viernes, 29 de febrero de 2008

Lucho Gatica y Arturo Gatica, rancagüinos

LUCHO GATICA

La figura más gloriosa de la música popular universal surgida en Chile es Lucho Gatica. Maestro del bolero internacional, desarrolló desde sus inicios en 1951 una carrera cuyos alcances internacionales le permitieron consagrar su éxito de masas en América Latina, EE.UU., España o Asia entre otras regiones, y mantener su condición de leyenda hasta nuestros días, radicado en EE.UU y acreedor del respeto y el aprendizaje de generaciones de cantantes de habla hispana.

El mérito múltiple del cantante incluye lo cuantioso de su repertorio, grabado y editado indistintamente en Chile, Brasil, México o España, además de la fama internacional y la excelencia artística, y su carrera descansa en una doble proeza única e histórica: haber instalado en un género tan monumental como el bolero una forma revolucionaria de cantar, y haber ido desde Chile a imponer esa revolución en las dos capitales universales de esa música, Cuba y México.

Lucho Gatica tuvo a su disposición el cancionero más granado de la época de oro de los boleros americanos. Ninguna enumeración de sus éxitos está completa sin la mención de los siguientes boleros: "Contigo en la distancia" (César Portillo de la Luz), "Historia de un amor'' (Carlos Almarán), "El reloj" (Roberto Cantoral), "Bésame mucho" (Consuelo Velásquez), "Sinceridad" (Rafael Gastón Pérez), "La barca" (Roberto Cantoral), "Tú me acostumbraste" (Frank Domínguez), "Nosotros" (Pedro Junco), "Solamente una vez" (Agustín Lara), "Sabor a mí'' (Álvaro Carrillo), "No me platiques más" (Vicente Garrido), "Perfidia" (Alberto Domínguez), "Obsesión" (Pedro Flores), "Delirio'' (César Portillo de la Luz), "Vanidad" (Armando González Malbrán), "Piel canela" (Bobby Capó), "Sufrir" (Francisco Flores del Campo), "Y..." (Mario de Jesús), "Encadenados" (Carlos Arturo Briz), "Espérame en el cielo" (Francisco Vidal López) y "La puerta" (Luis Demetrio), entre el cálculo de las más de ochocientas canciones grabadas.

A contar de esos logros Lucho Gatica es también la máxima leyenda de la música chilena en el mundo, una leyenda en la que el cantante se codea con Elvis Presley, Ava Gardner, Frank Sinatra, los Beatles o Julio Iglesias. Es una referencia de la cultura popular de más de un continente, como consta en la presencia de su figura en novelas como La tía Julia y el escribidor (1977), de Mario Vargas Llosa, o en libros de autores hispanoamericanos como Guillermo Cabrera Infante y Alfredo Bryce Echenique. La fiebre por los boleros desencadenada en los años ‘90 a escala mundial en la industria de la música y explotada por Luis Miguel, Plácido Domingo, José Luis Rodríguez, José Feliciano, Gloria Estefan, Charlie Zaa no habría sido posible sin el repertorio dorado que Lucho Gatica grabó entre los años ‘50 y ‘60.

Pitico, el menor de todos
Era una bandada de hermanos la de la familia Gatica Silva en Rancagua, hijos de José Agustín Gatica, comerciante y pequeño agricultor, y de Juana Silva, dueña de casa y música aficionada. Humberto, Orlando, María, Arturo, José Agustín, Yolanda y Luis Enrique eran los hermanos. A José Agustín le llamaban Catuta. Luis Enrique Gatica Silva, el menor de todos, era simplemente Pitico.

El matrimonio se había establecido en 1910 en Rancagua, en una casa de amplio patio situada en el número 18 de la calle Maruri. Pitico llevó ahí la vida regular de un niño chileno, entre la rancagüina avenida Independencia, el paseo dominical y el fútbol. El padre murió cuando el hijo menor tenía apenas cuatro años, el 10 de febrero de 1933, y es su madre la que está fija en los primeros recuerdos musicales de Lucho Gatica: ella tocaba el arpa y la guitarra en la casa familiar, y dos de sus hermanos, Arturo y Catuta, tenían el gusto por cantar tangos o tonadas.


Fue Arturo Gatica, diez años mayor y ya iniciado hacia 1938 en una carrera musical, quien impulsó los primeros pasos musicales de su hermano. Lucho Gatica estudió en el instituto O’Higgins de Rancagua, dependiente de la congregación católica de los Hermanos Maristas, y en 1941 empezó a cantar en revistas de gimnasia y en la radio de Rancagua, a dúo con su hermano, a los trece años. En 1943 grabó el primer disco de su vida: un acetato registrado en la misma radio, con tres tonadas, una de ellas llamada "Negra del alma", y acompañado por las guitarras de dos amigos, Antonio Muñoz y Ernesto Rossón.

Arturo acogió también a Lucho cuando éste llegó a Santiago en 1945. Ese año fue matriculado en el instituto Alonso de Ercilla, también dependiente de los Hermanos Maristas, donde tuvo entre sus compañeros a Andrés Zaldívar, futura figura de la política chilena. Un año más tarde, en 1946, el estudiante Gatica se inscribió además en Escuela Industrial No. 2 de Santiago para optar al título técnico de mecánico dental. Pero al mismo tiempo Arturo llevó a su hermano a la Radio Minería para presentarlo al locutor Raúl Matas, que tenía allí el programa "La Feria de los Deseos", el mismo donde había debutado Antonio Prieto.

Fue el estreno de Lucho Gatica en Santiago. En la radio, a los dieciocho años, cantó "Tú, dónde estás", y Raúl Matas gestionó su primera grabación, a dúo con Arturo Gatica y con el acompañamiento del Dúo Rey Silva. Los hermanos grabaron cuatro tonadas en un disco de 78 revoluciones por minuto para el sello Odeon: "El martirio", "Tú que vas vendiendo flores", "La partida" y "Tilín tolón" (1949). Arturo, siempre en un rol paterno, instó a su hermano a terminar primero su carrera antes de cantar, y de hecho el diploma que acredita su título de "mecánico para dentista" fue extendido el 31 de julio de 1951. Sólo que el espacio que corresponde a la firma de "interesado" quedó en blanco. Ya había otros intereses que atender. El estudiante Luis Enrique Gatica, también llamado Pitico, estaba en camino a ser simplemente Lucho.

Suave y cadencioso: la revolución de Gatica
Antes del inicio de Lucho Gatica, el bolero ya era un género popular en Chile. Era una vieja guardia de éxitos de los años ‘30 como "Oración Caribe" o "Virgen de medianoche", popularizados por los cantantes mexicanos José Mojica y Fernando Fernández, las cubanas Elvira Ríos y Olga Guillot o el argentino Leo Marini, junto a las voces más líricas del doctor Alfonso Ortiz Tirado y de Pedro Vargas.


El dúo de los hermanos Gatica alcanzó a constar en la portada de alguna revista "Ecran" de la época, retratado en atuendos de huaso. Pero el futuro de Lucho Gatica estaba en el bolero y tenía el signo solista. Tres señales en ese sentido coincidieron en 1951. Gracias a su hermano, Lucho conoció en Santiago a la cantante cubana Olga Guillot. Por intermedio de Raúl Matas se encontró además con el trío de requintos y guitarras Los Peregrinos, del cantante boliviano Raúl Shaw Moreno. Y Lucho Gatica grabó con la orquesta de Don Roy.

"Me importas tú" (1951) fue su primer bolero con esa orquesta, y al mismo tiempo iniciaba su catálogo dorado de boleros junto a las puras guitarras de Los Peregrinos con "En nosotros" y "Amor, qué malo eres" (1951) y con "Amor secreto" y "Contigo en la distancia" (1952), dos composiciones que Gatica aprendió de un par de grupos en boga en la época: Los Tres Diamantes y el cubano-mexicano Trío Martino. Fue el sello EMI Odeon el que recogió estas grabaciones de los inicios históricos de Lucho Gatica en Chile.

"Fue por intuición, porque me gustaban", explicaba el propio cantante en una entrevista al diario "El Mercurio" en 1997. "Siempre escuché a Leo Marini, Pedro Vargas, Hugo Romani... Entonces me puse a elegir canciones que podían llegar a ser un éxito. Recuerdo que vino a Chile el Trío Martino y traían unos boleros maravillosos, entre ellos ‘Contigo en la distancia’, ‘Nosotros’. También estuvieron Los Tres Diamantes, que cantaban como los dioses".

–Fue una locura generalizada –certifica Rubén Nouzeilles, el director artístico del sello Odeon desde mediados de los años ‘50, que conoció de primera fuente el éxito del cantante–. Y en el exterior se produjo un eco inmediato, aunque los procesos eran más lentos. Pero él estaba ansioso por grabar. Lucho Gatica las tenía todas consigo a los veinte años ya, con una intuición notable para escoger qué temas convenían a su modo de sentir y transmitir la música con esas frases largas, tremendamente cargadas de pasión. Eran casi pleonasmos musicales los que grababa Gatica.

Era un bolero nuevo. Lucho Gatica recuerda haber escuchado a antecesores como Pedro Vargas o Alfonso Ortiz Tirado, pero él vino al mundo a cambiar el modo en que eran cantados los boleros. En su voz la declamación se tornó en un fraseo suave, y el ritmo se volvió menos marcado y más cadencioso. Gatica hizo en la historia del bolero el equivalente a lo que Sinatra hizo por el cancionero popular estadounidense de antecesores como Bing Crosby, y con el mismo efecto: la intimidad y la cercanía con las audiencias.

Giras, hoteles y el bolero que aprendieron los Beatles
Según el registro de Nouzeilles, Lucho Gatica grabó discos en un itinerario de sesiones que incluye Chile, Inglaterra, México, Cuba, Argentina, Brasil, España y Venezuela.

La primera gira internacional del cantante tuvo lugar en 1953. Colombia, EE.UU., España e Inglaterra fueron los destinos. Invitado por el productor chileno Alejandro Michell Talento, quien décadas más tarde popularizó en Chile el personaje infantil del "Tío Alejandro" y que dirigía entonces la radio Cadena Nacional de Colombia, Gatica actuó en Cali y Medellín.

Tras cumplir su primera visita a Nueva York, para lo que entró a EE.UU. sólo como turista, Lucho Gatica partió a Madrid, donde se encontró con su hermano Arturo y conoció la canción "Las muchachas de la Plaza España". Su destino final fue Londres, ciudad donde Odeon había gestionado que el cantante grabara con el director escocés Roberto Inglez.

De esa histórica sesión de 1953 datan cuatro canciones de Lucho Gatica, dos de ellas en portugués: "Samba chamou" y "No tem soluçao", junto a la aludida "Las muchachas de la plaza España" y el bolero "Bésame mucho", de Consuelo Velásquez, que, en uno de los más insospechados efectos de su carrera, años más tarde sería aprendido y tocado por los Beatles.

