- llano a seguir entregando cultura. De hecho antes de retirarnos nos lee un nuevo "Elogio a Pichilemu", realizado en un par de tardes. Prometió fotocopiarlo para entregárselos a ustedes, a través de este medio virtual y radialmente, en Radiografía Comunal, próximamente.
Publicante
Pichilemunews @ 13:09

SAN FERNANDO

San Fernando, pueblo mágico, cuna de poetas, situada en la VI Región de Chile, también denominada del Libertador General Bernardo O"Higgins, y capital de la provincia de Colchagua. Se encuentra en el centro del país, y su territorio está regado por los ríos Antibero y Tinguiririca. Situada a 350 mts. de altitud, tiene un clima templado y un desarrollo agrario centrado en la producción de vid, frutas, papas (patatas) y trigo, a la vez que ganadería vacuna. Es un importante centro de almacenamiento de productos petroleros, porque es el centro del oleoducto Concón - Concepción. También posee una industria agroalimentaria y petroquímica. Su gente y su clima son cálidos; amigables y emprendedores, aún podemos encontrar en esta hermosa localidad una cultura campesina y rural del Chile de antaño. Su aporte al arte son de una variada gama, donde se destacan el pintor Alberto Valenzuela Llanos, el actor y comediante Daniel Muñoz y escritores como Alberto Calderón, Olegario Lazo Baeza, Héctor Hidalgo y Enrique Neiman. También aquí, se destacan las poetisas Josefina Acevedo, Regina Royo y los bardos José Vargas Badilla, Lorenzo González, Bernardo Rebolledo, Mario Pérez Arredondo. Fue fundada en el siglo XVIII por el gobernador español Manso de Velasco. Población (1992), 56.322 habitantes. Así es... y así será nuestro San Fernando, fértil como una pradera, lento como un astro.


San Fernando, una comarca de ensueño, parte I
Enviado por
tu_risa el 18/05/2006 a las 23:52
.....en el 264° aniversario de su fundación..... "San Fernando, comarca de ensueño, San Fernando, cristal de emoción, territorio de rojas camelias, semillero de paz e ilusión..." Así comienza nuestro himno, la composición lírica destinada a expresar los sentimientos inspirados por nuestra ciudad de San Fernando, a quienes con tanta sensibilidad y sentimiento lo crearon: en la letra don José Vargas Badilla, al ganar el Concurso Himno a San Fernando, auspiciado por la Municipalidad; y en la música don Carlos Cepeda, en el año 1956. Y es en la comarca de San Fernando, esta división territorial definida por nuestros rasgos tan propios, donde se encuentra la esencia del hombre colchaguino, este semillero de paz e ilusión, en esta tierra huasa que se aspira, que se absorve por los ojos, la que nos nutre el alma, la que se siente en la piel, en la que hacemos toda nuestra vida, en la que debemos atrevernos a ser y a hacer, la tierra que debemos amar. San Fernando, lugar de hombres y mujeres que han tenido vidas fructíferas, de sueños, anhelos y de logros, próceres de la patria, escritores, poetas, pintores, músicos, sacerdotes, profesionales, comerciantes, destacados profesores que han preparado y ayudado a muchas generaciones nuevas a ser mujeres y hombres bien, trabajadores, estudiantes, personas anónimas que en su diario quehacer también ponen su granito de arena. Y así es como debemos continuar, buscando las cosas que nos unan y no las que podrían separarnos, para hacer cada vez mejor este terruño amado al que siempre, estemos donde estemos, querremos volver, como dice en sus versos el autor de los himnos del Liceo de Hombres y de Niñas de San Fernando, Gonzalo Drago Gac:

HE DE VOLVER UN DÍA

He de volver un día a mi viejo terruño
donde están esperándome los álamos desnudos,
el musgo de las tapias que acarició mis manos
y el silencioso canto de los trigos maduros.

He de volver un día, pasaré por las calles
amplias y acogedoras, solitarias y antiguas,
me miraré en la fuente de la plaza, y callado
me impregnaré de paz en sus casas dormidas.

Me mirarán las gentes, estrecharán mi mano,
abrirán un paréntesis de asombro en las pupilas,
me hablarán de sus cosas, de asuntos familiares
y sentiré el descanso de sus voces amigas.

He de volver un día a mi tierra natal
a mi pueblo de tapias y olvidadas fragancias.
Me sentaré en la tierra olor a hierbabuena,
para tocar mi flauta de anhelos y nostalgias.

