jueves, 26 de abril de 2007

Palmas de Cocalán




PALMAS DE COCALÁN DE ONOFRE JARPA Oleo/Tela146 x 86 cm Pinacoteca Banco Chile
Áreas silvestres protegidas: VI Región
Parque Nacional Las Palmas de Cocalán
Chilebosque (ver este sitio)
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Este es el Parque Nacional más pequeño del país, con sólo 3.709 ha, pero de mucha importancia porque alberga la mayor población de palmas chilenas (Jubaea chilensis). Es una de las especies más importante de toda la zona central, por su gran belleza y por sus productos (la savia, base de la miel de palma, y sus frutos o "coquitos"). En el parque habitan también otras especies vegetales, como el roble (Nothofagus glauca), el quillay (Quillaja saponaria), el boldo (Peumus boldus), el litre (Lithraea caustica), el peumo (Cryptocaria alba) y la patagua (Crinodendron patagua).En esta región no existen áreas silvestres protegidas litorales, pero se encuentra una de las palmerías que aún se conservan en la zona.
Los orígenes de Miel de Palma Cocalán como producto disponible en el mercado se remontan a 1878 cuando don Juan Francisco Mujica dueño de la Hacienda Las Palmas de Cocalán instala su primera planta envasadora de miel.Actualmente la Hacienda Palmas de Cocalán es el único lugar en el mundo en el que se maneja la Palma Chilena para la producción de su miel, con un criterio ecológico y futurista, representando el principal apoyo a una especie que hasta hace algunos años se creía en peligro de extinción.

Video corporativo sobre Palmería, en Palmas de Cocalán.
Dirigido por Artemio Espinosa Mc. (ver video)
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JUBAEA CHILENSIS (PALMA CHILENA O DE LA MIEL)
Es una clase de palmera enorme. Impresionante, majestuosa y lenta en su crecimiento, fácilmente vive entre 700 y 1000 años. Aunque sus dimensiones físicas la convierten en una de las Palmeras más grandes en el mundo, esta no es la característica principal.Su espectacular belleza reside principalmente en su perfecta armonía y gracia, en su atractivo tronco color gris y sus hojas brillantes y verdes.Su fruto, de 4 o 5 cm de largo y similar a un Coco de Panamá, es comestible.En los tiempos precolombinos, su jarabe - un exquisito néctar dulce color café oscuro y aromático- se ha obtenido para propósitos nutricionales, llegando a ser el más común postre ofrecido en nuestro país.Actualmente, esta palmera es cultivada mayoritariamente con bases industriales para la explotación de sus potenciales nutritivos, manteniendo su uso y su permanencia en el tiempo.


Jubaeas Chilensis o las Columnas del Paraíso
Por : Raúl Farias Gárate Chilean Palms Association Rfarias@entelchile.net
Antes de escribir este articulo, pensé en qué aspecto puede ser interesante para las personas de España que leerán estas líneas. Probablemente sea poco entretenido dar todos esos datos de familia, género y especie que los botánicos dominan de forma admirable, por eso pienso, escribiré lo que comenté en un curso que impartí en una organización ecologista sobre esta noble palmera.La Palma Chilena es conocida desde los tiempos en que el conquistador español llegó a estas tierras, por el año 1536. Se impresionó al encontrar bosques de estos gigantes, los nativos las llamaban "can-can" o "Cau-Cau" y de los cuales ellos comían sus frutos, y sabían que extrayendo su savia se obtenía una miel dulce, que más tarde fermentaba dando origen a un licor alcohólico que también era bebido. De ahí, que también sea conocida como la palma del vino "wine palm". También usaban sus hojas para construir los techos de sus casas, siendo una excelente protección para las lluvias.
Una vez establecido el conquistador, comenzó la lamentable y vertiginosa explotación de las Palmas, que en aquel tiempo, para obtener su miel eran cortadas, enviando a la muerte antiquísimas palmas de mas de 1000 años. Esta explotación continuó sin ningún control hasta que se dio la voz de alarma sobre la posibilidad de extinción, y sólo en el año 1974, el Gobierno de Chile la sometió a una ley de protección, control y manejo, evitando así su total depredación.
Hoy día el panorama se ve más alentador. Existe un significativo número de organizaciones cuyo objetivo es el cultivo y reproducción de esta palma. Organizaciones sin ayuda estatal, cuya fuente de financiamiento es la venta de semillas. Dichas organizaciones, exportan semillas y plantas pequeñas a todo el mundo, estableciendo así una nueva etapa de difusión mundial de esta Palma. También se ha modificado el proceso de fabricación de la miel de Palma, utilizándose hoy las semillas (coquitos), en lugar de la savia de las palmas.
Y al contrario de lo que se pueda pensar, recién hace unos siete años y producto de una moda de la jardinería por plantar todo tipo de palmeras, los chilenos han comenzado a mirar y conocer las Palma Chilenas. No es de extrañar que un Chileno de nivel cultural medio y alto, no distinga una Palma Chilena de una Phoenix Canariensis, muy numerosa en Chile.Sumado a eso ha comenzado una forestación con Palmas, en lugares donde debió haber estado siempre, una de la más notables obras, consiste en la plantación de Palmas en la Plaza de Armas de Santiago, se trajeron cerca de 30 palmas de unos 800 años dejándolas en un lugar privilegiado.En otros lugares como centros comerciales se han trasplantado Palmas Chilenas, en avenidas y parques. En fin, yo puedo afirmar que se trata de uno de los más grandes cambios en la jardinería ornamental de Chile.

