sábado, 6 de diciembre de 2008

Artesanía de Lihueimo

V/D EL MERCURIO, 6 de diciembre de 2008


A 15 km de Santa Cruz –justo frente a la iglesia de Lihueimo– por el camino que va a Pichilemu, se encuentra el Centro de Madres María Josefa Errázuriz Mackenna. Allí también los niños aprenden a trabajar la greda. Este año nuevamente las artesanas participarán en la Feria Internacional de Artesanía organizada por la U.C., que se realizará en el Parque Bicentenario.

Más de 30 años llevan las artesanas de Lihueimo dando vida a coloridas figuras de greda. Comenzaron modelando simples jarritos; con el tiempo aumentaron su técnica y tomaron como fuente de inspiración escenas y costumbres típicas de nuestro campo. Animales, huasos a caballo, parejas bailando cueca, hombres arando y pesebres "a la chilena", son parte de los objetos con los que buscan mantener este tradicional oficio.

Bastó poco tiempo para que un grupo de mujeres del sector de Lihueimo –en la comuna de Palmilla, Valle de Colchagua– se entusiasmara en aprender un nuevo oficio, algo muy distinto a las labores domésticas a las que estaban acostumbradas. Era mediados de la década de los setenta cuando la dueña del entonces conocido Fundo Lihueimo, María Mackenna de Errázuriz, comenzó a incentivarlas para que ampliaran sus conocimientos, confeccionando distintas figuras en greda. Buscaba ayudar a quienes trabajaban junto a ella y, al mismo tiempo, rendir homenaje a su hija María Josefa, quien justo antes de morir repentinamente en un accidente guardó en una caja un pequeño pesebre que ella misma había hecho en este noble material.

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En la foto Luzmira Lorca Presidenta del Centro de Madres que se creó hace más de tres décadas.Algunas de las cultoras de este arte popular lo aprendieron de niñas. Coloridos manteles y paños bordados son también parte de esta tradición artesana.

Sus trabajos iniciales los desarrollaron en una comunidad de Palmilla; allí, además de tejer y bordar, comenzaron a hacer sencillos jarrones que sirvieron de base para que estas mujeres aprendieran algunas técnicas del trabajo en greda. Fue sólo cosa de tiempo para que se transformaran en expertas. Luego María Mackenna –quien murió en mayo pasado– les habló de hacer pesebres. Ellas aceptaron y con el tiempo les otorgaron un sello distintivo: a las figuras ya existentes sumaron pastores, gallos, huasitas... convirtiendo la escena en un pesebre "a la chilena".

Al tiempo realizaron su primera exposición en una antigua casa del sector, empezaron a vender y, con un porcentaje de sus ganancias más algunas donaciones, construyeron el Centro de Madres María Josefa Errázuriz Mackenna; paralelamente buscaron ayuda en Santiago para darse a conocer. Tras tocar muchas puertas dieron con Lorenzo Berg –entonces organizador de la Muestra Internacional de Artesanía de la Universidad Católica– quien quedó fascinado con las figuras que le presentaron. Paños y manteles bordados con representaciones típicas del campo chileno también fueron parte del muestrario.

Entre risas las artesanas recuerdan sus primeras experiencias en esta feria, con limitadas técnicas y objetos de greda que se deshacían en las manos al estar completamente crudos. Con los años la situación cambió, y de manos de Vania Roa –experta en artesanía– recibieron la capacitación técnica necesaria para avanzar en sus labores artesanales: "Ella nos enseñó a trabajar la greda porque estaba con la inquietud de que esta artesanía no desapareciera", cuentan las artesanas sentadas en un círculo a la entrada del lugar donde se ubica algo así como su centro de operaciones, y en el que se reúnen los lunes cada quince días.

La gracia de estas artesanías es que son creaciones ciento por ciento originales, y por la forma en que están trabajadas no pierden su color.

Una de sus representaciones más características son los pesebres "a la chilena". Por estos y sus demás creaciones han recibido diversas distinciones en Chile y el extranjero. El año 2000 obtuvieron el premio a la mejor artesanía de Chile.
Los demás avances vinieron por cuenta propia. Aprendieron a moldear, quemar y pintar figuras que contaban cada vez con más detalles, siendo la vida que las rodeaba fuente de inspiración para sus creaciones: "Distintas escenas que veíamos acá las recreábamos. La señora María no nos dejaba copiar nada, así es que las mismas costumbres, procesiones, huasos, fiestas navideñas y hasta un pesebre gigante que realizamos con la gente para Navidad los traspasamos a la greda", dicen.

Dependiendo de la figura el proceso puede durar hasta un par de meses: sacan la greda del cerro, la moldean, luego hacen su quema y finalmente la pintan con tierras de colores preparadas con huevo. Algunas figuras, además, las trabajan con alambres.