A su regreso a Santiago, Gatica grabó con el prolífico guitarrista chileno Humberto Campos las canciones "Vaya con Dios" y "Sinceridad" (1953), un bolero que había encontrado a su paso por Colombia ese mismo año, y se reunió además con Roberto Inglez, quien viajó a actuar como pianista del cantante antes de establecerse en Chile e iniciar una carrera de ejecutivo disquero hasta su muerte en 1977.



Una segunda incursión internacional de Lucho Gatica data de 1954, esta vez con destino a Perú, Brasil y Cuba. El 9 de octubre de ese año debutó en Lima, en el grill del hotel Bolívar, para luego cantar en el teatro Biarritz junto a la estrella española del cine y la música Sara Montiel, y en el auditorio de la radio El Sol, que era dirigida por Vicente Bianchi. Para cuando llegó a Brasil, "Sinceridad" ya era un éxito en ese país, sumado al de su grabación en portugués "Nadie me ama", y allí Gatica grabó con Antonio Carlos Jobim canciones como "La gloria eres tú". Siguientes escalas fueron, en Ecuador, la radio El Mundo y el Teatro Apolo de Guayaquil; en Perú, la radio Panamericana; en Cuba, las actuaciones contratadas por el productor y animador Gaspar Pumarejo en La Habana, y al final del itinerario, el objetivo de fondo: México. Ya era 1955.

México: bolero a domicilio
Lucho Gatica ha recordado a menudo cuál fue su primera estrategia para tener éxito en México: llamaba a las radios, cubría el auricular del teléfono con un pañuelo para disimular su voz y pedía canciones a las emisoras. Canciones de Lucho Gatica.

El país al que el cantante llegó en 1955 era el México de Pedro Vargas, de las orquestas de Gabriel Ruiz y Agustín Lara, del célebre dúo de Las Hermanas Águila. Si la paternidad del bolero suele ser fallada a favor de Cuba en la frecuente pugna entre la isla y México, sí es indiscutible que este último país era la capital industrial del género. Allá llegó el chileno Gatica a vender bolero.

–México en ese tiempo, ojo, era un bunker de un nacionalismo extremo: nadie podía ir a cantar bolero porque era patrimonio de los mexicanos, tal como a nadie se le ocurriría ponerse un sombrero de charro e ir a competir con Roberto Aguilar –recalca Rubén Nouzeilles, el director artístico de Odeon–. Lucho Gatica, además de ser un gran artista, fue un conquistador.

Tras unos inicios difíciles, el cantante tuvo pronto grabaciones que pedir a las radios mexicanas. Gatica trabajó con el sello mexicano Musart, y sus primeras grabaciones en ese país fueron los boleros "No me platiques más", que había escuchado al compositor cubano Bola de Nieve en La Habana, e "Historia de un amor" (1955). Continuó con dos boleros del autor mexicano Roberto Cantoral, "El reloj" y "La barca" (1955), el último de los cuales fue grabado en los mismos días, y en el mismo México, por Antonio Prieto, también chileno, para el sello RCA Victor.

El ascenso de Gatica en ese país fue meteórico. Sólo esa primera grabación, "No me platiques más'', superó el millón de copias vendidas. En el mismo 1955 el cantante ya tenía un programa de televisión conducido junto a la actriz Esther Fernández, protagonista de la famosa película Allá en el rancho grande (1936) junto a Tito Guízar. Al mismo tiempo, inserto en la prolífica industria fílmica mexicana, empezó a rodar películas como Tinieblas, Que seas feliz, la propia No me platiques más, El teatro del crimen, A capa y espada (1958) y Cada quien con su música (1958) junto Agustín Lara, Libertad Lamarque, Silvia Pinal, Pedro Vargas, el comediante Tin Tan y otras figuras de la música y el cine. Y entre los autores cuyas canciones grabó figuran el mismo Agustín Lara, Consuelo Velásquez, Alberto Domínguez y hasta un joven Armando Manzanero, quien acompañó por primera vez al piano a Lucho Gatica en México. Juntos emprendieron una gira por EE.UU. y Gatica grabó la primera canción del pianista, "Voy a apagar la luz" (1959).

Rancagua-Miami-Cuba: encuentro en La Habana
El penúltimo día de 1956 Lucho Gatica volvió, tras su partida a México, por primera vez a Chile, donde en 1955 el locutor Iván Silva había creado el programa radial "Cita con Lucho Gatica". Y ya la agenda próxima del cantante estaba copada con fechas venideras en Cuba, Brasil, Uruguay, Argentina y EE.UU.

El de su regreso a Cuba es uno de los episodios legendarios de su carrera. El 24 de febrero de 1957 Lucho Gatica volvió a cantar en La Habana ante unas treinta mil personas convocadas en un estadio de la ciudad. Orquestada por los productores cubanos Gaspar Pumarejo y Eugenio Tito Garrote, fue la actuación en la que la madre de Gatica, doña Juana Silva, fue llevada desde Rancagua a Miami y de Miami a La Habana para reunirse con su hijo en público y sin previo aviso, en una sorpresa que Lucho Gatica ha mencionado entre los mejores recuerdos de su historia.

A su siguiente paso por EE.UU. el cantante grabó otro de sus boleros inmortales, "Tú me acostumbraste" (1957), de Frank Domínguez, y marcó un nuevo hito al hacer por primera vez una grabación en inglés con la orquesta de Nelson Riddle, el director de cabecera de Frank Sinatra. La actividad disquera siguió cuando, de vuelta en México y con José Sabre Marroquín como representante y director orquestal, Gatica grabó el bolero "Y..." y la canción "Moliendo café" (1957), con arreglos del músico chileno Joaquín Prieto, hermano de Antonio Prieto.

Para entonces el cantante ya estaba por pasar de los viejos discos de acetato al nuevo formato más flexible de los long-play de vinilo. Entre sus primeros LP, grabados con el lujo de las orquestas de Roberto Inglez, Vicente Bianchi, Don Roy, Victor Lister, Miguel Caló, José Sabre Marroquín o Armando Manzanero, figuran Inolvidables con Lucho (1958), El gran Gatica (1958), Encadenado (1958), Canciones de huasos y gauchos (1959), los compilados Mis primeros éxitos (1960 y 1963), Lucho y Lara (1960), Lucho en la intimidad (1962), Tangos del recuerdo (1962), y Recuerdos de amor (1963).

Tres décadas más tarde, los dos últimos fueron reeditados en Chile por el sello Discos CNR. Tangos del recuerdo fue grabado junto a la orquesta de Miguel Caló, a la distancia, con la orquesta registrada en Buenos Aires y la voz de Gatica grabada en México, y con tangos como "A media luz", "Uno" y "Al compás del corazón", mientras que Recuerdos de amor corresponde a uno de los LPs editados por el sello Musart en México, con las canciones "Quisiera", "Consentida" y "Desvelo de amor", entre otras.

El Rey del Bolero y otras leyendas
El título más universal que ha ganado Lucho Gatica es el de "Rey del Bolero", y fue acuñado en España, según atestigua el propio cantante. En ese país, otro de los puntales de su éxito en Hispanoamérica, su llave de entrada fue el bolero "El reloj", seguido por éxitos como "Sabor a mí", "La barca" y "Encadenados". Su debut en vivo en España data de 1959, en el Florida Park del parque de El Retiro, donde fue triunfalmente recibido por la audiencia.

Al mismo tiempo, muy cerca de su México adoptivo, EE.UU. fue un mercado habitual para Lucho Gatica, y no sólo entre la audiencia latina de ese país. Canciones en inglés como "More" y "Moon river", esta última de Henry Mancini, eran parte de su repertorio. Ya en 1958 el cantante se presentó en el popular "Show de Perry Como", programa de TV de alcance nacional conducido por ese cantante. En 1959 actuó en el Orange Bowl de Miami y el 5 de abril de 1963 debutó en el Carnegie Hall, con lo que dejó instalada la marca de ser el primer cantante de habla hispana que actuó en ese teatro de Nueva York.
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Dos de sus más citadas anécdotas en EE.UU. refieren el encuentro entre Gatica y Elvis Presley en los estudios de la compañía cinematográfica hollywoodense Metro Goldwyn Meyer, y la frase célebre pronunciada por Ava Gardner durante una actuación en la que Gatica dedicó a la arrebatadora actriz de cine la canción "Nadie me ama" en el neoyorquino club Chateau Madrid, en 1963: "Apaguen el ventilador que está cantando Gatica", dijo la diva, según la leyenda. Otras figuras del entretenimiento de ese país como Peggy Lee, Johnny Mathis, Lena Horne, Vic Damone, Eydie Gormé, Sammy Davis Jr. y rancias celebridades del jet set mundial como el actor Omar Shariff, el futbolista Pelé o el cantante Julio Iglesias fueron parte de sus círculos.


Lucho Gatica con Omar Shariff

Julio Iglesias, Lucho Gatica, Frank Sinatra y Dionne Warwick




Para comienzos de los años ‘60 Lucho Gatica ya tenía terreno ganado en regiones aún más remotas. Europa, Medio Oriente, China y Filipinas eran mercados en los que sus discos eran editados. Los escenarios usuales del cantante eran teatros, hoteles, salones, clubes, emisoras de radio y programas de televisión, pero el propio Gatica recuerda como un hito el concierto que dio en un gran estadio en Filipinas, en 1962. Otras pruebas de su llegada entre las masas es proporcionada por la estimación de la revista chilena "Ecran", según la cual en 1966 el cantante había vendido 22 millones de discos en el mundo. Y otra es la aparición de Gatica en la recordada serie estadounidense de dibujos animados de los años ‘60 "Los Picapiedras". Tal como, por ejemplo, Cary Grant era Cary Granito, Lucho Gatica apareció como Lucho Piedrica.

De México a EE.UU.

Mapita Cortés contrajo nupcias con el cantante chileno Lucho Gatica en 1960.
(Foto archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Durante estos años de apogeo mayor Lucho Gatica vivió en México. Es la época de su primer matrimonio, con la actriz puertorriqueña María del Pilar Mercado, más conocida como Mapyta Cortés y sobrina del director de cine mexicano Fernando Cortés. Se casaron el 21 de mayo de 1960 en México, el matrimonio duró dieciocho años, hasta 1978, y trajo consigo a los primeros cinco hijos del cantante, entre el primogénito, Luis Antonio Gatica Mercado (n. 1961), actor, y el menor, Alfredo Gatica, productor musical.

Tras la separación, Gatica se trasladó a California, y luego ha vivido en ciudades estadounidenses como Houston, Miami y Los Angeles, donde reside en la actualidad. Su segundo matrimonio fue una modelo estadounidense a quien conoció a comienzos de los ‘80, con la que estuvo casado seis años y con quien tuvo a su sexta hija, Luciana, ahijada de Julio Iglesias. Y en 1986 se casó con su actual mujer, Leslie, veinte años menor, con quien tiene a su hija menor, Lily.

