PRIMER CARDENAL CHILENO JOSÉ MARÍA CARO
A 50 años de su fallecimiento:Iglesia en Santiago recuerda a Cardenal Caro
Con motivo de cumplirse 50 años del fallecimiento del Cardenal José María Caro Rodríguez, este jueves 4 de diciembre, a las 19:00 horas, se celebrará una eucaristía en su memoria en la Catedral Metropolitana, presidida por el Cardenal Jorge Medina.
Con una misa, la Iglesia de Santiago recordará al Cardenal José María Caro Rodríguez, VII Arzobispo de Santiago, al cumplirse este jueves 4 de diciembre 50 años de su fallecimiento.
La eucaristía se oficiará ese día a las 19:00 horas en la Catedral Metropolitana y será presidida por el Cardenal Jorge Medina. Al oficio religioso se invita en forma especial a familiares y amigos del extinto prelado; como asimismo a sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles en general.
Por otra parte, habrá otra celebración eucarística en su memoria el domingo 7 de diciembre, a las 11:00 horas, en la Parroquia de Ciruelos, en las cercanías de Pichilemu, provincia de Colchagua, donde naciera Monseñor José María Caro. Esta misa también será presidida por el Cardenal Jorge Medina
Primer cardenal chileno
Hijo de José María Caro Martínez y de Rita Rodríguez, Monseñor José María Caro nació el 23 de junio de 1866 y a los 4 años los abuelos paternos lo llevaron a vivir junto a ellos. Todo en la hoy VI Región. Su preparación al sacerdocio la recibió en el Seminario de San Pedro Damián, para hijos de campesinos, en Santiago, y terminadas las humanidades estudió Teología en el Colegio Pío Latino Americano, para seminaristas de esta región del mundo, en Roma. Obtuvo el título de doctor en Teología en la Universidad Gregoriana. Fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1890. Fue profesor del Seminario de Santiago, párroco de Mamiña, Vicario Apostólico de Tarapacá, Obispo de Iquique y luego de La Serena, y Arzobispo de Santiago. Tomó posesión de la arquidiócesis de Santiago el 14 de octubre de 1939.
Pío XII lo creó Cardenal en 1946, con el título de Santa María della Scala, en tanto que en 1950, la Santa Sede le concedió el título de Primado de Chile, con ocasión de sus 60 años de sacerdocio. Fue el primer chileno en participar en un Cónclave, el de octubre de 1958, donde se eligió al Papa Juan XXIII.
Su lema episcopal fue “Dios es nuestro refugio y fortaleza”. En el tiempo que le tocó vivir, se enfrentó directamente con los movimientos anticlericales, escribiendo el libro “El Misterio de la Masonería”, a la vez que hizo propia la incipiente Doctrina Social de la Iglesia, apoyando a los trabajadores y sus luchas. Entre sus obras materiales, a Monseñor Caro se le debe la construcción del Templo Votivo de Maipú y de decenas de parroquias de Santiago, a la medida que la ciudad iba creciendo y con ello las necesidades pastorales.
Fue a funerales del Papa Pío XII
Antes de morir, el Cardenal José María Caro participó en los funerales del Papa Pío XII y posteriormente en el Cónclave que en octubre de 1958, eligió al Cardenal Ángelo Roncalli, como el Papa Juan XXIII. El 3 de diciembre de 1958, cayó gravemente enfermo; el Cabildo Metropolitano en pleno le dio la Extremaunción y el 4 de diciembre, a las 13:20 horas falleció. Las campanas doblaron en señal de duelo, se decretó duelo nacional. Sus restos mortales descansaron en una capilla en la nave derecha de la Catedral Metropolitana de Santiago hasta abril del 2006, momento en que sus restos fueron sepultados en la Nueva Cripta Arzobispal de la Catedral Metropolitana.
Fuente: DOP http://www.iglesiadesantiago.cl/
Santiago, 02/12/2008
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EL RANCAHUASO
10-12-2008
50 años de la Pascua de Monseñor José María Caro
Chile recordó a su pastor, con una emotiva eucaristía, en el cincuentenario de su fallecimiento. Este domingo se efectuará una segunda misa en la localidad de Ciruelos de nuestra región.