En los últimos años los más pequeños también han sido protagonistas en esta historia, ya que asisten a cursos donde se les enseña esta artesanía. El fin es que esta tradicional labor siga heredándose de generación en generación, por lo que las artesanas les han transmitido parte de los conocimientos de un oficio que nadie quiere que desaparezca.

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Falleció señora María Mackenna, vice presidenta de Cofradía del Carmen


En horas de la mañana del martes 6 de mayo falleció la señora María Mackenna de Errázuriz, vice presidenta de la Cofradía del Carmen. Sus funerales se realizarán este miércoles 7 de mayo, luego de una misa a celebrarse por el eterno descanso de su alma, a las 15.00 horas, en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, ubicada en Presidente Riesco 6430, Las Condes.

Su vida

La señora María Mackenna Shiell nació en septiembre de 1922, en una familia de tradición católica. Estudió en el colegio Jeanne d´Arc.

Casada con Carlos Errázuriz fue su gran compañera por más de 50 años en su vida, en el campo, en su quehacer político y continuó, junto con sus cuñadas, con la obra social creada por su suegro.

Tras 9 años de matrimonio tuvo sus 2 hijos: Carlos José y María Josefa, quien murió en un accidente a la edad de 10 años. Carlos José es sacerdote y vive en Roma hace varios años.

En recuerdo de su hija fundó el Centro de Madres María Josefa Errázuriz, que dio nacimiento a las artesanías de Lihueimo, ampliamente conocidas. Estas artesanías, que muestran las tradiciones y cultura popular chilena, se especializan en nacimientos y han participado de exposiciones internacionales y cruzado nuestras fronteras y se pueden encontrar en distintos lugares del mundo.

Por más de 30 años presidió la Cofradía Nacional del Carmen. A ella le correspondió la tarea de buscar una nueva casa para la imagen de la Virgen del Carmen, que tradicionalmente preside la procesión por las calles del centro de Santiago, en el Día de Oración Por Chile, y que no pudo continuar en la Basílica del Salvador por los deterioros sufridos, en dicha Basílica, a causa del terremoto de 1985.

Su incondicional amor a la Virgen la llevó a ser artífice de la restauración de la Parroquia El Sagrario, actual Santuario de la Virgen del Carmen, ubicado al lado de la Catedral Metropolitana.

Se caracterizó por su humildad, junto a su sabiduría, su tesón en las obras que emprendía y la alegría, cariño y sencillez con que se entregaba en el servicio a los demás. La calidez que proyectaba mostraba su profunda unión a María y su amor y confianza en el Señor. Su sonrisa no la abandonó ni siquiera en la enfermedad que la aquejó en esta última semana.

El incendio de la imagen de la Virgen del Carmen fue un detonante en el deterioro final de su salud.

Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 06/05/2008
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María Mackenna de Errázuriz: Mujer de fortaleza, mujer de paz

Ferviente católica, servidora de los más desposeídos, madre y esposa ejemplar. Así fue la presidenta de la Cofradía Nacional del Carmen, señora María Mackenna de Errázuriz, fallecida el 6 de mayo en Santiago. Numerosos han sido los testimonios publicados que elogian a esta fiel camarera de la Virgen del Carmen que partió a los brazos del Padre dejando un legado de amor a la patria.

María Mackenna, fiel camarera de la Virgen del Carmen
Publicado en el diario El Mercurio 12 de mayo de 2008

"Marita", como la llamaban cariñosamente quienes la conocieron, fue un ejemplo como esposa, madre y devota católica que dedicó, con sencillez y alegría, gran parte de su vida a la Virgen del Carmen y, a través de su fe, a Chile. Siempre sostuvo que "acercando la gente a la Virgen" los allegaba a lo mejor de la patria.

Había nacido el 16 de septiembre de 1922 en el seno de una familia fiel a los más preciados valores cristianos. Se educó en el colegio Jeanne d'Arc y en 1946 se casó con Carlos José Errázuriz Eyzaguirre, nacido en Santiago, el 3 de marzo de 1919; hijo de Carlos Errázuriz Mena y Javiera Eyzaguirre Ochagavía, abogado y agricultor que durante tres períodos parlamentarios fue diputado conservador por la Décima Agrupación Departamental de San Fernando y Santa Cruz, entre los años 1953 y 1965.

Por más de cincuenta años ambos tuvieron un feliz matrimonio que compartieron en Lihueimo, el nombre del fundo que trabajaba Errázuriz. Su esposa lo acompañaba en sus actividades políticas, pero también impulsando obras sociales en beneficio de los más pobres.