El cantante también apoyó en los años ‘70 los inicios de la carrera de su sobrino, el ingeniero de sonido y productor musical Humberto Gatica. Hijo de Humberto, el mayor de los hermanos de Lucho en Rancagua, Humberto Gatica es hoy un exitoso productor discográfico de Celine Dion, Alejandro Sanz, La Ley y otros músicos internacionales. En la carrera del propio Lucho Gatica ya en 1961 comenzaban a hacerse presentes los primeros problemas vocales, en un desgaste que se iba a sumar hacia los años ‘70 a una baja en la frecuencia de sus discos.

Para entonces Gatica era un intérprete en una escena en la que empezaban a morir los compositores fundamentales de una era, como Álvaro Carrillo, Agustín Lara o Gabriel Ruiz. Luego de trabajos más esporádicos como su participación en "Cantaré, cantarás" (1985), una grabación benéfica en favor de la Unicef realizada en conjunto con Julio Iglesias, José Luis Rodríguez, José Feliciano y otros colegas, esa paradoja se iba a ver agudizada en los años ‘90 por un fenómeno del espectáculo posmoderno, la nostalgia, gracias a la cual una gama de cantantes nuevos comenzó a explotar el catálogo histórico instaurado por Lucho Gatica, mientras el cantante original estaba falto de repertorio.

La nostalgia y los homenajes
De las diez canciones que el cantante mexicano Luis Miguel grabó en su disco Romance (1991), detonante de la nueva fiebre por el bolero desencadenada en el mundo en los años ‘90, cinco fueron éxitos estrenados por Lucho Gatica en su momento: "Contigo en la distancia'', "La barca'', "No me platiques más'', "La puerta'', y "La mentira''. En discos siguientes de esa serie, Luis Miguel siguió incorporando canciones popularizadas por el chileno, como "Sabor a mí'', "Historia de un amor'', "Delirio'' y "Solamente una vez''.

Cantantes tan diversos como Miguel Bosé y Juan Gabriel han reconocido sentidamente la escuela de Lucho Gatica en los últimos años. Desde Ángel Parra en su disco Boleros (1994) en Chile hasta José Feliciano en Solamente una vez (1999), a dúo con Gatica, han grabado canciones del cantante. En 1990, después de más de una década de ausencia, Lucho Gatica volvió a España, un país donde las películas del cineasta Pedro Almodóvar incluyen boleros suyos en sus bandas sonoras.

En la actualidad el cantante chileno mantiene una rutina de actuaciones en España o Brasil, en las que ha coincidido con colegas como la cantante cubana Olga Guillot y el trío mexicano Los Panchos. Chile ha aparecido de modo esporádico en esa agenda. En 1992 vino al Festival de Viña como presidente del jurado de la competencia y recibió el galardón Gaviota de Oro. En febrero de 1994 volvió para actuar con Myriam Hernández en el Casino de Viña del Mar, y regresó en el mismo año para actuar en el programa "Hablemos de...", de César Antonio Santis, junto a Armando Manzanero y a Dyango. En 1996 vino de nuevo al festival, también como parte del jurado, y en octubre de 2002 estuvo en el programa "De pé a pá" en TVN.

Con Celia Cruz

En enero de 1996, justo antes de su visita al Festival de Viña, recibió un homenaje de Julio Iglesias, Celia Cruz, Olga Guillot, los Panchos, José José, Luis Miguel, Juan Gabriel y otros cantantes en el centro de convenciones James L. Knight de Miami, donde Gatica cantó con Los Panchos. En abril de 2000 recibió un nuevo tributo, esta vez de la neoyorquina Asociación de Cronistas de Espectáculos (ACE), que agrupa a periodistas latinos de esa ciudad, en el Lincoln Center, y fue honrado junto a Olga Guillot, Celia Cruz, Roberto Cantoral, José José y Rocío Jurado.

El mal rato de la época sobrevino tras la gira internacional de nueve meses que hizo en 2002, cuando, a su regreso a Los Angeles, en septiembre de ese año el Departamento de Estado le negó una visa para volver a entrar a EE.UU. Originado en un aparente alcance de nombres, el incidente movilizó hasta al ministro Secretario General de Gobierno de la época en Chile, Heraldo Muñoz, quien gestionó una visa provisoria. Igualmente noticioso fue el matrimonio entre su hijo Alfredo Gatica Mercado, el menor de los que tuvo con Mapyta Cortés, y Cecilia Salinas Occelli, una hija de Carlos Salinas de Gortari, el ex Presidente mexicano célebre por los casos de corrupción registrados durante su administración entre 1988 y 1994.

Todo lo que calza Lucho Gatica
Aunque la frecuencia de sus grabaciones no sea la misma, Lucho Gatica no ha dejado de lanzar discos en los últimos años. Entre los más recientes están 40 años cantándole al amor (1992) y Lo que me queda por vivir (1996), en el que constan versiones nuevas de éxitos como "Bésame mucho'' y "Sinceridad''.

En 2000 anunció un disco de boleros inéditos de autores como María Grever, Bola de Nieve y José Sabre Marroquín, producido por Humberto Gatica, y ese mismo año grabó una ambiciosa serie de dos volúmenes de boleros a dúo con doce cantantes brasileños para la editorial de Reader’s Digest de ese país. Ahí Lucho Gatica canta "El reloj", "La barca", "Tú me acostumbraste", "Historia de un amor", "Espérame en el cielo", "Delirio" o "Eclipse" con Iván Lins, Nana Caymmi, Maria Creuza, Emilio Santiago o Fernando Montenegro.

En el registro del cantante figura de hecho una grabación tan reciente como la que hizo el 7 de octubre de 2003, a los 75 años, en una versión de "Me gustas tú" con los cantantes de hip-hop Anamaría Tijoux y Víctor Flores para un inédito disco de duetos producido por el sello EMI que incluye además las participaciones de Los Tetas, Myriam Hernández, Quique Neira y otros cantantes.

En cuanto a reediciones de su catálogo, un compilado de su trayectoria fue editado en Chile con motivo de los setenta años del sello EMI Odeon, pero un patrimonio mejor tratado es el que consta en 50 años, 50 canciones (2002), una valiosa antología doble editada a raíz del cincuentenario de la carrera de Gatica que volvió a embarcarlo en una gira de promoción por España, México, Estados Unidos, Brasil y Colombia.

El cancionero de Lucho Gatica es hace décadas un referente cultural. Ya en 1992 su música fue presentada como producto típico chileno en la ExpoSevilla. Es socio emérito de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor chilena, SCD, y en los últimos años se han sucedido tributos locales, logrados y fallidos, a su trayectoria. En agosto de 2000 Gatica vino a recibir un homenaje en su natal Rancagua. En febrero de 2002 fue objeto de un discreto tributo en el Festival de Viña, en conjunto con Antonio Prieto, pero un desagravio llegó cuando en marzo recibió la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral en el grado de Gran Oficial, instituida en reconocimiento al beneficio de la educación, la cultura y la docencia.

"Lucho Gatica tiene su nombre inscrito en el corazón no sólo de los chilenos de muchas edades, sino sobre todo en el corazón de todos los románticos. Por décadas él nos ha susurrado al oído palabras de amor. Para generaciones enteras, su voz ha sido parte de la intimidad y casi un sinónimo de amor (...) Es un hombre que ha transformado a muchos desconocidos en novios", fue parte del discurso leído por la ministra de Educación, Mariana Aylwin. En el mismo año de esos homenajes, en junio de 2002 Lucho Gatica actuó en el hotel Conrad Hilton del balneario uruguayo Punta del Este ante la ovación de quinientas personas frente a "Bésame mucho", "Historia de un amor", "Contigo en la distancia" o "Sabor a mí".

Al año siguiente dio sus más recientes actuaciones en Chile a la fecha, el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 2003, en el hotel Hyatt y el Teatro Oriente de la capital. Tiempo antes, en una fugaz visita a un programa de TV en Chile, el compositor mexicano Armando Manzanero habló de Gatica en 1996. "Lucho Gatica revolucionó el modo de cantar el bolero", dijo. "Yo creo que ni los chilenos saben bien todo lo que calza Lucho Gatica''. Palabra de Manzanero.

—David Ponce.
Foto: Archivo.

(EPs, antologías de éxitos, grabaciones en vivo, DVDs, reediciones)
Tuyo para siempre (1997 - EMI Odeon)
50 canciones inmortales (2002 - EMI Odeon)
(Compilados de varios artistas)
Nostalgias de Chile (2003 - EMI Odeon)
Las 100 mejores canciones chilenas de todos los tiempos (2004 - EMI Odeon)
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EN CANTANDO POR UN SUEÑO (CANAL 13)
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LUCHO GATICA
El "Ceniciento" del Bolero

Su canto lo hace millonario. Gana hasta 5 mil dólares por semana; casi terminó arreglando dientes; irá al Waldorf de Nueva York; no comenta romance en Perú.

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El cantante nacional y sus admiradoras.

Quien podría olvidar un bolero de Lucho Gatica, cuando se habla de amor. Sin embargo, los críticos musicales del género serio afirmaban en los '50 que el cantante era un caso de aprovechamiento al máximo del sentimentalismo popular, aun cuando le reconocían un estilo muy personal y una voz grata. A continuación reproducimos un artículo de revista Ercilla que ilustra la popularidad de Gatica:

"Entre dientes y muelas pudo extraviarse el hombre que la revista hollywoodense "Music View" llamó "El cantante latinoamericano más exitoso del momento". Lucho Gatica, 28, soltero, alcanzó a titularse de mecánico dental antes de convertirse en excepcional caso de popularidad internacional. Hace sólo 3 años, cantaba casi gratis en Radio Minería y en boites. Un mes atrás, Gatica cobró 5 mil dólares semanales (unos 3 millones de pesos) por cantar en Puerto Rico. De regreso al país, no hubo emisora o boite capaz de redondear los honorarios que Lucho cobra actualmente en México, su nuevo hogar, desde mediados del 55.

Para muchos resulta sorprendente el suceso de este muchacho rancagüino que en menos de mil días saltó del anonimato a la fama, escuchándose su voz en cualquiera boite, radio, café, fuente de soda, sitio de diversión u hogar de Latinoamérica a través de múltiples grabaciones. Viajeros procedentes de España cuentan, asombrados, que, de 100 discos tocados al día, unos 20 lanzan la voz de Gatica. Estadísticamente, sólo el rockanrrolista cantante norteamericano Elvis Presley lo supera en record de popularidad.

Los críticos musicales del género serio afirman que Lucho Gatica es un caso de aprovechamiento al máximo del sentimentalismo popular, pero le reconocen un estilo muy personal y una voz grata. En el hecho, la voz de Gatica gusta a todos los públicos. Dos ejemplos: la canción "No me platiques más" logró una edición de 100 mil discos en corto tiempo, y su nombre sirvió de título a la película en que Lucho debutó cinematográficamente en México, ganando 20 mil mexicanos (un millón de pesos); en USA, el sello Capitol lanzó tres ediciones grabadas del cantante con inesperado éxito. Resultado: se prepara el debut de Lucho Gatica en el fastuoso Waldorf Astoria, de Nueva York.