Clasificación Taxonómica
La Palma Chilena Familia Sub-familiaTribuSub-tribu Genero Especie
Jubaea ChilensisArecaceas o palmaeArecoideae CococeaeButinae Jubaea Jubaea Chilensis

La Palma Chilena es inconfundible, su tronco es un enorme cilindro liso, semejante a una columna, que en su base llega a medir cuatro metros de circunferencia, de un característico color gris, igual al color de la piel de un elefante, rematada en la punta por una corona de hojas de un color verde claro, casi siempre con hojas secas colgando. Su altura no indica necesariamente su edad, ya que su tamaño, dependerá de la calidad del suelo y la cantidad de agua del lugar. Por lo general hay palmas de 10 a 12 metros y también hemos encontrado individuos de hasta 30 metros de altura.
Vive sin problemas hasta los 1400 años, su crecimiento es lento, de tres a cinco centímetros por año, pero en condiciones de cuidado y abonándola acertadamente puede dar frutos a los 40 años. Generalmente crece recta, pero también se desarrolla en diversas formas buscando el sol.Su tronco acusa las variaciones del clima a lo largo de los años, en los largos periodos de sequía queda marcada una cintura por diminución de su crecimiento, por lo tanto su tronco es un testigo vivo de los cambios climáticos. La germinación de su fruto (picture seed2) es lenta y va desde los ocho a los quince meses. Resiste muy bien el frío, incluso nieve, también crece en perfectas condiciones en zonas de mayor calor.
Reservas naturales de Palmas
Existe en Chile, zonas especificas donde podemos encontrar bosques autóctonos de Palmas Chilenas, en estos lugares encontramos gran cantidad de Palmas de mas de 1200 años y de notable belleza, estos lugares se asemejan al Parque Jurásico. Parque nacional la Campana Palmas de Cocalán Parque Los Guindos de Melipilla Cerros de Valparaíso
Todos estos lugares, y otros mas, se encuentran cerca de Santiago, en la zona central de Chile, y se han mantenido gracias al cuidado de sus propietarios y al difícil acceso que tienen para el común de las personas.Además sin moverse de Santiago es muy fácil encontrar Palmas Chilenas de mas de 100 años. Los lugares más simples para los visitantes son:
El Cerro Santa Lucia La Quinta Normal El parque Juan XXIII en Ñuñoa, comuna de la ciudad de Santiago El parque metropolitano en el cerro San Cristóbal.
La Palma Chilena Viaja por el mundo
Durante el siglo XIX, el puerto de Valparaíso fue una escala obligada de los barcos desde y hacia Europa, por su paso por el estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos. Al llegar a Valparaíso, el viajero se encontraba ante cerros llenos de palmas (de los cuales quedan algunos hoy día). No es de extrañar que alguno de estos viajeros llevaran al viejo continente pequeñas plantas, o semillas de palmas chilenas que hoy se encuentran embelleciendo jardines de castillos, parques y viveros.Tengo noticias de amigos que han encontrado Palmas Chilenas en Italia, Francia, Inglaterra, Alemania y España, lo cual nos gratifica ya que podemos pensar que el riesgo de extinción disminuye al estar diseminadas por varios continentes. También hay en USA y Canadá. Incluso este viaje de la Palma Chilena, la ha llevado de nuevo a poblar la Isla de Pascua, dónde en teoría habría vivido hasta antes de la última violenta erupción del volcán Rano-Raracu.
He leído crónicas, de campañas hechas en Francia para cultivar Palmas Chilenas, bajo el acertado lema "adopte un gigante", ofreciendo regalar las plantas a quienes se comprometieran a su cuidado.Hoy día siento satisfacción en haber podido escribir estas líneas, quien sabe si alguno de ustedes cuando venga a Chile, pueda visitar alguno de los lugares que les he mencionado. Por favor, deben creerme que la emoción de estar al frente de una milenaria Palma Chilena, es simplemente indescriptible. Su majestuosidad y belleza cautivan, como si de ella emanara un hermoso hechizo. (Cuadro Palma Chilena - Onofre Jarpa)
Quienes quieran dejar una Palma Chilena plantada, deben tener presente, que disfrutarán de la sombra de esa Palma sus nietos, cuando ya estén muy adultos.
BibliografíaGrau Juan, 2000, "Palmeras" Ediciones Oikos Limitada, Santiago de Chile.Del Cañizo José, 1991 "Palmeras" Ediciones Mundi-Prensa, Madrid.Darwin Charles, 1996 "Darwin en Chile (1832-1835) Viaje de un Naturalista alrededor del mundo" Editorial Universitaria, Santiago de Chile.