Caminaré sin rumbo. Tortuosas callejuelas
me mirarán pasar al borde de la tarde,
mientras el sol -lámpara en el ocaso-
derramará torrentes de sueños en mi sangre.

Después retornaré, con el alma llagada
por las viejas nostalgias. Seré una golondrina
que refugió un instante sus ansias en el nido
para seguir los duros caminos de la vida.
JENIFFER ARGOMEDO HODGKINSON Mayo, Otoño 2006

PEDRO LASTRA, ANTONIO SKÁRMETA. MARIO TORAL

Archivo Nacional

Archivo "Pedro Lastra"
Donado por el profesor y escritor Pedro Lastra, actualmente radicado en Estados Unidos. Posee una colección de alrededor de 30.000 artículos sobre literatura latinoamericana, europea, asiática y africana. Muy importantes son sus colecciones de recortes sobre el "boom" latinoamericano; en particular sobre escritores como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, Juan Rulfo y Julio Cortázar.

POETA Y ENSAYISTA (Chillán, 1932) Pedro Lastra Salazar

Pedro Lastra. Nace en Quillota Chile, 1932.
Profesor egresado de la Escuela Normal Juan Madrid. Después siguió Pedagogía en Castellano en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.
En 1968, se trasladó a Estados Unidos, país donde se desempeñó como docente en Búffalo, San Louis, Missouri y en los últimos años en Stony Brook, en la Universidad de Nueva York.
Poeta e investigador de la literatura chilena. Hizo crítica literaria en La Discusión de Chillán. Miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua. Poeta y ensayista. Fue incluido en Los lugares y las nubes, Antología de poetas de la Región del Bío-Bío, de Matías Cardal, Concepción, 1994.
El crítico Ignacio Valente, refiriéndose a Noticias del extranjero afirma que este libro "revela junto a su madurez verbal, el tenue y a la vez profundo sentimiento de extranjería del poeta". Reside, actualmente, en Nueva York.
OBRAS:La sangre en alto, 1954.Traslado a la mañana, 1959.Y éramos inmortales, 1960.Muestra de la poesía hispanoamericana actual, ensayo, crítica y antología, 1973.Antología del cuento chileno, editado en Grecia, 1974.Noticias del extranjero, poesía, 1979.Conversaciones con Enrique Lihn, 1980.Antología crítica de Julio Cortázar, 1981.Cuadernos de doble vida, 1984.Relecturas hispanoamericanas, 1987.Asedios a Oscar Hahn, 1990.
INFORME PARA EXTRANJEROS De nuevo entre nosotros reparte el pan, el agua,gestos desdibujados mi padre,mis hermanos me miran y no me reconocen,me preguntan quién soy, por qué he venido tan tarde, ya es de noche, no sé qué contestar,mi padre abre una puerta y alguien entra,yo sigo dando cuerda a una caja de música que se rompe en mis manos, estoy solo en la casa, mi padre mira un árbol en el patio,las flores, pienso en la primavera.Y sé que es en Chillán...
PARAÍSOS El niño que construye en el mundo visible su pequeño paraíso.
Velozmente.
Se adelanta a los días se instala en su memoria el paraíso perdido.

Pedro Lastra Salazar
Licenciado en la Facultad de Filosofía y Educación, Universidad de Chile. Profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad del Estado de Nueva York.

Julio Silva Lazo (1904-1973), novelista, cuentista casado con Dolores Pincheira Oyarzún (1914-1994), poetisa.

Elegía a la muerte de su esposo, el escritor Julio Silva Lazo. Prólogo del poeta Carlos René Correa (1974)
Presentamos aquí el texto completo del poema elegíacoMI CIELO DERRIBADO, escrito por Dolores Pincheira en memoria de su esposo, el escritor Julio Silva Lazo y que fuera publicado en Santiago de Chile, el año 1974 con el sello del Grupo Fuego de la Poesía e ilustraciones de Mario Torrealba.
A Julio

Las neblinas de junio, adormiladas
entre el rosa y el gris de la mañana,
sin premura, grávidas, descendían
de un vasto cielo impávido
con su blanco cabello derramado.

¡Te llevaron, amado, para siempre!