Escrito por Magaly Calderón
Con una hermosa y emotiva misa que se realizó en la Catedral Metropolitana de Santiago el día jueves 4 de diciembre, la Iglesia Chilena recordó la fecha de fallecimiento del Cardenal José María Caro, acaecida un día 4 de diciembre de 1958. La ceremonia religiosa fue presidida por el Cardenal Medina Estévez, quien en conjunto con los concelebrantes recordaron aspectos tan significativos de la personalidad de este querido pastor y Cardenal chileno.
En relación al tema transcribimos un párrafo compartido con los asistentes a la misa por el Cardenal Medina:
El hombre de Dios
“La raigambre familiar, el contacto con la naturaleza, los largos tiempos de silencio durante sus desplazamientos, los sufrimientos que le deparó la fragilidad de su salud a lo largo de casi toda su vida, su intensa vida de oración y el desapego de todo interés personal, fueron los elementos que se fundieron en admirable armonía para hacer del Cardenal Caro un hombre de Dios”.
CIRUELOS, pueblo vecino al balneario de Pichilemu, en donde recibió el bautismo y estudió en sus primeros años de enseñanza, celebrará este domingo una misa en la Parroquia de “San Andrés”, que a nuestro entender aportará una nota especialmente hermosa dentro de todas las actividades que se están desarrollando por esta fecha en nuestro querido secano costero.
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domingo, 30 de noviembre de 2008
EL APÓSTOL SAN ANDRÉS Y EL PRIMER HIJO ILUSTRE DE PICHILEMU
Miles de fieles participaron en la festividad que conmemora a San Andrés Apóstol en Ciruelos, localidad distante a 11 kilómetros al sur oriente de Pichilemu, entremedio de lomajes aromados de pinos y eucaliptos y donde se encuentra una de las Iglesias más antiguas de la costa de la región de O’Higgins.
En efecto, católicos llegados desde diversos puntos de la propia comuna, como de otras de la región –aparte de comerciantes que siguen estas festividades, obviamente por razones distintas- fueron partícipes de las diferentes actividades programadas por la Parroquia de Pichilemu, encabezadas por el cura párroco Pablo Donoso y secundadas por sacerdotes que viajan a ayudarle, aparte de los diáconos locales y personas allegadas a las actividades pastorales.
CANTO A LO DIVINO
Misas, rezos y cantos a lo Divino fueron el preámbulo anoche y hasta la madrugada, donde cantores llegados desde otros lugares, Pumanque, Paredones, Pichilemu e incluso, desde Santiago estuvieron anoche cantándole al Santo.
“pichilemunews” estuvo anoche siendo testigo de parte de estas actividades y, durante el rato en que permanecimos ahí oímos al menos a cuatro cantores, en tanto afuera de la Iglesia, otros afinaban guitarra y charrangueos para seguir cantándole más tarde.
La festividad de San Andrés se celebra para agradecer al Santo –patrono de esa Iglesia- las lluvias y para pedir por el éxito de las siembras entre otras rogativas. Hasta la localidad llegan miles de feligreses a pagar mandas, a confesarse, a comulgar, en todo tipo de carruajes, siendo habitual ver a cientos de huasos que desde largas distancias siguen prefiriendo el “pingo”, que les sirve para participar en la procesión donde el santo es paseado en andas con cánticos, rezos y vivas a lo largo de la única calles que serpentea las casitas del lugar.
EL SANTO
El Apóstol San Andrés su llegada a Ciruelos –en 1866- tuvo una sincera promesa de una madre encinta, a su arribo a esa localidad que en esos tiempos era más importante que Pichilemu.
Esa mujer era nada menos que Rita Rodríguez Cornejo, madre de unos cuantos hijos. Al salir a la espera de la anunciada llegada del Santo encargado a Europa –que venía en Procesión/Caravana- escoltado por huasos a caballos, al estar frente a la imagen –según cuenta la leyenda- la mujer se arrodilló y persignándose le expresó que si el fruto que llevaba en su vientre era varón, lo consagraría al servicio del Supremo Hacedor.
El 24 de Junio de ese año 1866 nacía el hijo de Rita, siendo bautizado por su abuelo como José María Caro Rodríguez; quien años más tarde ingresaría a estudiar –primero- en la escuelita parroquial y visto por un clérico que hacía misiones en Ciruelos vio en él a un niño diferente que “pintaba para curita”. Consiguió los estudios en Santiago para niños de extracción pobre y ahí el niño continuó sus estudios hasta consagrarse sacerdote.