JUANIA AUSTRALIS (CHONTA)

Es también una palmera alta de hoja palmada sorprendentemente delgada y de tronco verde con suaves hojas color verde claro similares a un bambú.Crece rápidamente, principalmente en espacios soleados. Su producción limitada de semillas la hace difícil de reproducir.En este momento, es posible encontrar algunas muestras de ellas, junto con programas para su cultivo y preservación, en el parquet Nacional de la isla de Juan Fernández en Chile.Existe un número muy limitado de estas palmeras en estado adulto en el resto del país, siendo posible encontrar palmeras más jóvenes en la región de Valparaíso y Viña del Mar y en algunas casas con áreas verdes en el centro del país.
Fotos Raúl Farías G.

Palmas chilenas en San Pedro de Alcántara

Los principales reductos naturales de la Palma Chilena

Limahuida y Tilama IV Región 500 ejemplares
Pedehua V Región
Palmas de Vichiculen V Región
Palmar de Ocoa V Región 80.000 ejemplares
Palmar de El Salto V Región 1.500 ejemplares
Palmería Los Guindos Región Metropolitana 7.000 ejemplares
Palmar de Cocalán VI Región 35.000 ejemplares
San Miguel de las Palmas VI Región
Palmar de la Candelaria VI Región
Palmas de Botalcura VII Región 32 ejemplares

LA CANDELARIA - SAN FERNANDO

Ubicación: 34º45'/71º25'
Región del Libertador Bernardo OHiggins, provincia de Colchagua.
Reservas estimadas: 1.900 palmas, aproximadamente.

A este palmar, de propiedad de Teresa Mozó Ossa, se accede por la Ruta 5 Sur, de Santiago a Chimbarongo, km 155; luego se toma el camino Paredones, Sexta Región, provincia de Colchagua; por él es preciso recorrer 25 km por camino pavimentado, hasta Nancagua, luego 16 km de camino ripiado, hasta Chépica y, finalmente, unos 20 km de tierra.
Es el reducto natural de palma chilena abundante más austral que hemos podido identificar.
El lugar se ubica en quebradas y vallecitos orientados hacia el nororiente y estuvo abandonado y en deterioro por mucho tiempo, hasta que, desde 1989, su actual propietaria, inició un proceso de limpieza, rehabilitación y reforestación. En la actualidad ha formado viveros y cuenta con plántulas para desarrollar una interesante labor, que tardará varios años en ser apreciada.
Como la mayor parte de los lugares visitados, éste presenta singular belleza. En él existen tupidas agrupaciones que recuerdan las de Ocoa y Cocalán, siendo este palmar, junto con los descritos en los dos acápites anteriores, aquellos reductos sobre los que se poseía menos información.
De este lugar no existía un registro de la cantidad de palmas, las que se consignan de acuerdo con estimaciones de la propietaria, la que se encuentra preparando un inventario más detallado.
El predio tiene una superficie de 1.457 hectáreas, de las cuales 1.206, corresponden a suelos de capacidad de uso muy limitado (tipo VII de la clasificación CIREN) y, aproximadamente 30 hectáreas de posible aplicación agrícola (suelos III y IV). Los palmares se encuentran en el fondo de valle y en suaves lomajes. La propietaria del predio nos proporcionó parte de la información y don Fernando Vallejos, Profesor de la Escuela de Ecología y Paisajismo de la Universidad Central, la complementó, facilitándonos numerosas fotografías, algunas de las cuales se incluyen en el texto.
Fuente: LA PALMA CHILENA del Autor: Pastor Correa Prats

LA PALMA CHILENA - MONUMENTO VEGETAL

FUNDACIÓN R.A. PHILLIPPI

Gigantesco operativo para trasladar palmas chilenas

Cuatro ejemplares de más de 150 años están siendo removidos para asegurar su supervivencia. La realización de obras camineras hizo...

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sábado, 14 de abril de 2007

Prehistoria y arqueología regional (I)

Período paleoindio: los primeros pobladores (... - 9.000 a.C.)
Entre los 26.000 y 10.000 años a.C., en el período geológico conocido como pleistoceno, las condiciones climáticas en nuestra zona eran diferentes a las actuales. Bajas temperaturas, alta humedad y escasa evaporación favorecieron en el valle la extensión de lagos, praderas y bosques donde se encontraban especies arbóreas como robles (Nothofagus oblicua), coigües (Notofagus dombeyi), lengas (Podocarpus andinus), característicos de paisajes más australes.