Estoy viviendo
en idioma de lágrima y espanto;
estoy curvada
ante el altar del día,
sangrando sobre el quieto secreto de lo eterno
con las sienes desoladas.
Paso a las sombras con sus ciegos relámpagos
rescatando tu nombre y sus tiernas colmenas
mientras un gran silencio
como grillo quemante
nos anuda.

Veo
una luna larga
blandir como un cuchillo
sobre el pálido lirio de tu frente,
partir tu carne,
escindir la caricia para siempre,
recorrerte como viento afilado,
vencer tu voz de sol,
rodear nuestra casa de un letal silencio.

Claramente ví que te dormías.
Tu rostro se iba haciendo lejano,
extraño para mí,
se volvía más cirio y nube
que piel pura.

Allí,
tendido,
estabas con la muerte
que cuajaba sus racimos secretos.
El viaje terminaba en vuelo desalado;
la alianza con la vida mostraba sus arenas,
y la noche entregaba sus designios eternos.

Todo en ese instante fue presentimiento.
La garganta quemaba,
un temblor invisible nos unía,
tu mirada me arañó las entrañas.
Comprendimos, de súbito,
que en las alboradas azules
se habían derrumbado las almenas de oro.
Ráfagas se abatían sobre las recias ramas;
ningún ruido llegaba de los cielos cerrados;
un estertor quebró tu débil balbuceo,
y las flores del alba se cerraron.

Eras, amado, la sombra de tu sombra
en esa realidad brutal que transformó
la rosa roja de tu sangre en nieve pálida.
Tus pies de espigas lentamente subían
las escalas del cielo,
con ese olor a campo todavía en tu cuerpo
y la miel de tu bondad radiando
sobre tus sienes blancas.

Un huracán de escarcha y de cenizas
se despeño
por la catarata reseca de mi llanto,
y una eternidad de angustia
cayó sobre mi pecho.
Presentía
que todos los caminos se cerraban,
que tu estrella
no asomarí jamás en la montaña,
que la noche era sólo una losa envejecida.
Toda mi carne en grito!
Entre la arcilla inerme de tus manos,
quedó trizada la Creación entera.