María Mackenna tuvo dos hijos. El primero, sacerdote y doctor en derecho canónico, hoy avecindado en Roma, y una hija que falleció en un accidente cuando contaba apenas con 10 años de edad. En homenaje a ella fundó en Lihueimo un centro de artesanías y tradiciones populares, cuyos trabajos se han presentado en varias exposiciones. Su inquietud manifestada en una verdadera vocación por servir a la Virgen del Carmen la llevó a presidir, desde 1986, la Cofradía Nacional del Carmen, correspondiéndole trasladar su imagen hacia la Parroquia del Sagrario cuando la Basílica del Salvador sufrió graves daños en el terremoto de 1985.

Para ella, el mayor honor fue vestir y engalanar a la Patrona de Chile. En su trabajo para promover el culto a la Virgen y realizar acciones sociales contó con la ayuda de casi 1.500 camareras inscritas en la Cofradía de larga tradición en Chile.

Sin embargo, toda la felicidad que experimentó al acompañar a la Virgen del Carmen fue interrumpida por el dolor que sufrió cuando constató los daños que causó en su imagen el atentado incendiario de que fue objeto recientemente por la acción de un insano. Dos días después le sobrevino un derrame cerebral del cual no pudo recuperarse, dejando un recuerdo de sencillez, amor al prójimo y a Chile y de una profunda devoción a su Patrona. La misa de su funeral, oficiada por su hijo y por numerosos obispos chilenos, dio cuenta de un enorme cariño y gratitud a una mujer ejemplar.

In memoriam
María Mackenna de Errázuriz
Por Marta Cruz-Coke de Lagos

Había en ella la fortaleza de que hablan las Escrituras.

Su cuerpo frágil y delicado parecía a menudo a punto de quebrarse, pero ella lo mantuvo firme a través de todas las vicisitudes por la reciedumbre de su indomable espíritu. Fue la suya una fortaleza inmersa en la dulzura que marcó su quehacer compasivo, solidario, generoso de su tiempo y de su esfuerzo, invariablemente sonriente y tolerante.

Asimismo, fortaleza bañada de la paz que trascendió su vida y que se derramaba hacia cuantos la conocieron. Paz frente a la pérdida de su hija, frente al dolor de las soledades inconfesadas de sus años postreros, frente al acontecer. Paz alimentada por su gozo del Señor, gozo que en ella habitó una zona más profunda que cualquier dolor. Porque sabía la importancia redentora del dolor aceptado, fuente de esperanza y de comunión. Y con esa convicción vivió. Su fortaleza se nutrió así de su fe cristiana y fue el fundamento del largo servicio que fue su vida. Servicio a la comunidad campesina de Lihueimo a la que sirvió, incansable, hasta su muerte. Creó allí el Centro de Madres, que lleva el nombre de su hija María Josefa, y las Artesanías de Lihueimo, que han sido la obra de ese centro. Servicio a la Iglesia. Presidió con dedicación y éxito, durante más de treinta años, la Cofradía de las Camareras de la Virgen del Carmen. Contribuyó a la restauración de la iglesia del Sagrario, donde la imagen de la Virgen, Patrona de Chile, halló un hogar, después del daño sufrido por la Basílica del Salvador. Servicio a su marido, de quien fue compañera y par, consejera y guía, siempre sostén, tanto en el hogar como en el campo y en la política. Servicio a sus amigas, para quienes supo ser "amadora sosegada", gozadora de dones y logros ajenos, consoladora atenta y fiel. Escribí, en alguna ocasión, que la muerte es el comienzo de una ausencia interminable. Pero es también el principio de una presencia resucitada. La de nuestra amiga María.

Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 12/05/2008
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Fuente :
http://www.nuestro.cl/
Rescate
Diciembre 2004

Cerámica de Lihueimo
Navidad campesina

Con una historia de 32 años, la colorida cerámica de Lihueimo, en el Valle de Colchagua, se ha ganado un sitial en la artesanía tradicional, recreando en expresivas y alegres figuras la vida campesina con toda su riqueza de ambientes, costumbres y atuendos. Los distintos oficios rurales, las comadres tomando el mate, las parejas bailando cueca, los animales o los rodeos, están presentes en encantadoras escenas. Los pesebres vivos, que cada Navidad se realizan en esta localidad, con la participación de todo el pueblo, que visita al niño Dios, incluidos los reyes magos montando a caballo, son recreados por las manos de las maestras de la arcilla. Conversamos con Ana González, fundadora de esta tradición alfarera.