Mastodonte o elefante americano

En este escenario habitaba una fauna diversa compuesta por mastodontes o elefantes americanos (Cuvieronus sp.), ciervos de los pantanos (Antifer niemeyeri), caballos americanos (Equus sp.) y depredadores menores como cánidos, zorros, coipos, roedores, ranas, aves acuáticas y peces.
Estas especies se encontraban preferentemente en torno a cuencas lacustres interiores y costeras, como es el caso de la laguna de Tagua-Tagua (comuna de San Vicente de Tagua-Tagua).
Las condiciones ambientales se modificaron con posterioridad a los 9.000 a.C., configurando un ámbito cálido y seco que implicó por una parte, una disminución en la disponibilidad de recursos alimenticios para estos grandes herbívoros y por otra la restricción de la extensión de la laguna hacia el centro de la cuenca, dejando expuestas áreas lacustres pantanosas que se convirtieron en el último refugio de la megafauna y en un oasis para los cazadores quienes, aprovechando estas condiciones, intensificaron sus prácticas de caza, contribuyendo al exterminio de esta fauna pleistocénica (Nuñez et al., 1994).
La laguna de Tagua Tagua con una superficie aproximada de 90 Kms2, se emplazaba en una rinconada (34° 30’S, 71° 10’ W), limitada por un cordón montañoso de unos 35 kms. de extensión EW y unos 25 kms. NS, en el borde oriental de la Cordillera de la Costa, conectada a nivel con la depresión central a través del corredor de Cuchipuy (ibid., 1994).
Gay y la laguna de Tagua Tagua
Debido al interés que despertaba, la laguna de Tagua Tagua fue visitada por diversos cronistas viajeros y científicos en distintas épocas.
Nos interesa destacar la descripción hecha por el naturalista Claudio Gay, quien la recorrió en 1831:
“En dos meses, poco más o menos que salí de Santiago he hecho, entre otras, tres grandes excursiones: la primera a Tagua-Tagua, grande y bella laguna, en la cual ví por primera vez aquel grande y singular espectáculo tan maravillosamente cantado por los bardos escoceses y cuyas causas han desconocido los físicos por mucho tiempo.
“Consiste en islas flotantes que cubren casi la mitad de la laguna y que, según la dirección de los vientos, la recorren de norte a sur o de oriente a poniente. Las visité con cuidado y después de examinarlas y estudiarlas bien, no he encontrado en ellas más que grandes montones de restos vegetales como convulvulus, pomageton, ranunculus y sobre todo typha arundo, y otras gramíneas entrelazadas de mil maneras, y sobre las cuales varan otras plantas flotantes que pudriéndose, depositan una especie de tierra extremadamente fértil, que se va aumentando más y más por la destrucción de otros vegetales que nacen entre ellas; de modo que estas islas van creciendo poco a poco tanto en extensión como en espesor… Sobre estas islas llamadas chivín por los habitantes, ponen sus huevos pájaros tan notables por su número como por su variedad, los cisnes (cignus melancolyphus), los flamencos (phoenicopterus chilensis), los cheuques (platalea ajaja), las garzas, los alcedos, las fúlicas, los ibis y una infinidad de otras especies nuevas tanto para mí como para la ciencia…” (Barros Arana, 1930).
Su propietario, Javier Errázuriz, en 1833, inició los trabajos de drenaje parcial de esta cuenca para impedir las inundaciones provocadas en épocas de crecida por falta de un desagüe natural. Se abrió un túnel de 4 kms. entre los cerros de La Muralla y La Silleta denominado Socavón, que comunicaría esta área con el valle del sector norte antes de desembocar en el río Cachapoal (Peña, 1998).

Recreación de caza de mastodonte.Museo Regional de Rancagua
Restos de mastodonte in situ en la Laguna de Tagua Tagua.

Molar de mastodonte.En exhibición en Museo Regional de Rancagua.

La laguna se vació totalmente, quedando al descubierto las primeras evidencias de fauna pleistocénica. En años posteriores a 1967, investigadores del Museo Nacional de Historia Natural y de la Universidad de Chile, excavaron junto al canal de desagüe, encontrando un depósito paleoindio entre los 2.03 y los 2.35 metros de profundidad. Se rescataron más de cincuenta artefactos líticos asociados a huesos de megafauna y a abundantes restos de carbón, que fueron fechados en 11.380 +- 320 A.P., 11.320 +- 300 A.P. y 11.000 +- 170 A.P. (Núñez, 1983).

Este sitio, por su contexto, corresponde a un lugar de faenamiento, conclusión que nace de la naturaleza de los implementos de piedra y hueso -como cuchillos, raspadores, retocadores, relacionados con la desarticulación de animales- y a la presencia de finas incisiones en los huesos astrágalo y calcáneo del caballo americano, producidos al seccionar los tendones del animal (Casamiquela et al., 1967; Durán, 1980).
Se detectó un nivel ocupacional más reciente a un metro de profundidad con material cultural propio de cazadores recolectores, denominado Tagua-Tagua II que fue fechado en 6.130 +- 115 A.P. (Palma, 1969; Durán, 1980).
En la década de los noventa se realizaron nuevas excavaciones estratigráficas en la cuenca de Tagua-Tagua, identificándose dos sitios con restos de doce mastodontes (Stegomastodon humbolti), puntas de proyectil de cristal de roca tipo cola de pescado, machacadores, lascas y un fragmento decorado de cabecera de dardo, elaborado en marfil de colmillo de mastodonte, único elemento decorado en esta materia prima que se conoce en América hasta el momento.
Estos sitios fueron datados por radiocarbono entre 10.120 +- 130 y 9.900 +- 110 A.P. y se relacionan estrechamente con labores de caza especializada de megamamíferos localizados en paleoambientes lacustres sometidos a stress de aridez (Núñez, 1994).
El sitio de Tagua Tagua es un yacimiento relevante a nivel americano y en el contexto regional, representa hasta hoy, el único con evidencias indiscutibles de asociación humana con fauna extinta.
En otros lugares de esta región como Santa Cruz, Marchigüe, Paredones, también se han encontrado restos de megafauna, sin embargo, no se ha determinado su relación efectiva con el hombre.