Eran 7 hermanos

La historia de Lucho como cantante es corta y cenicienta. En una familia de 7 hermanos que cantaban, él fue uno más. La vedette del hogar era Arturo Gatica -ahora cantando en Angora, Turquía, con su esposa Hilda Sour-; Arturo se hizo popular entonando aires chilenos. Filmó, actuó en boites y teatros, y fue regalón de las emisoras. Bajo la sombra de su hermano, Lucho asomó por los estudios radiales de Santiago. En Minería, Raúl Matas -ahora en la WRUL, de Nueva York- le hizo hueco en sus programaciones para darle una oportunidad. Vicente Bianchi lo acompañó en sus primeras grabaciones. Gatica empieza a conquistar popularidad. Al lanzar su "Sinceridad", agotada en pocos meses, se le abrieron nuevas puertas.

El desconocido joven rancagüino no necesitaría desempolvar su título de mecánico dental. Con el pianista británico Roberto Inglez, Gatica hizo nuevas grabaciones. En ese momento el representante de artistas Florencio Contreras, recién regresado a Chile, con 14 años de viajera experiencia artística, planeó con Gatica una salida al extranjero. Gatica partió con Roberto Inglez a Buenos Aires. Rápidamente surgieron los pesos y la fama en generosos cheques. En Montevideo, Gatica se separó de Inglez, porque él y su representante previeron que no era necesario cobijarse bajo otro nombre para rodar senderos. Contreras logró que la elegante y millonaria boite "Golden Room", del Copacabana Palace, de Río de Janeiro, contratara a Lucho. Simultáneamente, empezó a cantar en la poderosa emisora Mayrink Veiga. A los tres meses había ganado 5 millones de pesos y el título radial de "Soberano de la Voz".

Camino del éxito

A Río empezaron a llegar cables de Caracas, La Habana y Lima, con suculentas ofertas. Gatica regresó brevemente a Chile para salir en viaje directo a Centro-América, ganando 2 mil dólares semanales en La Habana. Definitivamente se instaló en Ciudad de México. Firmó contratos para televisión y radio. A los dos meses, Lucho vivía en el lujoso barrio Masarik de la capital azteca. En principio, la ciudad le fue difícil. En México abundan los buenos cantantes de boleros, y, como dice el mismo Gatica, "bajo cada piedra hay 10 aspirantes al estrellato". Con su grabación de "No me platiques más", su flamante acento mexicano y una sonrisa más amplia que la de José Bohr, rompió el cerco de Ciudad de México. A los 6 meses se colocó entre los primeros cantantes del país. Su fortuna económica caminó tan rápida como la musical. Desde el 56 adelante, ninguno de sus contratos bajó de los 4 mil dólares semanales.

En Chile, Lucho Gatica sólo hizo dos inversiones, que él considera felices. Una, la adquisición de una cómoda casa en Rancagua para su madre; la otra, su casa de discos en Santiago. En el extranjero se limita a ahorrar en dólares. Se calcula que ganó no menos de 30 millones de pesos cantando. No fuma, no bebe, y mantiene aficiones deportivas, que lo alejan de la vida bohemia del cantante. Sus amigos opinan que es hombre económico y que podrá jubilarse millonario.

El ángulo íntimo

Lucho Gatica habla poco de sí mismo. Cuando se le pide que explique su éxito, sólo dice:

-Porque he lanzado un nuevo estilo y porque siento lo que canto...

No se explica más. Es parco y poco imaginativo.

De su vida privada hace escasos comentarios. Pero las noticias vuelan. Cuando Lucho estuvo en Perú, descubrió entre las alumnas del director Vicente Bianchi a la buena moza joven peruana Bebelú de la Borda, ex candidata a "Miss Perú", hija de una vieja y millonaria familia limeña. Los diarios paseos por la colonial capital peruana trajeron el romance. Los parientes se opusieron, pero la pareja prometió no separarse, aun en la distancia. Por contratos en otros países, Lucho debió viajar constantemente. Pero el tiempo y la oposición familiar forzaron el entusiasmo de Bebelú, que casó al poco tiempo con un pretendiente al gusto de la parentela. De regreso a Lima, Lucho la encontró señora y futura mamá. El cantante también había cedido al tiempo y al consejo de sus amigos y representantes que se oponían al matrimonio. Lo consideraron un tropiezo mortal para su carrera.


En México apareció el segundo romance internacional de Gatica. En los estudios fílmicos conoció a la artista Marta Roth, atractiva rubia del cine azteca, que centra las actuales preocupaciones sentimentales del cantante. Sobre un posible matrimonio, Gatica contesta:

-No me apuren tanto. No hay tal noviazgo oficial, sino un simple pololeo, como dicen en Chile.

Dedafinado regreso

Gatica quiso venir a Chile no por lograr nuevos contratos, sino por ver a su madre, a sus hermanos y descansar un tiempo entre sus compatriotas. Con tan sonrosados proyectos tomó avión en Ciudad de México, luego de firmar nuevo contrato radial y televisor en la XEW para 1957 y dejar en suspenso un contrato para actuar en la selecta boite "Pabellón", de Madrid, que le envió su amigo Bobby Deglané. Pero el barómetro ambiente le marcó tormenta al aterrizar en Los Cerrillos, en medio de eufórica recepción femenina. Refugiado en su hogar de Rancagua, hizo un balance desolador: su casa de discos estaba embargada por querella seguida en su contra en el Cuarto Juzgado Civil de Mayor Cuantía. Los sindicatos orquestales amenazaban con paralizar sus labores si se le permitía cantar en Chile. El Sindicato de Actores apoyaba la posición de los músicos. Radio Corporación, que pensó convertirlo en vedette veraniega, deshizo sus crespos. ¿Quién estaba tras todo esto? Florencio Contreras, antiguo amigo y representante de Lucho Gatica.

El origen del caso melódico-judicial tiene dos versiones. Una de Florencio Contreras y otra del cantante.

El representante Contreras, según su propia versión, se querelló contra Gatica porque éste no le canceló los derechos que en cada contrato se le asignan al representante. Ante el juzgado, Contreras exigió 12 millones de pesos. Sostuvo que el cantante olvidó, como producto de su fama, que las actuaciones en Brasil y otros países dolarizados del norte de Latinoamérica las había obtenido y preparado su representante. En diversas ocasiones le pidió cancelación de honorarios, pero Gatica desoyó sus pedidos, basándose en que Contreras no lo había acompañado en la jira. El representante afirmó que, para hacer este tipo de contratos, no es necesario viajar con el artista. Sus vinculaciones con el resto del continente le permitían preparar el terreno a Gatica, utilizando personal que pagaba de su bolsillo. Como el cantante insistió en no arreglarle sus honorarios, Contreras lo demandó, obteniendo medidas precautorias sobre sus bienes en Chile y el apoyo del Sindicato Orquestal, que pertenece a la misma organización artística que el Sindicato de Representantes.

La versión propia

Lucho Gatica, según su versión, afirmó que Contreras terminó hace tiempo como su representante, y que le canceló oportunamente sus honorarios. Textualmente, dijo:

-Mi único representante es el músico, director y animador de espectáculos José Sabres Marroquí, mexicano. Nada tengo que ver con el señor Contreras. Tanto, que ni siquiera hablé mal de él, como se afirmó en alguna prensa.

Gatica encargó a su abogado, Jorge Attone, que solucionara su caso y que levantara las medidas judiciales que pesaban sobre su casa vendedora de discos.

Lucho agregó:

-Como Contreras no viajó conmigo, tuve que buscarme un representante que arreglara nuevos contratos y se encargara de mi public.

La situación de Gatica se agravó cuando exigió que para sus actuaciones en Corporación digiera la orquesta de Vicente Bianchi, no afiliado al Sindicato Orquestal, que llegó al país después de 4 años de exitoso trabajo en Lima. Pedro Mesías, director de la orquesta de Corporación, se sintió ofendido y su actitud ayudó a reforzar la posición antiGatica del Sindicato Musical.

La disputa tuvo ribetes policiales cuando un apasionado admirador de Gatica trató de convencer violentamente a Tulio Aguayo, presidente del Sindicato Orquestal. El admirador terminó en la Asistencia Pública. Sucesivas reuniones entre representantes del sindicato, de Radio Corporación, de Gatica y de la Sociedad de actores, lograron una solución económica temporal. Gatica le reconoció y pagó una deuda de 2 mil dólares a Florencio Contreras, mientras éste se desistió de su demanda judicial. El millón 200 mil pesos trajo la calma, y, en la semana, Gatica cantó en Corporación, dirigido por Vicente Bianchi.

Antes de actuar en la radio, Gatica declaró:

-No cobro un centavo. Lo hago por gusto; sería muy doloroso para mí no cantar ante mis compatriotas.

En el sindicato opinan distinto. Si Gatica cantara gratis -dicen-, habría escogido Radio Minería, donde empezó y se le abrió camino. El anuncio "gratis" de Corporación se hizo para no levantar más polvo en el litigio con Contreras y como una diplomática excusa de que la actuación de Gatica no era negocio sino "beau geste". En el hecho, el cantante debió recibir unos 100 mil pesos por actuación.

Acento chamaco

En los días restantes, Gatica piensa descansar, jugar tenis, grabar y vender discos. Luego regresará a México. Cree que seguirá filmando. Entre amigos preguntó si "No me platiques más", donde canta una vez, fue éxito. Pero la película pasó inadvertida por su mala calidad. Gatica espera que las otras tres en que cantó: "Teatro del crimen", "Tinieblas", "Que seas feliz", le mostrarán en un aspecto diferente.

-En el cine -dice Gatica- sólo tengo papeles pequeños. Generalmente debo cantar, pero en el futuro creo que haré algo más.

Por ahora, Lucho no piensa moverse de México. Cuenta:

-Allí gozo de gran popularidad, increíble en cierto modo. En poco tiempo llevo grabadas 25 canciones. Una de ellas fue elegida la mejor del año. El bolero gusta y seguirá gustando. Los nuevos ritmos son temporales. En México no hacen mella. Por eso me siento muy bien allí.

Lucho Gatica desconcertó en principio por su marcado acento chamaco, pero él explicó:

-Tuve que adaptarme y perder el modo de hablar chileno, que los mexicanos llaman "come letras". El acento es un producto del ambiente en que debo vivir. No lo creo reprochable.

Después de su primera actuación en Corporación, Gatica comentó:

-Mis compatriotas sufren los mismos vértigos que las brasileñas y son mucho más apasionadas que las mexicanas. Casi me desnudan.