Luego, gracias a sus cualidades y capacidad –pese a su regular estado de salud- fue nombrado Vicario Apostólico de Tarapacá, Párroco de Mamiña. Más tarde fue consagrado Obispo, Arzobispo y, el año 1945, el Primer Cardenal Chileno.
Murió en Santiago, a la edad de 92 años el 4 de Diciembre de 1958 y sus restos descansan en la Catedral Metropolitana.
Publicante Pichilemunews
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http://www.periodicoencuentro.cl/
Diciembre 2008 / NÚMERO 22
El Cardenal José María Caro, primado de Chile
El primer Cardenal chileno fue un hombre sencillo y bondadoso, así lo recuerdan quienes lo conocieron. "Cuando estaba de vacaciones, iba al campo y hacía catecismo a los niños del lugar y misionaba, con una gran simpleza y cercanía a la gente", cuenta su sobrino nieto Olivado Martínez Caro.
Conozca más de él en este artículo.
El legado de la familia
Fotos y recuerdos a montones conservan los sobrinos nietos del cardenal José María Caro Rodríguez
En mayor y menor medida, Osvaldo Martínez y sus primos Patricio y Eduardo Rodríguez compartieron con el tío abuelo, el cardenal José María Caro, observando su trabajo pastoral y en las actividades cotidianas. También en los veranos, cuando el purpurado y arzobispo de la principal jurisdicción nacional volvía a ser un cura de pueblo.
La familia en general –de ambos troncos- se sigue reuniendo en torno a la figura del cardenal y son más de 10 las hojas del listado donde aparecen los parientes vivos que por estos días esperan juntarse, algunos por primera vez.
"El Revdo. cura de la parroquia de San Andrés, de Ciruelos, no anotó la fecha de mi nacimiento, al ponerme el óleo, sino en forma de 'hace un mes', pero en un escrito de mi padre recuerdo haber leído 23 de junio de 1866, como fecha de mi nacimiento", hizo apuntar en los primeros párrafos de su autobiografía.
En el mismo Ciruelos donde fue bautizado, en San Vicente de Tagua Tagua, en Pichilemu, en la provincia de Colchagua y en toda la VI Región, también se le recuerda con cariño, tanto por ser hijo de su tierra el primer chileno en ser cardenal, como porque nunca perdió contacto con la gente de la zona.
Además de la cercanía en el trato, mencionan el tono de sus prédicas. "Sus homilías eran sencillas, para que la gente lo entendiera, siempre de situaciones de la vida misma, nada difícil de comprender ni con palabras complicadas”.
La memoria fluye rápido y pese a que son 50 los años pasados desde el día del funeral del cardenal Caro, los hechos se acumulan y cruzan entre un sobrino y otro.
“A él le gustaba escuchar misa, no le bastaba con decirla. Aunque él hacía misa diariamente, pedía a otros sacerdotes que dieran misa para él escucharla. Algunas de esas misas las celebró quien después fue también arzobispo de Santiago, monseñor Carlos Oviedo”.
“En ese tiempo Santiago era mucho más chico y Chile era mucho más humilde que hoy, no había tantos adelantos ni era fácil viajar como ahora. Cuando el cardenal tuvo que viajar a Roma para el cónclave donde se eligió al Papa Juan XXIII iba con la plata justita, así que en la familia hicimos una colecta para comprarle dólares y que no fuera tan apretado. Ni uno de nosotros conocía los dólares”.
“La austeridad era parte de su vida. Nada había en exceso, al contrario. Cada peso que gastaba lo anotaba en una libretita y rendía cuentas con gran celo, de manera que a mí me parecía exagerada, pero para él no había otra manera”.
“Tenía un excelente sentido del humor. Era alegre y positivo”.
“Los días viernes en la casa no se comía carne ni había postre, se guardaba el ayuno. El dinero equivalente a ese ahorro lo entregaba al Auxilio Social Cristiano”.
“Visitar a los enfermos para él era una prioridad. Todos los días visitaba a la gente en el hospital San Borja y una vez a la semana iba a ver a los curas enfermos que en ese tiempo se atendían en la clínica de la Universidad Católica”.
Etiquetas: Cardenal Caro
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