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Prehistoria y arqueología regional (II)

Período arcaico: cazadores recolectores milenarios (9.000 a.C. - 300 a.C.)


Conchal arqueológico, sector Punta de Lobos, Pichilemu.

Colmillo de mastodonte, La Esperanza, Marchigüe.



Puntas de proyectil y cabezal de dardo del sitio Tagua Tagua.Material de investigación, L. Nuñez, Chile antes de Chile, M.Ch.A.P.


La megafauna constituyó un recurso vital para los cazadores paleoindios. Su desaparición implicó el término de un período y el comienzo de una nueva etapa de adaptación para los grupos humanos que habitaron la región.
De manera similar a la época anterior, se produjeron cambios climáticos que afectaron la vegetación, determinando avances y retrocesos del bosque. Estos eventos pueden correlacionarse con la subdivisión cronológico-cultural de este período en “Temprano, Medio y Tardío”, abarcando un lapso de tiempo cercano a los 8.000 años.
Con una economía basada fundamentalmente en la caza-recolección y en menor medida en la pesca, los hombres arcaicos iniciaron en nuestra región la explotación de recursos complementarios de ríos, lagos y litoral. Se desarrolló, por tanto, una movilidad estacional entre las cuencas continentales y la costa, sin descartar incursiones esporádicas al sector andino.
Estos hombres de cráneos alargados (dolicoides y ultradolicoides), de estatura más bien elevada, de esqueletos gráciles, incursionaban en la costa en busca de recursos marinos, dejando como testimonios de sus recorridos depósitos de basuras o conchales, que nos han permitido reconstruir parcialmente su historia. Ejemplos de estas tempranas ocupaciones costeras las encontramos en las localidades de Pichilemu, Cáhuil y Bucalemu.
Excavaciones arqueológicas realizadas en Bucalemu, en el sitio Paso de las Conchas, sector La Capilla (34° 5’ S y 72°W), situado en la vertiente occidental de la Cordillera de la Costa a 4,5 kms. de la actual línea de costa, a una altura de 29,5 m.s.m. y próximo a la laguna de Bucalemu, permitieron descubrir significativos hallazgos.
El sitio corresponde a un conchal de formación tumular, con una superficie aproximada de 144 m2 que manifiesta seis ocupaciones comprendidas en un lapso de 4.000 años y que se inscriben en el estadio arcaico (9.900 A.P. a 5.780 A.P.
Los grupos que se instalaron en este sitio, eran portadores de una economía mixta basada fundamentalmente en la recolección de moluscos -destacándose la presencia significativa del ostión (Argopecten purpuratus), recurso actualmente extinguido en esta región, como también en la caza de mamíferos terrestres y marinos, especialmente camélidos, y en menor escala cérvidos, otáridos, mustélidos y roedores. Además, desarrollaban la pesca de ámbito estuarial, referida principalmente a ejemplares adultos de un tipo de corvina de agua dulce y salada (Micropogonias furnieri), que habitan cerca o en las desembocaduras.
Esta economía mixta se vincula con un medio ambiente de alta potencialidad, (costa, laguna, vertiente) que contribuyó a que las ocupaciones humanas fueran recurrentes desde el arcaico inicial hasta el término del arcaico medio. La mayor permanencia en el sitio, se confirma por la presencia de enterratorios. Entre sus instrumentos líticos se destacan puntas de proyectil, perforadores, cinceles y sierras y entre sus adornos, conchas perforadas de distintas especies, huesos y vértebras también perforados utilizados para idénticos fines (Weissner y Tagle, 1994).
Se exhumó un esqueleto perteneciente a un individuo masculino de edad aproximada a los 30 años y de estatura cercana al 1.67 m. que, de acuerdo al estudio de su osamenta, fue adscrito a un ámbito costero, confirmándose también que tuvo un régimen alimenticio que le provocó abrasión y desgaste de las piezas dentales. Con sus manos realizó trabajos artesanales probablemente relacionados con la faena de desconchar moluscos, no cargó grandes pesos y no tuvo mayores actividades físicas que implicaran fuerza y tensión (Quevedo, 1994).
Este sitio parece vincularse con otros del mismo período emplazados en lugares más próximos al Valle Central, en sectores que alguna vez fueron cuencas lacustres, donde se encuentran cementerios que denotan prácticas rituales de hondo simbolismo. Su ubicación estratégica, la disposición de los restos óseos humanos y animales y el material cultural asociado, nos hablan de un conocimiento profundo de su entorno, de una tecnología avanzada y de la creencia en una vida que trascendía a la muerte. Lugares como Cuchipuy, Almahue, Santa Cruz, El Huique han permanecido como testigos de este extenso período que ha sido denominado con el nombre de arcaico.

