Prehistoria y arqueología regional (II)
Puntas de proyectil y cabezal de dardo del sitio Tagua Tagua.Material de investigación, L. Nuñez, Chile antes de Chile, M.Ch.A.P.
De manera similar a la época anterior, se produjeron cambios climáticos que afectaron la vegetación, determinando avances y retrocesos del bosque. Estos eventos pueden correlacionarse con la subdivisión cronológico-cultural de este período en “Temprano, Medio y Tardío”, abarcando un lapso de tiempo cercano a los 8.000 años.
Con una economía basada fundamentalmente en la caza-recolección y en menor medida en la pesca, los hombres arcaicos iniciaron en nuestra región la explotación de recursos complementarios de ríos, lagos y litoral. Se desarrolló, por tanto, una movilidad estacional entre las cuencas continentales y la costa, sin descartar incursiones esporádicas al sector andino.
Estos hombres de cráneos alargados (dolicoides y ultradolicoides), de estatura más bien elevada, de esqueletos gráciles, incursionaban en la costa en busca de recursos marinos, dejando como testimonios de sus recorridos depósitos de basuras o conchales, que nos han permitido reconstruir parcialmente su historia. Ejemplos de estas tempranas ocupaciones costeras las encontramos en las localidades de Pichilemu, Cáhuil y Bucalemu.
Excavaciones arqueológicas realizadas en Bucalemu, en el sitio Paso de las Conchas, sector La Capilla (34° 5’ S y 72°W), situado en la vertiente occidental de la Cordillera de la Costa a 4,5 kms. de la actual línea de costa, a una altura de 29,5 m.s.m. y próximo a la laguna de Bucalemu, permitieron descubrir significativos hallazgos.
El sitio corresponde a un conchal de formación tumular, con una superficie aproximada de 144 m2 que manifiesta seis ocupaciones comprendidas en un lapso de 4.000 años y que se inscriben en el estadio arcaico (9.900 A.P. a 5.780 A.P.
Los grupos que se instalaron en este sitio, eran portadores de una economía mixta basada fundamentalmente en la recolección de moluscos -destacándose la presencia significativa del ostión (Argopecten purpuratus), recurso actualmente extinguido en esta región, como también en la caza de mamíferos terrestres y marinos, especialmente camélidos, y en menor escala cérvidos, otáridos, mustélidos y roedores. Además, desarrollaban la pesca de ámbito estuarial, referida principalmente a ejemplares adultos de un tipo de corvina de agua dulce y salada (Micropogonias furnieri), que habitan cerca o en las desembocaduras.
Esta economía mixta se vincula con un medio ambiente de alta potencialidad, (costa, laguna, vertiente) que contribuyó a que las ocupaciones humanas fueran recurrentes desde el arcaico inicial hasta el término del arcaico medio. La mayor permanencia en el sitio, se confirma por la presencia de enterratorios. Entre sus instrumentos líticos se destacan puntas de proyectil, perforadores, cinceles y sierras y entre sus adornos, conchas perforadas de distintas especies, huesos y vértebras también perforados utilizados para idénticos fines (Weissner y Tagle, 1994).
Se exhumó un esqueleto perteneciente a un individuo masculino de edad aproximada a los 30 años y de estatura cercana al 1.67 m. que, de acuerdo al estudio de su osamenta, fue adscrito a un ámbito costero, confirmándose también que tuvo un régimen alimenticio que le provocó abrasión y desgaste de las piezas dentales. Con sus manos realizó trabajos artesanales probablemente relacionados con la faena de desconchar moluscos, no cargó grandes pesos y no tuvo mayores actividades físicas que implicaran fuerza y tensión (Quevedo, 1994).
Este sitio parece vincularse con otros del mismo período emplazados en lugares más próximos al Valle Central, en sectores que alguna vez fueron cuencas lacustres, donde se encuentran cementerios que denotan prácticas rituales de hondo simbolismo. Su ubicación estratégica, la disposición de los restos óseos humanos y animales y el material cultural asociado, nos hablan de un conocimiento profundo de su entorno, de una tecnología avanzada y de la creencia en una vida que trascendía a la muerte. Lugares como Cuchipuy, Almahue, Santa Cruz, El Huique han permanecido como testigos de este extenso período que ha sido denominado con el nombre de arcaico.
Presentó cuatro niveles de enterratorios humanos o “cementerios superpuestos” con elementos culturales diferentes. El primer estrato desde 0 a 30 cms. contenía restos humanos de cráneos braqueoides asociados con cerámica y artefactos líticos. Pertenecen al período Agroalfarero temprano con fechas aproximadas a 1320 +- 80. El segundo nivel, entre 30 y 160 cms. de profundidad, fue fechado en 5760 A.P. y corresponde al período arcaico. Se caracteriza por entierros primarios sepultados en túmulos de piedra. Los esqueletos presentan cráneos dolicocéfalos. Como restos culturales asociados se encontraron morteros de piedra, manos y piedras de moler, puntas de proyectil grandes y pequeñas, piedras horadadas, etc.
El tercer nivel entre el 1.60 y 2 metros con fecha de 7610 +- 80 aproximadamente, presentaba restos aislados de huesos humanos y artefactos líticos con características similares a los estratos 2 y 4.