Enrique Cid
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Siglo XX en la Tercera Internet: e-mail:sigloxx@copesa.cl
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Miércoles 21, Noviembre 2007
Lucho Gatica: "El bolero es todo"
Por: Marcelo Mellado
Fuente: El Mercurio

Lucho Gatica, quizás el más grande intérprete de boleros de todos los tiempos

Distinguido la semana pasada con un Grammy a la trayectoria, el más famoso cantante chileno vivo, Lucho Gatica, comenta, en un diálogo bastante animado, los avatares de su carrera artística, la impronta del bolero en Latinoamérica y algunos de sus encuentros con figuras tan famosas y variadas como la actriz Ava Gardner, el escritor Mario Vargas Llosa y Agustín Lara.
Pudimos hablar con él gracias a que se fracturó un hombro en Chile. La recuperación se hizo larga y en esa espera lo abordé. Lo pasé a buscar al hall de un edificio de la zona oriente del triste Santiago; después me llevó a una panadería fina, donde también se servía buen café. Y justo en el barrio en que vive la Presidenta; creo que ahí se sintió protegido, y ahí platicamos.
No me pareció calculador, como las generaciones que tenemos que padecer, incluida la de uno. Hay una especie de ingenuidad o candor que tal vez tenga tintes de astucia, pero que sobrecoge. Modos antiguos, como la sencillez y la simpleza, van construyendo un personaje especial, que no alcanza a ser freak.
Me dio la sensación de una persona que siempre fue frágil, que debe ser fácil hacerlo sufrir, y me recordó una expresión que usa mi madre: "Tiene calidad humana".
-¿Cómo anda la vida, don Lucho?
"Bien, pasando los últimos días que me quedan en Chile. Ya me regreso a México, si Dios quiere, después de estar más de tres meses aquí".
-¿Siente que ha sido reconocido en Chile?
"Sí", dice con mucha seguridad. "No puedo quejarme, me han dado dos premios este año, y aparte de eso he tenido varias medallas de la ciudad donde yo nací, Rancagua. Soy hijo ilustre y aparte me dieron la orden de Santa Cruz de Triana. He tenido cosas muy significativas. Y yo creo que Chile no me debe nada.
Vargas Llosa y Almodóvar
Los tópicos eran muchos, y había que optar por algún derrotero. La idea era no distanciarnos del tema del bolero o de la vida vivida como tal. La animada plática reconoció un camino sin desvíos; el bolero es una gran guía de nombres, más o menos clasificados, de cantantes y compositores -todos amigos de Lucho-, y de anécdotas en que él es el protagonista o comparte el estrellato con alguien que fue muy cercano a él.
Desfilan en el recordatorio Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, Javier Solís, Roberto Cantoral, César Portillo de la Luz, Bobby Capó, Benito de Jesús, sin dejar de mencionar a los chilenos Antonio Prieto y Luis de Castro, Sonia y Myriam, Palmenia Pizarro, Mona Bell y el sanantonino Rosamel Araya. Todos amigos de él.
Y ahí se fue verificando esa nómina que parece interminable de conocidos, y muchos ya han quedado en el camino. Y que esta melodía imperecedera llamada bolero tiene un correlato con la literatura (incluida la narrativa latinoamericana y la poesía modernista) y con la política. Uno escucha o huele ese trópico caribeño de los Trujillo, los Batista, los Pérez Jiménez, pero también despuntan las rebeldías novelescas y los barbudos subversivos que traían los cambios radicales.
-A propósito de escritores, Vargas Llosa, en "La Tía Julia" y en "La Fiesta del Chivo", lo menciona. "Es mi gran amigo".
-¿En qué radio Vargas Llosa tuvo que protegerlo de las fans?
"En Radio Panamericana. Y le rompieron la corbata, y ese relato es auténtico. Fue la despedida mía en Lima. Habían cerrado la calle Belén, donde estaba la radio, porque había mucha gente. Entonces, cuando yo estaba cantando la última canción, veo que la marabunta de gente, de admiradoras -corrige-, se venían encima de mí, y atrás estaba Mario, quien era libretista. Y se lo llevaron en andas. Esa noche tenía una cena con la tía Julia. Dicen que era muy guapa la señora y él tremenda figura".
-Al parecer, esa novela le causó algunos problemas familiares.
"En 'La Tía Julia y el Escribidor' me dedica seis páginas, el paso de Lucha Gatica por Lima. Después lo encontré en Río, hicimos un programa aquí en Santiago. Y somos muy amigos; ahora vive en España, de vez en cuando yo lo veo cuando voy a Madrid".
-¿Almodóvar a usted le hizo un gran favor artístico, entre comillas, en esa película "Entre Tinieblas", en que se interpreta uno de los grandes temas suyos, "Encadenados"? "Usted sabe que yo no conozco a Pedro; sin embargo, él ha puesto varias canciones mías en sus películas. Y me gustaría conocerlo, yo sé que es un gran admirador de las canciones mías. Gran director, con mucho talento".
-Ese tema, "Encadenados", ¿de quién es? "De Carlos Arturo Briz, mexicano. La única canción famosa que hizo él. Un día estaba yo en el restorán de Mario Moreno, Cantinflas, y un señor se me acerca y me dice: 'Yo soy hijo de Carlos Arturo Briz'. Tu padre hizo la canción más linda que he grabado en mi vida", le dije yo.
Ava Gardner en el tercer piso
-¿Quién es para usted el gran compositor de boleros?
"El más grande, Agustín Lara. Agustín hacía todo. Él escribía boleros, pasos dobles, él escribió 'La Suite Española' sin conocer España".
-La famosa "Granada".
" 'Granada', 'Solamente una vez'. Era tan extraordinario Agustín, que una vez que venía de Granada, el ayuntamiento le había regalado una casa, por la canción. Pasó por Madrid. Yo estaba actuando en un lugar que se llamaba La Riviera. Y me fue a ver sin saber yo que él estaba esa noche ahí. Llega el dueño del lugar y me dice que acaba de llegar el maestro Lara. 'No me digas'. Salgo yo a cantar, canto seis canciones, paro a la orquesta y digo: 'Señores y señoras, esta noche para mí es un honor tener al hombre que hizo, sin conocer España, "La Suite Española", y canciones como 'Granada', mundialmente conocida. Quiero pedir un aplauso para este extraordinario compositor, el maestro Agustín Lara'. Y se pone de pie todo el mundo, dos mil y tantas personas, a aplaudirlo de pie a Agustín. Él, saludando como los toreros".
-¿Es cierto que el Dr. Ortiz Tirado, también gran bolerista, lo atendió a él después de un lío de faldas? "El siempre tenía líos de faldas, era muy enamorado Agustín Lara".
-¿Y cómo andamos por casa en ese aspecto? "Algo, algo, tres matrimonios, no más".
-¿Su vida en ese aspecto ha sido como un bolero, si es que el bolero es lo que creemos?
"Para mí, el bolero es todo; me hizo popular, es un género que desde chico lo empecé a cantar, y aparte veía a todos los grandes cantantes, tratando de no parecerme a nadie. Y tuve la suerte de tener un estilo distinto".
-¿Usted inventó un estilo de cantar? "Eso fue lo que me hizo triunfar a mí. Y voy a seguir cantando boleros hasta que me muera, caramba".
-Se cuenta otro mito de usted, que habría sido amante de Ava Gardner.
"No, fui amigo de ella. Ella fue la que me llamó por teléfono, estando yo en Madrid. A las siete de la tarde me llama y me dice: "My name is Ava Gardner". Y yo para llevarle la broma le digo: "My name is Frank Sinatra" (se ríe). Y me dice: "you don't believe me". "I don't believe you". "My suite is three fifthen". Yo, desconfiado llamo al pianista mío, Jorge Ortega, y le digo que me acaba de llamar Ava Gardner. "¡Qué!", me dice. "Sí y está aquí en el tercer piso".
"¡Qué haces pendejo que no la vas a ver!" Y fui para allá. Toco el timbre, me abre y me dice: "Ahora sí me cree, verdad". "Yes, I believe you now", le digo. "Come on in", me dice. Pasé y ella tenía cuatro discos míos, de esos grandes. Y fue así y ahí que nos hicimos amigos. Salimos a cenar. Después fuimos a un flamenco.
-¿Y no pasó nada con ella?
"No, esas cosas no... fuimos amigos; incluso después la vi en Nueva York, me fue a ver cantar en el Chateaux Madrid, con su hermana".
-¿Era realmente tan hermosa como se dice?
"Indudablemente la mujer más linda que he visto yo, la más linda del mundo. No se ponía maquillaje, era todo natural. Nunca me voy a olvidar de la expresión que yo tuve cuando la vi. Aparte era una mujer muy sencilla. La última vez que la vi fue en Miami, en un show de Frank (Sinatra), que nos invitó a mí y al hijo del ex presidente (de México), Miguel Alemán. Después estuve con ella en una fiesta que nos tenía Frank después del show".
"El bolero tiene que bailarse"
-¿El bolero siempre ha estado entre dos aguas, el más melódico y el más rítmico, más caribeño, por decirlo así?
"Yo era melódico, pero con cierto ritmo para que la gente bailara, porque el bolero tiene que bailarse. Porque ahí es donde uno conoce a la novia. El bolero siempre ha sido romántico por excelencia. Y de ahí vienen todos los matrimonios".
-¿Incluidos los suyos?
"Claro, incluidos los míos. Todo el mundo me lo ha dicho. "A usted, don Lucho, le deben muchos matrimonios, yo me casé con las canciones suyas" , me comentaron el otro día".
-¿Hagamos un recuento de los éxitos suyos? "El Reloj", "La Barca", "Historia de Un Amor", que fue popular ¿sabes dónde?, en Japón. Y yo quería grabarla en japonés.
-¿Su primer gran éxito fue "No me preguntes más" del mexicano Vicente Garrido, no? "Esa canción yo la traje de República Dominicana -nos dice, corrigiendo una versión que nos había dado Patricio Manns-. Me la dio una de las figuras más connotadas de Cuba, Bola de Nieve, gran amigo mío. Estábamos actuando juntos en República Dominicana".
-¿Esto en la época de los 50? "Exactamente. Me dio la canción y me la llevé a México".
-A mí el que más me gusta es "Encadenados". "Ah, no, es otra cosa, y "Sabor a mí", y "Tú me acostumbraste".
-¿La Barca" de quién es? "De Roberto Cantoral, y "El Reloj" también. El fue presidente de los compositores de México".
Óscar Castro
-¿Se acuerda del Rancagua de Oscar Castro?
"Como no, yo conocí a Oscar Castro, que para mí si él no se hubiera muerto habría sido premio Nobel, gran poeta, extraordinario. No puedo compararlo con Neruda ni con la señora Mistral, pero por ahí andaba. Y lo conocí en Doñihue en una fiesta y yo canté, tendría 15 años. Yo cantaba canciones folclóricas, no cantaba boleros yo".
-¿Y entonces se escucha tanta música mexicana en Chile?
"De toda la vida, por el cine. Negrete. Hay una cosa muy linda que me llenó de orgullo, ahora que estuvo la señora Bachelet en México. Fui invitado yo por la cancillería mexicana, una cena que le dieron a ella en el Zócalo. Estaba yo en la mesa sentado con gente de la cancillería, y mi hijo mayor, Luis. Y de repente la señora Bachelet contesta el discurso del presidente de México, y dice: 'Agradezco mucho las palabras y la condecoración del Águila Azteca, pero así como ustedes tienen un Jorge Negrete y un Mario Moreno, Cantinflas, nosotros tenemos un chileno que se llama Lucho Gatica. Y ahí se me nublaron los ojos".
Cuba: recuerdos inolvidables
México, Brasil y Cuba son algunos de los países en los que Gatica tuvo un éxito sin precedentes para un chileno. "Yo tuve tanto éxito en Cuba que antes de que llegara Fidel Castro yo fui el último ídolo de Cuba..., extranjero. Y todavía... Para qué le voy a contar, me han invitado muchas veces, pero yo no puedo ir a Cuba. En primer lugar, porque si los cubanos se enteran de que yo voy a Cuba, en donde quiera que me presente me ponen una bomba en EE.UU., sobre todo los de Miami", cuenta Gatica.
-No se distingue entre los pueblos y los gobiernos. "No tiene nada que ver. De todas maneras me encantaría ir a Cuba. Un día el embajador de Cuba en México, Mario Rodríguez me dijo: "Lucho, no te imaginas tú como el pueblo te está esperando". A mí me encantaría ir a Cuba, volver a ver esas calles que yo recorrí.
-¿Pasear por el Malecón? "Por El Malecón, por la calle 23, conozco muy bien La Habana. Y nunca salí de La Habana. Siempre iba a Cuba y solamente a La Habana".
-¿Y dónde actuabas, porque uno tiene en la mente El Tropicana?
"San Soussi, Monmatre y la televisión, y teatro".
-¿Es también la época de la sonora Matancera, Olga Guillot, Celia Cruz...?
"Celia, que desgraciadamente se murió, ella también cantó boleros, le encantaba cantar boleros, gran amiga mía. Cantamos juntos varias veces".
-¿La Olga Guilot era la que decía que después de usted venía ella en la jerarquía del bolero?
"No, ella dice que la reina del bolero es ella y el rey es Lucho, pero somos muy amigos".
-¿Y dejó muchos corazones rotos, allá?
"Tengo un recuerdo muy lindo de Cuba, yo no podía andar por las calles; así fue el éxito que tuve, con un cariño impresionante. El año 57 me dieron una sorpresa muy linda en Cuba. Me llevaron a mi madre y me la presentaron en un estadio de béisbol, ante treinta mil personas. Lloré como un niño, con todo el pueblo de Cuba".
El bolero o la histeria de amor en la narrativa
El primer bolero fechado -según la mitología bolerística- fue compuesto por Pepe Sánchez en 1885, en Santiago de Cuba, llamado "Tristeza". Así como a cierta narrativa (y cine norteamericano) le viene de perilla el jazz , a cierta narrativa latinoamericana le correspondería el bolero. Hay un correlato innegable entre novela y bolero en América Latina; lo que no es sólo rastreable en obras narrativas que dan cuenta temática o anecdótica del él, sino también en textos en que el bolero es el eje estructurador. Los más disímiles narradores latinoamericanos han titulado sus obras con alusiones bolerísticas o con la mismísima palabra bolero: Montero, Mastreta, Ampuero y Serrano, hablando de una referencialidad más bien blanda, pero capitalizable estadísticamente. Y en estéticas más potentes, tenemos autores como René Marqués, Luís Rafael Sánchez y Ana Lidia Vega.
En "Tres Tristes Tigres" de Cabrera Infante, por ejemplo, el bolero es una referencia que le da sentido lúdico al relato, con el clásico enunciado capitular "ella cantaba boleros", a propósito de una intérprete mítica del género. En "La Traición de Rita Hayworth" de Puig, en cambio, el folletín y la entrega de información narrativa a través del sustrato radiofónico, al igual que en "La Tía Julia y El Escribidor" de Vargas Llosa, conforman una especie de voluntad programática que sería reeditada en otros proyectos narrativos; tanto de la vertiente nostálgica, en tanto configurador del espacio amoroso (Bryce Echenique), o como en las propuestas de género, en que la impostura de gesto y del maquillaje arman un tipo de crónica, como es el caso de Lemebel, que sin una explicitación estricta, lo instala como signo de la exacerbación del lugar común amoroso, afectado, que patenta la inversión sexual por el exceso y la sobre carga simbólica. Por otra parte, es clave en su constitución, la poesía modernista rubendariana, que es, de algún modo, el bolero desplazado hacia el canto radiofónico, el cancionero romanticón y la cursilería emotiva. Sin duda el texto bolerístico tiene algo de pastiche al poner en obra los paradigmas del modernismo y sus imágenes degradadas, con los códigos diamantinos y nacarados de la histeria amorosa que lo definen y delimitan.
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EL RANCAHUASO
Lucho Gatica: La voz de Chile
categorias: Columna - Cultura - Nacional