CUCHIPUY


Material cultural en concha, piedra y hueso, proveniente del sitio Cuchipuy.Revista Chilena de Antropología, n° 3, 1980.

La localidad de Cuchipuy (34°29’Sur y 71°07 W) se sitúa a 7 kms. al sur de la comuna de San Vicente de Tagua-Tagua. En ella se encuentra un cerrillo en cuyo costado este existe un cementerio indígena que fue excavado por un grupo de investigadores de la Universidad de Chile, durante varias temporadas a partir del año 1979.
Presentó cuatro niveles de enterratorios humanos o “cementerios superpuestos” con elementos culturales diferentes. El primer estrato desde 0 a 30 cms. contenía restos humanos de cráneos braqueoides asociados con cerámica y artefactos líticos. Pertenecen al período Agroalfarero temprano con fechas aproximadas a 1320 +- 80. El segundo nivel, entre 30 y 160 cms. de profundidad, fue fechado en 5760 A.P. y corresponde al período arcaico. Se caracteriza por entierros primarios sepultados en túmulos de piedra. Los esqueletos presentan cráneos dolicocéfalos. Como restos culturales asociados se encontraron morteros de piedra, manos y piedras de moler, puntas de proyectil grandes y pequeñas, piedras horadadas, etc.
El tercer nivel entre el 1.60 y 2 metros con fecha de 7610 +- 80 aproximadamente, presentaba restos aislados de huesos humanos y artefactos líticos con características similares a los estratos 2 y 4.
El nivel 4 entre 2 y 3 metros, con un fechado de 8.070 +- 100 aproximadamente, es el más antiguo y se caracteriza por tumbas bien definidas, de individuos ultradolicoides asociados a puntas pedunculadas y a ausencia de elementos de molienda (Kaltwasser et al.,1979, 1980, 1982, 1983, 1984, 1986 y 1988) (Cáceres, 1982).
Evidencias culturales similares se han encontrado en sitios que actualmente se investigan en las localidades de Santa Cruz, Almahue, El Huique. En todas ellas se han detectado enterratorios en túmulos de factura intencional de grandes dimensiones emplazados en ambientes de pantano, que obedecen a un patrón recurrente identificado hasta ahora en el área de influencia del río Tinguiririca y sus afluentes.
Los restos óseos exhumados corresponden a dos momentos cronológicos diferentes: período arcaico y alfarero temprano. El material cultural es significativo y comprende piedras y manos de molienda, puntas de proyectil de morfología diversa, arcilla quemada, restos óseos de animales, conchas marinas y de agua dulce, carbón y cerámica. Esta última sólo en el nivel superior y asociada al segundo período mencionado.


Túmulo funerario, comuna de Palmilla.

La cordillera andina también fue reconocida por los hombres arcaicos, no sólo como fuente de importantes materias primas, entre las que se cuenta la obsidiana y el basalto, necesarias para la fabricación de instrumentos, sino también como hábitat estacional donde el recurso camélido, de gran importancia económica para estos grupos, estaba también presente.
Este recurso (especialmente el guanaco) fue gravitante para los grupos humanos prehispanos que habitaron este territorio, no sólo en términos de supervivencia, sino también formando parte del ritual en contexto de enterratorio. Su hábitat se extendía de costa a cordillera. Aparece desde los 10.000 aproximadamente en sectores costeros (Bucalemu), asociado a grupos nómades de cazadores, pescadores, recolectores; lo encontramos también en el valle vinculado a horticultores y agricultores (Rancagua).

Manos de molienda: a la izquierda con colorante rojo; a la derecha, sin colorante, El HuiqueColección privada.

Conjunto de manos de molienda, El Huique.Colección privada.

Conjunto de piedras horadadas, El Huique.Colección privada.


Instrumentos líticos del Período Arcaico;Bucalemu y Almahue.
Museo Regional de Rancagua.

En la época hispana, los camélidos decrecen en importancia y número. De hecho, en períodos posteriores la caza del guanaco llegó a constituir un deporte en la Zona Central. Ya en ese momento estos camélidos estaban confinados a la Cordillera de Los Andes. Durante el estío se remontaban hasta los contrafuertes cordilleranos para acceder a territorio argentino y en invierno, a causa de la nieve, bajaban a sectores de la precordillera. Este era para ellos el momento de mayor vulnerabilidad, pues eran fácilmente apresados.

Caza de guanacos (en Claudio Gay, Album d’un voyage dans la Republique du Chili).

En la actualidad quedan algunos ejemplares en los cajones de los ríos Cipreses y Azufre. (1)
(1) Es razonable suponer que con el Plan de Desarrollo Camélido puesto en marcha por el Ministerio de Agricultura en todo el territorio nacional, este recurso podría recobrar la importancia que algún día tuvo, ya que creemos que por sus características representa una alternativa ganadera válida y viable especialmente para el secano costero. De hecho, se han realizado experiencias tanto de particulares como de esta entidad (a través de la Hacienda Hidango), con resultados promisorios, inicialmente en la actividad textil.

Pinturas rupestres en el interior de la Casa Pintada.