SEMBLANZA DE JULIO SILVA LAZO

Dignos de memoria aquellos hombres que se hacen templando sus dones innatos de consumo en la forja de la Naturaleza y cíe la Sociedad, y que dejan, a cada paso la estela límpida de sus obras en el fragor de la vida a fin de prolongarse por la quietud de la muerte. Uno de esos hombres fue Julio Silva Lazo, de quien ahora se intenta trazar su semblanza sin voces lisonjeras.
Hijo de don Francisco Javier Silva y de doña Julia Lazo Díaz, nació en Doñihue en 1904. “En la Rinconada de Doñihue —mi tierra natal, mi pequeña patria que amamantó mi niñez y mi adolescencia—, aprendí a comprender el lenguaje de los cerros, su expresión fonética y anímica, y sentí la extraña y poderosa influencia que ejercían en la vida del hombre, desde cuyas cimas se vela el cielo más cercano y la tierra más evocaba Silva Lazo por intermedio del narrador de “Mi Abuelo Ciriaco”. Este enraizamiento a la tierra y al hombre fue preferentemente la fuerza motriz que animó su vida y su obra.
Hizo sus primeros estudios en el instituto O’Higgins de Rancagua y los continuó en el Instituto Superior de Comercio en Santiago. Pero ante todo fue un autodidacta que bebió la sabiduría del libro, de la tierra y de la vida. Con este bagaje supo emprender su existencia con un sentido aventurero, visionario y auténtico, la cual se realizó fundamentalmente a través del arado y de la pluma, del comercio y del empleo público. En todo ello fue dejando su sello de hombre íntegro y altruista, modesto y ameno de charla y de trato jovial, trasluciendo una franca alianza de esencia campesina y de savia humanista. Por lo demás tal estampa de Silvia Lazo se proyectó con naturalidad en su prosa vigorosa y liana, matizada de humorismo.
Contaba siete años de edad cuando recibió el primer golpe que empezó a templar su carácter: la muerte de su madre, a quien guardara siempre sublimada en sus recuerdos y quien enterneciera su modo de ser. A los diez años se fugó del hogar, suspendiendo transitoriamente los estudios escolares para ejercer modestos menesteres en Santiago. La comprensión paterna lo trae nuevamente al hogar y sabe orientar aquel espíritu independiente y audaz de niño agreste, que luego irá madurando entre campo y escuela Hacia los dieciocho de edad, fue designado Tesorero Comunal de Doñihue, cargo que desempeñó hasta 1926. En esta fecha viajó al valle del Río Puelo, con una Comisión de estudios para abrir un camino hacia Argentina Allí se radicó durante veinticinco años: dedicóse primero al comercio y, en seguida a la crianza ganadera; compró tierras y abrió rutas de cultivo en aquellos parajes vírgenes. Su apasionada admiración por la belleza y la vida ardua de la región, lo hizo adentrarse por sus más apartados rincones. Con ello se convierte en pionero, no sólo del progreso, sino también de la divulgación entusiasta y minuciosa de la región en la prensa y literatura nacionales. Vivencias de entonces han quedado transmutadas, por él en cuentos de “Hombres del Reloncaví” (Publicado en 1950 y celebrado en el prólogo por Mariano Latorre) y otros relatos inéditos.
A partir de esa época, Silva Lazo colaboró asiduamente con crónicas, ensayos y artículos, de temas diversos, especialmente relativos al agro, la cultura y a los asuntos limítrofes. Una visión profunda y constructiva demuestra en esas publicaciones que, junto a otros relatos, se hallan diseminados en importantes periódicos y revistas del Centro y Sur del país.
De su permanencia en el Sur, data otra faceta Intima de la vida de Silva Lazo. En 1946 contrajo matrimonio con Dolores Pincheira Oyarzún, a la sazón Directora del Liceo de Niñas de Puerto Montt. Juntos alcanzaron la plenitud existencial en una singular amalgama de arte, de renovado esfuerzo y de amo; juntos caminaron el claro-oscuro del tiempo madurado; juntos se adentraron en los secretos del amor al hombre para desvelarlos ante otros ojos
A pesar del aprecio por la región del Puelo y la provincia de Llanquihue, la nostalgia de lugar natal y la búsqueda de nuevas horizontes encaminaron a Silva Lazo hacia el Norte. Seis años a contar de 1951, reside en Temuco, en donde participó en diversas actividades sociales y culturales mientras ocupaba el cargo de Agente General de la Organización Kappés en la provincia de Temuco a San Fernando, ciudad en que permanece hasta 1967; nuevamente el comercio y la agricultura, en tanto que reinicia su producción de escritor. Termina instalándose en Idahue, localidad cercana a Doñihue; ahí había adquirido un predio que él poblara de álamos; aquella alameda que, con tanto esfuerzo levantara, sería la última cosecha de labriego que devolvía sus energías a la tierra.
En 1964, la Municipalidad de Doñihue lo declaraba Hijo Ilustre en un significativo acto público, por la generosa divulgación de los valores naturales, históricos y sociales de su tierra nativa en artículos y relatos. Dos años más tarde, Silva Lazo publicaba la novela “Mi Abuelo Ciriaco”, inspirado en la infrahistoria doñihuana y trascendente de chilenidad, y en la cual además “depone —al decir de Raúl Silva Castro— un testimonio vigoroso y coherente en elogio de la familia, cuyas raíces impalpables atraviesan las edades, es decir, la generaciones, para ir sembrando rasgos de parecido y de espiritual parentesco en cuantos la forman”.
El 12 de junio de 1973, lo sorprende la muerte en Santiago: dejó un árbol, una casa y un libro inconcluso, y hoy sobrevive en una elegía.
JUAN FUENTES GUVOT

BIBLIOGRAFÍA:
* RODRIGUEZ LEFEBRE, Javier. “Doñihue en gracejo de tres escritores nacionales. Santiago: Pájaro Verde, 1989. 40p.

Hombres de Reloncaví
Autor: Julio Silva Lazo
Editorial: Nascimento
Año: 1950
190 páginas.
Silva Lazo, Julio. “Siempre están los dos”. Como Prólogo a Ml: La isla de los pájaros ( Ed. Nascimento, 1955), 7-21.

Juan Jacobo Serrano




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1 comentarios:

A las 30 de abril de 2008, 17:59 , Blogger Gerardo Donoso ha dicho...

Excelente artículo...
Gratos recuerdos...
San Fernando se me quedó enredado en los recuerdos, cuando me vine, me vine con la sensación de que era una ciudad para mucho pero que dormía sin querer despertar.

Ojalá pueda volver pronto y reconciliarme con mi ciudad.

Gerardo.

 

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