Indudablemente Lucho Gatica es la mejor voz que ha tenido la música popular chilena. Bolerista, su voz captó la admiración de hombres tan importantes y disímiles como Mario Vargas Llosa, Pedro Almodóvar, Ava Gardner, Frank Sinatra y Agustín Lara.
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Escrito por José Martínez Fernández

Hace un tiempo el embajador de Cuba en México, Mario Rodríguez, le dijo a Lucho Gatica porqué no iba a cantar a ese país, que a ese pueblo le gustaría volver a escucharlo.
Lucho Gatica, la voz mayor de la música popular chilena de todos los tiempos provoca admiración en personas de ideas políticas muy diversas, en personas de talentos muy diferentes: escritores, actores y directores de cine, en otros cantantes y en creadores de diferentes ámbitos.
Radicado en México -pueblo solidario con sus hermanos del continente -donde se ve la impronta de Hidalgo, Morelos, Juárez, Zapata, Villa, Álvaro Obregón y Lázaro Cárdenas, entre otros- el bolerista chileno ha hecho de ese país una constante referencia.
Su música -aquella de acento popular que marca el bolero- aparece retratada en una obra
tan importante como es "La fiesta del chivo", novela del peruano Mario Vargas Llosa sobre el régimen del verdugo Rafael Leónidas Trujilllo, quien llevó a República Dominicana a un baño de sangre que aún espanta.
Vargas Llosa también lo cita en "La tía Julia y el escribidor", contando la ocasión que el
novelista lo tuvo en su programa en Radio "Panamericana" de Lima.
También el mayor cineasta de nuestra lengua, el español Pedro Almódovar, ha puesto canciones de Lucho Gatica en sus películas.
Lucho Gatica ha contado con la amistad de moros y cristianos, de radicales y de conservadores, teniendo como única razón su voz, su predilecta voz, que lo llevó hace medio siglo, a ser el cantante de boleros más admirado en lengua hispana.
"Historia de un amor" es su mayor éxito musical. Pero son innumerables los temas que en su voz alcanzaron gran éxito.
Autores de boleros como Vicente Garrido ("No me preguntes más"); Carlos Arturo Briz
("Encadenados"); Agustín Lara ("Solamente una vez"), entre muchos otros, le entregaron temas al gran cantante nacional.
La amistad que tuvo con Agustín Lara es conocida tanto como la que hoy tiene con Vargas Llosa.
Fue amigo también del compositor mexicano José Alfredo Jiménez, de Roberto Cantoral y de otros autores celebrados.
Entre los cantantes tuvo como amigo a Javier Solís, famoso aún por su interpretación de "Sombras" y muchos otros temas que hoy, en diversas disquerías de Santiago, se pueden adquirir en formato DVD u otros. Solís, conocido como "el rey del bolero ranchero" murió antes de cumplir los 34 años, y se ha constituido en una verdadera leyenda y esa leyenda ha dado origen a varios libros.
Entre otros cercanos a Lucho Gatica están Frank Sinatra, Julio Iglesias, Elvis Presley, el rey del rock.
Amante múltiple Lucho Gatica ha hecho de su vida una historia que empieza con el matrimonio con la bella Mapita Cortés y sigue con otros dos enlaces oficiales. Pero fue tan enamorado como Agustín Lara, y de allí que en el mito de su propia vida se le haya atribuido un furtivo romance con la bellísima actriz Ava Gardner, hecho que el artista niega, señalando que entre ambos sólo hubo amistad.
La grandeza e importancia de Gatica quedó expresada en una visita que la presidenta Bachelet realizó a México. Luego que hablara el presidente de ese país nuestra gobernante tomó la palabra. Dijo: "...así como ustedes tienen un Jorge Negrete y un Mario Moreno, Cantinflas, nosotros tenemos un chileno que se llama Lucho Gatica".


A la Excelencia
Lucho Gatica recibe premio Grammy

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11/8/2007 10:20:07 AM
HERCO
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Alberto Cortez, Lucho Gatica, Olga Guillot, Los Tigres del Norte y Os Paralamas do Sucesso se reunieron el miércoles para recibir el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación. Chavela Vargas, agasajada con el mismo honor, no pudo asistir por razones de salud.

El chileno Lucho Gatica agradeció el reconocimiento, aunque opinó que en general los homenajes que ha recibido últimamente se habían tardado. “Esto llegó en el momento justo. Es un reconocimiento a toda una generación. Además yo ya estoy más para allá", expresó el artista de 79 años.
Al encontrarse en la alfombra roja, Gatica y Cortez se fundieron en un fraternal abrazo y se mostraron genuinamente emocionados. Según consignó AP, Cortez dijo que la música es lo único que sabe hacer y señaló que el reconocimiento que recibía era el acertado: “Hay premios a la excelencia y a la trayectoria... La excelencia es lo que permanece, como las canciones de Silvia Rexach, de Rafael Hernández y Bobby Capó. La trayectoria tiene un principio y un final y yo todavía no he acabado mi carrera".
Jorge Hernández, líder de la agrupación de música norteña Los Tigres del Norte, agradeció al público el apoyo que le han dado a su música y que los motiva a seguir trabajando después de más de 30 años. “Este reconocimiento es algo muy adorable para nosotros", declaró el músico mexicano. “La carrera de nosotros ha sido bastante amplia, ya llevamos muchos años en este negocio y nos sentimos muy honrados con el público que es a quien le debemos que estemos aquí hoy".

Entre los asistentes a la ceremonia se encontraban el compositor argentino ganador de dos premios Oscar y múltiples Grammy Gustavo Santaolalla, así como el magnate cubano de la música latina Emilio Estefan.

Lucho Gatica recibe Grammy a la excelencia

Para Lucho Gatica es hora de los homenajes. Más de 50 discos, temas que serán recordados por siempre y canciones compuestas para los artistas más destacados del continente. Una vida dedicada a la música, que tuvo su reconocimiento ayer, cuando le otorgaron el Grammy a la Excelencia.
“Esto llegó en el momento justo. Es un reconocimiento a toda una generación. Además yo ya estoy más para allá”, expresó el artista de 79 años.
"Por ser el último de los reyes del bolero, siento que merezco el Grammy Latino", afirmó Lucho Gatica, quien se consideró el latino más conocido en el mundo, después de Julio Iglesias.
"Julio sin duda es el más conocido, pero después de él, sigo yo", aseguró el interprete de 120 discos y más de 800 canciones, entre estas La barca, Reloj, No me platiques más y Bésame mucho, entre otras.
"Los Grammy Latino son una gran distinción y me llega en un momento muy especial, porque cuando empezamos en la música hace décadas no había estos premios, así que es justo que me den uno", declaró el cantante.
Posted by Gonzalo Tapia on November 8, 2007

LUCHO GATICA YA ESTÁ BRILLANDO EN HOLLYWOOD

Lucho Gatica con Johnnie Mathis.