Vista general del Alero de la Casa Pintada del Tinguiririca.

La Casa Pintada
De los sitios cordilleranos conocidos en la región, el alero de la Casa Pintada de Tinguiririca, es quizás el único que por su contexto podría relacionarse con este período, pese a no contar con los antecedentes suficientes sobre la excavación realizada.Este alero rocoso cuya formación geológica corresponde a basaltos columnares, se ubica en el curso superior del río Tinguiririca, próximo al camino a las Termas del Flaco y a una altura de 1.800 m.s.m. En él se encontraron siete enterratorios con un ajuar compuesto de tejidos vegetales, adornos de concha, obsidiana, restos de camélidos y un punzón de hueso. Presenta en sus paredes pictografías rupestres de diseños geométricos con líneas paralelas, quebradas, en zigzag, círculos con un punto central, reticulados, etc. con uso de colores blanco, rojo sepia y amarillo (Stehberg, 1975.

Pintura rupestre conocida como los «Soles de Malloa»
Esta manifestación pictórica es poco frecuente en nuestra región. Hay otra en la localidad de Malloa, que representa unos soles, pero es vinculada con el período Agroalfarero tardío, probablemente con el momento de la dominación incaica.
La actividad de pesca también se vincula tempranamente al quehacer del hombre. En sitios arcaicos costeros se han encontrado restos de peces marinos y de agua dulce. En el interior, estas evidencias también están presentes desde el mismo período con idénticas especies, denotando contactos e incursiones a la costa por parte de estos grupos.
Las actividades de caza y pesca han perdurado hasta la actualidad, aunque su importancia fue decreciendo en la medida en que la respuesta humana al desafío del medio se fue enriqueciendo y diversificando, fundamentalmente por la incorporación de prácticas hortícolas y agrícolas.

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Los dinosaurios de las Termas del Flaco





LOS DINOSAURIOS DE LAS TERMAS DEL FLACO

Hace unos 150 millones de años, las tierras que ahora conocemos como la VI Región de Chile se remecieron con la violenta erupción de un volcán. Los dinosaurios que poblaban esa zona huyeron aterrorizados, dejando decenas de huellas impresas sobre el barro. Las cenizas arrojadas por la explosión cubrieron por completo estas antiguas pisadas, conservándolas en perfecto estado hasta el día de hoy.
El anterior puede parecer un relato de ficción, pero es la más reciente y fidedigna reconstrucción de hechos elaborada hasta ahora: "Descubrimos con el microscopio que la capa que cubre las huellas es de un color azul petróleo, muy distinto al ambiente de la región, y que se depositó sobre todas las pisadas en un solo instante", explica Karen Moreno, de la Universidad Austral de Chile, quien -junto a David Rubilar y Alexander Vargas, de la Sociedad Paleontológica de Chile- estudiaron las Termas del Flaco durante los últimos cinco años.
Gracias a estos trabajos, los investigadores también han detectado la presencia de otras huellas de dinosaurios, que hasta ahora habían pasado inadvertidas para el mundo científico desde que la zona fue estudiada por primera vez en 1969.
Carnívoros ocultos
La principal herramienta que utilizaron los expertos fue la paleoicnología, una disciplina que, a partir de las huellas dejadas por un animal extinto hace milenios, deduce características de su conducta cuando estaba vivo. "Hasta el momento no se habían reconocido dinosaurios carnívoros en esa zona. Sin embargo, pudimos identificar dos tipos distintos de este grupo de animales", cuenta Karen.
Estos animales -conocidos como terópodos- son claramente reconocibles porque dejaban en el suelo pisadas de tres dedos, acompañadas por filudas garras.
En el caso de Termas del Flaco, la mayor de las huellas de terópodo alcanza 60 centímetros de largo: si los humanos hubieran existido por esa época, habrían sido una presa fácil para estos ágiles cazadores.
Otro cambio importante respecto de los primeros trabajos realizados a fines de los '60 es la descripción del paisaje prehistórico de Termas del Flaco.
Antiguamente se creía que esa zona había sido una playa para la época de los dinosaurios, donde desembocaba un río. Sin embargo, las últimas exploraciones y el hallazgo de restos de coral indican que el lugar era más parecido al Caribe, sobre todo a los hermosos arrecifes de las Bahamas.
Lo más llamativo es la conducta de los reptiles. Sus huellas indican que los dinosaurios herbívoros fijaban su centro de acción en el centro de este territorio, mucho más cerca del agua, mientras que los carnívoros se apropiaron de los alrededores. De hecho, sus pisadas son más zigzagueantes y cubren un mayor espacio.
"A partir de lo anterior, uno puede concluir que hoy día existen paisajes similares en Tanzania, en que los elefantes pasan buena parte del tiempo en el agua, las gacelas están un poco más lejos y los leones merodean la periferia a la espera de sus presas", concluye Karen.
Mucho se ha dicho y escrito sobre un fenómeno biogeológico que se da en el corazón de la cordillera andina del Tinguiririca en relación con el río del mismo nombre en el área de las Termas del Flaco.Nos referimos a la existencia de un conjunto de rastros o pisadas (icnitas) fósiles de dinosaurios, constituyendo una pieza de mucho interés científico dentro del estudio de la paleoicnología.
Fueron descubiertas en 1960 por el señor Diego Márquez Márquez, vecino de San Fernando y estudiadas en 1967 por personal especializado del Museo Nacional de Historia Natural a cargo del paleontólogo en vertebrados don Rodolfo Casamiquela y el geólogo Armando Fasola R.