El nivel 4 entre 2 y 3 metros, con un fechado de 8.070 +- 100 aproximadamente, es el más antiguo y se caracteriza por tumbas bien definidas, de individuos ultradolicoides asociados a puntas pedunculadas y a ausencia de elementos de molienda (Kaltwasser et al.,1979, 1980, 1982, 1983, 1984, 1986 y 1988) (Cáceres, 1982).
Evidencias culturales similares se han encontrado en sitios que actualmente se investigan en las localidades de Santa Cruz, Almahue, El Huique. En todas ellas se han detectado enterratorios en túmulos de factura intencional de grandes dimensiones emplazados en ambientes de pantano, que obedecen a un patrón recurrente identificado hasta ahora en el área de influencia del río Tinguiririca y sus afluentes.
Los restos óseos exhumados corresponden a dos momentos cronológicos diferentes: período arcaico y alfarero temprano. El material cultural es significativo y comprende piedras y manos de molienda, puntas de proyectil de morfología diversa, arcilla quemada, restos óseos de animales, conchas marinas y de agua dulce, carbón y cerámica. Esta última sólo en el nivel superior y asociada al segundo período mencionado.
La cordillera andina también fue reconocida por los hombres arcaicos, no sólo como fuente de importantes materias primas, entre las que se cuenta la obsidiana y el basalto, necesarias para la fabricación de instrumentos, sino también como hábitat estacional donde el recurso camélido, de gran importancia económica para estos grupos, estaba también presente.
Este recurso (especialmente el guanaco) fue gravitante para los grupos humanos prehispanos que habitaron este territorio, no sólo en términos de supervivencia, sino también formando parte del ritual en contexto de enterratorio. Su hábitat se extendía de costa a cordillera. Aparece desde los 10.000 aproximadamente en sectores costeros (Bucalemu), asociado a grupos nómades de cazadores, pescadores, recolectores; lo encontramos también en el valle vinculado a horticultores y agricultores (Rancagua).
Instrumentos líticos del Período Arcaico;Bucalemu y Almahue.
Museo Regional de Rancagua.
En la época hispana, los camélidos decrecen en importancia y número. De hecho, en períodos posteriores la caza del guanaco llegó a constituir un deporte en la Zona Central. Ya en ese momento estos camélidos estaban confinados a la Cordillera de Los Andes. Durante el estío se remontaban hasta los contrafuertes cordilleranos para acceder a territorio argentino y en invierno, a causa de la nieve, bajaban a sectores de la precordillera. Este era para ellos el momento de mayor vulnerabilidad, pues eran fácilmente apresados.
(1) Es razonable suponer que con el Plan de Desarrollo Camélido puesto en marcha por el Ministerio de Agricultura en todo el territorio nacional, este recurso podría recobrar la importancia que algún día tuvo, ya que creemos que por sus características representa una alternativa ganadera válida y viable especialmente para el secano costero. De hecho, se han realizado experiencias tanto de particulares como de esta entidad (a través de la Hacienda Hidango), con resultados promisorios, inicialmente en la actividad textil.
La Casa Pintada
De los sitios cordilleranos conocidos en la región, el alero de la Casa Pintada de Tinguiririca, es quizás el único que por su contexto podría relacionarse con este período, pese a no contar con los antecedentes suficientes sobre la excavación realizada.Este alero rocoso cuya formación geológica corresponde a basaltos columnares, se ubica en el curso superior del río Tinguiririca, próximo al camino a las Termas del Flaco y a una altura de 1.800 m.s.m. En él se encontraron siete enterratorios con un ajuar compuesto de tejidos vegetales, adornos de concha, obsidiana, restos de camélidos y un punzón de hueso. Presenta en sus paredes pictografías rupestres de diseños geométricos con líneas paralelas, quebradas, en zigzag, círculos con un punto central, reticulados, etc. con uso de colores blanco, rojo sepia y amarillo (Stehberg, 1975.
La actividad de pesca también se vincula tempranamente al quehacer del hombre. En sitios arcaicos costeros se han encontrado restos de peces marinos y de agua dulce. En el interior, estas evidencias también están presentes desde el mismo período con idénticas especies, denotando contactos e incursiones a la costa por parte de estos grupos.
Las actividades de caza y pesca han perdurado hasta la actualidad, aunque su importancia fue decreciendo en la medida en que la respuesta humana al desafío del medio se fue enriqueciendo y diversificando, fundamentalmente por la incorporación de prácticas hortícolas y agrícolas.
Etiquetas: Período arcaico
2 comentarios:
Muy interesante este articulo, estudio las poblaciones de guanaco y su representatividad en su publicacion es cierta, el guanaco fue perseguido y cazado durante toda su existencia, hasta la actualidad da su carne para la supervivencia de colonos en comunidades olvidadas y el Estado no reconoce que es una especie de mucha importancia. me interesa mucho informacion al respecto, si la tuviera fovor de ponerse en contacto. felicitaciones por su trabajo.
Injante, Victor.
injantep@hotmail.com
Lima Perú.
hola te cuento que soy de uruguay y noto que tanto el chile como uruguay vivieros los mismos indigenas ya que pude reconocer piedras liticas identicas a las alladas por mi te dejo mi blog tiene buen material hecho por los indigenashttp://piedrasindigenas.blogspot.com/ us saludo
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