Con su esposa e hija.


El pasado viernes 25 de Enero se llevó a cabo la puesta de la estrella en Hollywood del gran cantante “EL REY DEL BOLERO” el único y chileno Lucho Gatica. Estuvieron acompañándolo toda su familia, así como amigos, fans.
Foto y texto por Teresita Avila

Johnny Grant fue recordado, ya que como todos saben por años fue el legendario que estaba presente en estas ceremonias y que murió semanas atrás.
Luis Gatica hijo de Lucho, acompañado de María Conchita Alonso brindaron unas palabras muy bonitas e hicieron un recuento de la vida del artista. Lucho agradeció a todos los que colaboraron para hacer posible este evento, mencionando al Sr. Barcelo, Gisela y muchos más.
La fiesta que se ofreció después en el Hotel Roosevelt, incluyó un almuerzo donde compartieron amigos y familia; los mariachis se hicieron presentes interpretando canciones de Lucho. Fue una velada muy agradable. La esposa de Lucho, su querida Leslie, lucía muy bonita y feliz, así como sus hijas y nietos.
En lo personal me siento muy honrada y feliz de haber podido compartir con Lucho, a quien he admirado de siempre.
Próximamente grabará un disco donde compartirá con grandes artistas, ya les informaré. No quiero terminar mi nota sin agradecer a Sergio Diaz por la invitación, así como a Gisela. Un reconcomiento para Paloma que actuó como maestra de ceremonia y hasta le cantó una canción. Fue un placer compartir con el Dr. Rafael Rodríguez (médico de Julio Iglesias) y su bella esposa que es nada menos que la hija de Elvis Presley.
FELICIDADES LUCHO
Que Pasa Bulletin Publicado el 01-feb-2008
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Publicado el jueves 24 de enero del 2008Posted on Thu, Jan. 24, 2008-->
NORMA NIURKA
Una esperada estrella para Lucho Gatica

Su reinado es el bolero, con el que conquistó hace décadas públicos de diversas latitudes hasta dejar una huella imperecedera en el campo de la música, pero ahora El Rey del Bolero, además de poseer una corona, alcanzará una estrella.
Mañana, a las 11:30 del día, las autoridades de la Cámara de Comercio de Hollywood, en Los Angeles, estarán haciendo justicia cuando otorguen su estrella en el Paseo de la Fama (Walk of Fame) a Lucho Gatica, uno de los grandes íconos de la música latinoamericana. Se la debían desde hace tiempo.
''¡Espero que me la den, todavía no me la han dado!'', exclama Gatica, con su acostumbrado sentido del humor. ``Cuando lo supe me sentí orgulloso porque me la merecía''.
Es de agradecer que el comité del Paseo de la Fama, que ha otorgado ese reconocimiento a 60 artistas hispanos (entre ellos, a los cantantes Juan Gabriel, José José, Julio Iglesias, José Feliciano, Luis Miguel, Alejandro Fernández y el más reciente, Ricky Martín), se acuerde ahora del Maestro, pero es inexplicable que no se la hubiera concedido mucho antes al cantante que conmovió al público latinoamericano y europeo desde que se dio a conocer en la década de 1950, y que en su época apareció en los más importantes programas de la televisión norteamericana, cantó en el Carnegie Hall y tuvo en su repertorio temas en idioma inglés.
Además, el cantante chileno ha residido en Los Angeles durante los últimos años, tiene dos hijas nacidas en Estados Unidos, procreadas con dos estadounidenses, y aún comparte su tiempo entre México y California.
Lucho recuerda la época en que trabajaba en Estados Unidos con gran éxito. ``En los años 50 cantaba en el Chateau Madrid de Nueva York y vinieron a contratarme para que actuara en el Carnegie Hall. Me dijeron que el único latino que había cantado allí era Carlos Gardel. No pregunté cuánto iba a ganar ni nada de eso, lo único que pedí fue actuar acompañado por una orquesta de 40 músicos dirigida por el Maestro Lalo Shiffrin, que era mi pianista y director de un grupo de jazz. Me lo concedieron y canté un repertorio de acuerdo a los latinos y también canté en inglés''.
El intérprete de Sinceridad, Historia de un amor,Somos,Amor mío, No me platiques más y otros temas en su inolvidable voz, me habla por teléfono desde Los Angeles, donde convive con Lily, la menor de sus hijos, de 20 años de edad, quien estudia actuación en esa ciudad.
La codiciada estrella en Hollywood Boulevard se suma a otros tres galadornes otorgados al bolerista en los últimos meses: el premio de la Sociedad de Autores de Chile, el Copihue de Oro, de Chile, por su trayectoria dentro y fuera del país; y el Premio a la Excelencia Musical, de la Academia Latina de la Grabación, en la entrega del Latin Grammy, junto a otras leyendas como Olga Guillot, Alberto Cortez y Chavela Vargas.
Durante su estadía de un mes en Santiago de Chile, el año pasado, el artista presentó su propio vino con el nombre de Lucho Gatica es bolero.
Aún se desconoce quien hará entrega de la estrella mañana ya que Johnny Grant, legendario presidente del comité del Paseo de la Fama, quien acostumbraba a presentar la ceremonia, falleció hace unas semanas, a los 84 años. Lo que es un hecho es que el homenajeado estará acompañado por sus siete hijos, sus nietos y su sobrino Humberto Gatica, prestigioso productor discográfico y cotizado ingeniero de sonido de Hollywood.
''Va a ser una cosa muy bonita, estoy muy motivado'', comenta el artista. ``Le doy gracias a la gente que gusta de mis canciones, no sólo latinos sino americanos y europeos, porque ellos son ese público que influyó para que me dieran la estrella''.






ARTURO GATICA


Si Gatica es un apellido célebre en el mundo gracias al éxito universal de los boleros de Lucho Gatica, hay en la historia un hermano mayor que hizo triunfar primero el nombre de la casa: ése es Arturo. Cantante y actor, Arturo Gatica es modelo del artista del disco, la radio y el cine consagrado en los años '40 en Chile, y afianzó su popularidad en todos esos frentes como intérprete de tonadas, tangos, valses y boleros, competente por igual en la música típica chilena y en el cancionero latinoamericano. Más de medio siglo de carrera le permitió iniciar sus grabaciones en la era del acetato y extender hasta los años '80 y '90 su discografía, marcada por éxitos como las tonadas ''Yo vendo unos ojos negros'', ''Mata de arrayán florido'', ''Ende que te vi'' y ''Fiesta linda'' y por su popular versión de ''La calesita", tango de Cátulo Castillo y Mariano Mores.

Gatica el mayor: en la radio y el cine
La ciudad de Rancagua es la cuna de la familia. Nacido allí el 8 de julio de 1921, Arturo fue el quinto entre los ocho hijos del matrimonio entre José Agustín Gatica y Juana Silva. Cumplió sus estudios preparatorios y secundarios en la Escuela Número 1 y en el Liceo de Hombres de la ciudad, mientras ya demostraba sus aptitudes musicales en fiestas de estudiantes. Todavía estaba en el liceo cuando en 1936 debutó en la Radio Rancagua, en una actuación que le hizo ganar su primer contrato mensual y le valió la atención del empresario Romilio Romo, quien lo hizo debutar en la capital como parte de la compañía de revistas de Enrique Venturino en el Teatro Balmaceda.

En 1938, a los diecisiete años, Arturo Gatica ya estaba en la escalada al primer plano. Venturino lo bautizó como el ''Bobby Breen chileno'', en alusión al cantante y actor canadiense infantil en boga en los años '30. El consagrado Dúo Rey-Silva lo recomendó para grabar con RCA Victor. Su debut disquero fue el vals ''La despedida'' (1938) y al año siguiente el nuevo cantante empezó a grabar también con Odeon. El propio Romilio Romo lo llevó a su programa ''La hora en broma '' de Radio Yungay. Y si en 1942 Arturo Gatica se empleó como secretario taquígrafo en la compañía minera Braden Copper de Rancagua, no por eso descuidó la música y al mismo tiempo comenzó a tomar clases de canto con el profesor Francisco Fuentes Pumarino.

Un nuevo paso daría en 1945, cuando el locutor radial Raúl Matas telegrafió al joven cantante para invitarlo al elenco del programa ''Las estrellas se reúnen'', de radio Corporación. La radio iba a ser el medio natural para Gatica, quien a partir de entonces actuó en las emisoras Agricultura, Cooperativa, donde fue contratado por Renato Deformes, Minería y Portales. El mismo Raúl Matas iba a posibilitar además el primer contrato internacional del cantante, que en abril de 1948 viajó a Argentina para debutar en radio El Mundo de Buenos Aires y para actuar también en Uruguay.

La siguiente herramienta iba a ser el cine. Del mismo año data su célebre trilogía de películas filmadas bajo la dirección de José Bohr: Mis espuelas de plata (1948), La cadena infinita (1949) y Uno que ha sido marino (1950), protagonizada por Eugenio Retes, Hilda Sour y Arturo Gatica. En ellas, aparte de debutar como galán de cine, el cantante afianzó su oficio musical. En la primera interpreta la tonada "Mis espuelas de plata" y los boleros "Mañana" y "Mal pago", de Fernando Lecaros, y ocho canciones de su autoría a dúo con Hilda Sour figuran en Uno que ha sido marino, película en la que los protagonistas encarnan a dos lustrabotas de la Vega y a una suplementera con aires de grandeza.

La incursión de Gatica en el bolero consta además en ''Frente a frente'' (1948), de José Goles y Carlos Ulloa. Y él fue también el primer aval del éxito de Lucho Gatica, quien se había cambiado a vivir en Santiago con su hermano mayor. En 1950 Arturo recomendó a Lucho a Raúl Matas, quien presentó al joven intérprete en radio Minería: fue la primera actuación del futuro astro en la capital. En ese mismo año ambos hermanos grabaron cuatro canciones a dúo con etiqueta Odeon, que luego sería el sello del catálogo más dorado de Lucho Gatica: ''El martirio'', ''Tú que vas vendiendo flores'', ''La partida'' y ''Tilín tolón''. Y también en 1950, cuando los premios Caupolicán fueron instaurados por la Asociación de Cronistas de Cine, Teatro y Radio, Arturo Gatica fue el primero en ganar en la categoría de mejor cantante nacional masculino. En poco más de una década de giras, películas y actuaciones en radio, Gatica tenía celebridad a manos llenas para compartir.