Por Rosario Mena

Revisa el álbum aquí

Artesana por vocación

Hace 32 años, en el Centro de Madres de Lihueimo, nació una cerámica pintada profusamente con tierras de colores. Las figuras, que representaban la vida campesina de esta localidad del Valle de Colchagua llegaron hasta la Muestra de Artesanía del Parque Bustamante, inaugurando una tradición artesanal característica de la zona, que tendría en Ana González a su creadora y principal exponente. Junto a su hija y a una vecina, ella ha conservado y proyectado este arte popular alegre y expresivo.

Todo comenzó en el año 73, cuando la entonces dueña del Fundo de Lihueimo, trajo las piezas hechas por las mujeres y se las mostró a don Lorenzo Berg, primer organizador de la Muestra Internacional de Artesanía Tradicional realizada por la Universidad Católica. En el 98 Ana volvió a esta feria, en donde cada año ha seguido exponiendo, obteniendo el premio a la Mejor Artesana Tradicional en el 2000. "Dicen que se parece a lo de Talagante, pero yo no hallo. Lo de nosotros tiene más expresión, además ellas pintan con esmalte, y nosotros con tierra. Son pigmentos que preparamos con huevo, agua y aceite. El Museo Histórico nos ayudó a preparar esta pintura".

Un arte, que como ocurre con la mayoría de los artesanos, responde más a la vocación que a la posibilidad de ganarse la vida. Viuda y madre de 8 hijos, Ana lo compatibiliza con sus labores de dueña de casa y temporera en las vendimias. "Vendo muy poco allá. Porque no llegan muchos turistas. Van al hotel de don Carlos Cardöen y a mí casa llegaron como 3 veces con una empresa de turismo, que parece que se terminó. A mí me gusta hacer este trabajo, lo sé hacer y aprovecho en mis ratos libres. Pero no gano mucho. El año pasado vino la señorita Carolina Tohá a comprarme figuras para adornar el pesebre de La Moneda. Tengo varios recortes que salgo en el diario". Lo que Ana espera es un mayor apoyo del Gobierno: "El Fosis, Artesanías de Chile, podrían ayudarnos. Mandarnos a hacer cosas. Para poder vender un poquito más".

Característicos pollitos negros con plumas blancas, son la especialidad de Ana, además de los pesebres, que son las obras de mayor envergadura. "En el pesebre está la cantora, la pareja bailando cueca, los huasos a caballo con la china al anca, la señora con su guagua, el niñito con su canasto con un pollo. Algunas quedan bien bonitas. Yo encuentro que está gordita está harto bien formada, pero pucha que me costó".

PESEBRES VIVOS

"Nuestros pesebres son diferentes, son pesebres a la chilena. Nosotros hacemos en greda lo que vemos todas las navidades en Lihueimo, donde se hacen los pesebres vivos, con el niño Dios, la Virgen, los pastores, los reyes magos que llegan a caballo. Esto se hace el 24 en la noche, en la Iglesia. Los angelitos vienen con su corderito, con ojotas. Mi nieto fue niñito Dios, se veía tan lindo con sus ojos azulitos que tiene".

Más de dos meses se demoró Ana en el gran pesebre que expone en la Feria. Lo vende en 150 mil pesos. "Primero hay que modelar, en eso me demoré como 20 días. Después hay que dejarlo afuera para que se seque, después hay que cocerlo durante toda una noche, y después viene la pintada, que es difícil. Ojalá que lo venda, porque hasta ahora he vendido puras cositas chicas, pollitos, ovejitas". Las figuras más pequeñas las vende desde 200 pesos, hay figuras y escenas por 10 mil y un pesebre con sus figuras principales por 30 mil.
Si bien es considerada una artesanía tradicional, es incierto el futuro de la cerámica de Lihueimo, ya que no tiene más cultoras que Ana y su hija Haydeé. "Ella tiene que continuar esta tradición".
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FIGURAS DE CERAMICA DE LIHUEIMO
AUTOR : CENTRO DE MADRES "MARIA JOSEFA ERRAZURIZ"

LUGAR : LIHUEIMO, COLCHAGUA
REGION : SEXTA REGION
MATERIALES : ARCILLA, TIERRA DE COLOR
TECNICA : ALFARERIA AHUECADA, PINTADA ANTES DE LA COCHURA.


Antecedentes del objeto

En Lihueimo, lugar cercano a Santa Cruz y Palmilla, se moldean con arcilla figuras populares de la zona como huasos, chinas tocando guitarra o bailando, huasos a caballo, en la trilla y, tal vez lo más conocido, son los pesebres compuestos por una gran cantidad de figuras de hermoso colorido y gran plasticidad.
Información proporcionada por : Prof. Isabel Baixas. Escuela de Diseño. Pontificia Universidad Católica de Chile.Prof. Celina Rodríguez. Escuela de Diseño. Pontificia Universidad Católica de Chile.1994.
Fuente Programa de Artesanía de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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