Uno que ha sido viajero: giras y regresos
Tras actuar juntos en Uno que ha sido marino (1950), Arturo Gatica e Hilda Sour, también actriz y cantante, se casaron al año siguiente y formaron el trío Los Chilenos con el pianista Jorge Astudillo. La nueva década trajo además las primeras giras a gran escala de la historia del cantante. En 1951 actuó en Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Salvador, Guatemala, Cuba y México. Y en 1953 Los Chilenos llegaron aún más lejos, con el auspicio del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile para una gira de seis años por Europa y países de Asia y África como Egipto, El Líbano, Siria, Jordania, Irak e Irán.

En los años '60 los viajes serían frecuentes en la carrera de Arturo Gatica. En diciembre de 1959 volvió a Chile, ocasión en la que fue declarado Hijo Ilustre de Rancagua, pero en 1960 y 1964 salió de nuevo en gira a Europa, donde grabó dos discos titulados El rodeo y Fiesta linda para el sello Philips en Holanda; luego hizo lo propio con disqueras como Montilla y Tempo en Nueva York y Madrid. Entre 1966 y 1967 se instaló en Buenos Aires, en 1968 cantó en San Francisco y Los Angeles (California) para la colonia chilena residente y en 1969 actuó en un Primer Festival Latino de la Canción celebrado en México.

En diciembre de 1967 Arturo Gatica volvió a vivir en Chile. Se casó en 1969 con Edith Martínez, en 1970 dio un concierto en el Teatro Municipal de Santiago con el coro infantil Niño y Patria, y en 1971 anunció su retiro con una despedida en vivo en el Estadio Chile. Tras eso abrió un restaurante en Viña del Mar, pero pronto volvió a cantar. Sus LPs de la época muestran un repertorio actualizado: en Arturo Gatica (1968) hace un guiño a su historia al grabar ''La calesita'' y ''Tendrás un altar'', pero también canta el éxito de Raphael ''Desde aquel día'' y hits de Bert Kaempfert y Henri Mancini. Y en El amar y el querer (1977) reúne canciones de cantantes de radio como Jairo o José Vélez grabadas en EE.UU. con su célebre sobrino Humberto Gatica como productor.

En casa de los Gatica (1968), Canal 13


Arturo Gatica ya había incursionado en la televisión con el programa ''En casa de los Gatica'' (1968) en Canal 13, y su regreso al cine estaba prensado en las películas Ayúdeme usted, compadre (1969) y Volver (1969), de Germán Becker, cuando entre 1974 y 1979 fue parte del programa ''Canturreando'', de Canal 13, con Benjamín Mackenna, Paz Undurraga y otros cantantes. En enero de 1979 fue designado como agregado cultural en la embajada en España por la dictadura de Augusto Pinochet, y desempeñó el cargo hasta enero de 1981, cuando volvió a Santiago por razones familiares. En adelante aumentarían los reconocimientos a su carrera, y Arturo Gatica se presentó en espacios de TV como ''Musicalmente'' (1985), con Raúl Matas en Canal 11, con motivo de sus cincuenta años de carrera, y ''Cantachile'' (1986), con Antonio Vodanovic y Carmen Ibáñez en TVN, donde actuó con colegas como María Eugenia de Ramón y Pedro Messone.

La competencia folclórica del Festival de Viña fue uno de sus escenarios más postreros. En 1988 cantó allí la canción ''El suplementero'', de Fernando Pavez y Roberto Rojas, ocasión más recordada porque el intérprete abandonó airado el certamen en protesta por la clasificación de la guaracha de El Monteaguilino ''Caballito de metal'', a la que Gatica negaba el carácter de folclórica. También la televisión fue escenario de un público reencuentro con su hermano, cuando en septiembre de 1992 Lucho Gatica vino a participar de una edición del programa de TVN ''Siempre lunes'' dedicada al bolero junto a Olga Guillot, Armando Manzanero, Antonio Prieto, Sonia la Única y Palmenia Pizarro, y ambos se abrazaron ante las cámaras.

Días después de esa actuación, el estado de salud del hermano mayor vino a dar una señal de alerta, tras una hemorragia estomacal que obligó a internarlo, tal como había ocurrido en 1990. Hasta ese año Arturo Gatica había seguido grabando, y entre sus últimos trabajos figura la cassette De corazón huaso y minero (1990), pero en adelante su agenda iba a ser ocupada sobre todo por premios y galvanos como el reconocimiento que Arturo y Lucho Gatica recibieron en 1995 de la gobernación de la Provincia de Cachapoal. Al año siguiente ambos se verían por última vez. A las seis y media de la mañana del jueves 3 de octubre de 1996, en su casa en Santiago, Arturo Gatica murió de un cáncer hepático, a los 76 años. Enterado telefónicamente en Miami sobre la condición de su hermano, Lucho Gatica llegó un día antes a despedirse.

El Gatica pionero tuvo un funeral multitudinario en la catedral de su Rancagua natal, con canciones religiosas interpretadas por una delegación del coro de Vicente Bianchi. El cantante había estipulado como última voluntad ser sepultado en el mausoleo familiar del Cementerio número 2 de la ciudad, donde inició su descanso final al son de la tonada ''Huaso rancagüino'' que él mismo había grabado. Hijo de la escuela y del liceo públicos, amante de la estampa huasa e intérprete de tonadas chilenas en los sitios más remotos, el cantante se despidió con una canción chilena. Su hermano sería El Gran Gatica para el mundo; en Chile, Arturo es el Gatica mayor.

—David Ponce.
Foto: Archivo revista Ritmo.
(EPs, antologías de éxitos, grabaciones en vivo, DVDs, reediciones)
(Compilados de varios artistas)
Arturo Gatica y Valentín Trujillo (198? - Círculo Cuadrado)

LOS GATICA CANTANTES POR TRADICIÓN

Por Gloria Pérez
Fotos, Muñoz Armijo



Publicado en revista Ecran


“Somos una familia humilde, de clase media y con un corazón grande que heredamos de nuestra madre”. Es Arturo Gatica que nos habla. Se refiere a los suyos una verdadera dinastía en la canción chilena.
Todos los Gatica cantan en esa familia de ocho hermanos, de los cuales el quinto y el menor, Arturo y Lucho, se han convertido en dos figuras de la canción que han triunfado durante muchos años y han dado prestigio a Chile en el extranjero.
Ellos han heredado la voz de su madre que cantaba y tocaba el arpa y de su padre que solía entonar algunas cuecas. Su madre doña Juanita, fallecida el año pasado, les enseñó a cantar a todos sus hijos.
-Ella me enseñó esa vieja y hermosísima canción que dice “pregúntale a las estrellas me han visto llorar” –dice Arturo.
Esa tradición que continuaron los hermanos se ha mantenido y sus herederos son ahora Luchito, de siete años, hijo mayor de Lucho; Gregorio Zúñiga Gatica, hijo de la hermana María y los hijos de Arturo: Turín y Alejandro. No hay duda. Todos los Gatica cantan. Así como hay familias que son agricultores, actores, políticos a través de generaciones son los miembros de una familia de cantantes.
-¿Contento? -le preguntamos.
-Feliz de estar en mi patria y haciendo lo que a mi me gusta.
Arturo Gatica ha vuelto y piensa quedarse aquí. Muchos son los proyectos inmediatos que lo aguardan y sus compromisos se alargan hasta 1969.
Su próxima actividad es el cine, cuando se comience el próximo 6 de mayo en Chillán el rodaje de “Ayúdeme usted, compadre”. Le pedimos a Arturo que nos hable de su familia. Nos dice:
. Somos muy unidos, casi exageradamente.
-¿Qué esperan los Gatica de su hermano Arturo?
-Que me quede siempre con ellos.
-Sí, pero no creo que sea posible, porque Lucho ha establecido su residencia en México y allí tiene todas sus fuentes de trabajo.
Arturo se queda con nosotros, pero deberá cumplir contratos que lo llevarán a Colombia y Venezuela en agosto. Luego va a representar a Chile en el Festival Latinomundial de la Canción del 19 al 23 de marzo de 1969.

UN BAÚL REPLETO DE RECUERDOS

SU RESIDENCIA permanente será Chile, y más precisamente Rancagua, donde siguen viviendo todos sus hermanos a excepción de Lucho. Después de vivir 11 años en Europa, Arturo llegó a su patria el año pasado con el deseo de no moverse. Hablar con él es descubrir su baúl repleto de recuerdos.
-Nunca olvidaré esa ocasión en que Lucho y yo nos encontramos después de no vernos durante dos años porque estábamos disgustados. Fue en Madrid, en julio de 1956, cuando yo actuaba en la boîte Pavillon, y al terminar la función fui con un amigo al Riviera, donde se estaba presentando Lucho. Nos sentamos en una mesa alejados del escenario. Entonces pasó otro amigo y al reconocerme me dijo que le avisaría a Lucho. Le pedí que no lo hiciera porque quería darle una sorpresa. Cuando Lucho salió a cantar noté algo raro, en un momento se dio vuelta, se restregó los ojos y dejó de cantar. “Como ustedes pueden ver, no puedo cantar. Esta noche está aquí una persona a quien quiero mucho y que por tristes circunstancias no veo hace mucho tiempo. Es mi hermano Arturo”.
Entonces los reflectores me iluminaron y como no me moví, Lucho dijo: “Huaso, ven acá”. Subí al escenario, nos dimos un abrazo, nos echamos a llorar y cantamos a dúo. Fue una ocasión maravillosa.
Arturo se detiene y sonríe. También recuerda una oportunidad en que los Gatica se reunieron en Rancagua en 1962. Se habían encontrado con Lucho en Europa y habían prometido reunirse en esa fecha en Chile.
-Ese día todos cantamos, especialmente mi madre y yo, que cantamos a dúo una canción muy vieja y que a ella le gustaba mucho: “Como la niebla de un tranquilo río”-
Arturo está contento- Nos dice que hace una semana apareció su long play con canciones internacionales y se agotó rápidamente en Rancagua. Además acaban de aparecer dos singles suyos; el primero con los temas “La calesita” y “Tendrás un altar”, y el segundo, “Amor se escribe con llanto” y “Cuando vivas conmigo”-
Siguen sus éxitos y se prepara para un nuevo encuentro con su familia en el próximo mes de julio cuando venga Lucho con su hijo Luchito y se presenten en su programa de televisión- “El hogar de los Gatica”, en Canal 13.
Arturo deja paso a las anécdotas como aquella ocurrida en Terán cuando cantó ante el Sha Mohamed Reza Palhevi de Irán, que celebraba el cumpleaños de la entonces emperatriz Soraya. Como el soberano le pidió que cantara “Granada”, Arturo pidió acompañarse de piano pero tuvo que terminar cantando “a capella”. Nunca en mi vida había visto un piano tan desafinado”, recuerda.
Y otra vez, en Oslo, en un frío día del inclemente invierno noruego en que actuando en un teatro cayó al escenario una bandera chilena y un ramito de flores acompañados de un “¡Viva Chile!”. Era la voz de una chilena también lejos de la patria.


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