La localidad de Termas del Flaco está situada a 80 km. al este de la ciudad de San Fernando. Esta ciudad se encuentra a su vez a 138 km. al sur de Santiago. Las coordenadas geográficas del lugar son 34° 47' L.S. y 70° 28' L.W., a una elevación aproximada de 1700 m.
La localidad del hallazgo está en una pequeña quebrada que desemboca en la ribera norte del río Tinguiririca. Se identificaron varias rastrilladas pertenecientes a dinosaurios del tipo diplodócidos y pequeños y medianos terópodos las que quedaron impresas en los sedimentos aún frescos del jurásico superior.

Las huellas del Tinguiririca se encuentran en una arenisca calcárea gris oscura de un espesor de 15 cm de 50° W de manteo. Corresponde a la unidad basal de la llamada Formación Baños del Flaco (jurasico superior – titoniano). En el área de los Baños del Flaco los estratos atraviesan el valle del Tinguiririca con rumbo N 10° E e inclinación de 30° a 50° al oeste.

Estudios recientes hechos por la paleoicnóloga chilena Karen Moreno sobre las rastrilladas, nos ha llevado a cambiar la antigua visión de los dinosaurios que caminaron por ahi. Por años se pensó, según los estudios de Casamiquela y Fasola, que los dinosaurios que pisaron el estrato eran Ornitisquios, Iguanodontidos los más grandes y Camptosauridos las mas pequeñas. Pero una investigación mucho mas exhaustiva arrojo resultados sorprendentes como que las huellas mas grandes pertenecían a Diplodócidos, según medidas de espacios entre cada pisada de izquierda y derecha, las proporciones arrojan un animal de caderas angostas, característica que acusó la identidad del dinosaurio.

El estudio completo de este sitio fue publicado en la Revista Geológica de Chile, Vol. 29 Nª 2, editada por el Servicio Nacional de Geología y Minería en diciembre del 2002 bajo el titulo "Huellas de dinosaurios en la formación Baños del Flaco (Titoniano-Jurásico superior), Chile: paleoetología y paleoambiente, Karen Moreno - Mario Pino.





San Fernando
Grupo Patrimonial Instruye a Turistas en Las Huellas de los Dinosaurios

HUELLA DE ANIMALES EXTINGUIDOS
Categoría : Monumento Histórico
Ubicación : Termas del Flaco
Comuna : San Fernando
Región : Del Libertador General Bernardo O`Higgins
Decreto : D.S. 4866 13/07/1967
Importancia del primer Monumento Nacional regional


El grupo de Patrimonio Natural y Cultural del Liceo Neandro Schilling viajó hasta la localidad de Termas del Flaco con el objetivo de difundir material escrito y gráfico que da una explicación de las teorías científicas que sustentan la importancia del primer Monumento Nacional a nivel regional; es decir "Las Huellas de Dinosaurios".
Los alumnos colocaron junto al lugar mismo de las huellas dos carteles, en los cuales se explica las hipótesis sobre su origen, las que fueron leídos por centenares de turistas y deportistas que llegaron hasta el lugar con motivo de la carrera anual "A la Conquista de los Dinosauarios" en su versión N° 4, y servirán además, a todos los que lleguen a visitar este lugar histórico - turístico.
El grupo extraescolar del Liceo Neandro Schilling que asesora el profesor Pedro Marchant Villanueva, también tomó una serie de fotografías de las huellas desde los mismos lugares y ángulos de otras fotografías tomadas a principios de los años 60 por una expedición científico guiada por Diego Márques y organizada por el Museo de Historia Natural de Santiago y que la integraban la Doctora Grette Mogne (directora del Museo) y los paleontólogos argentinos Fasola y Casamiquela especialistas en vertebrados fósiles y paleoicnología (estudio de huellas antiguas). Este estudio dio origen a la primera publicación científica de estas huellas hechas por el departamento de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, el año 1965.
El objetivo de reproducir las mismas tomas, ángulos y horarios según la proyección de la sombra sobre el plano inclinado donde están las huellas, es hacer un estudio comparativo para poder determinar con fundamentos el posible grado de deterioro o daño natural por la acción de la erosión del viento, el agua lluvia, la nieve, o hielo que a lo largo del año deben soportar, como también la acción antrópica (humana) sufrida en estos 40 años de intensas visitas de turistas y estudiosos del tema.
El material didáctico distribuido sobre el tema de las huellas contiene también un llamado a los habitantes y turistas a protegerlos, respetando la ley de monumentos nacionales y además valorarlas, pues constituyen un gran atractivo para el turismo científico./
Las huellas de los Dinosaurios son un monumento histórico, que los alumnos del grupo de Patrimonio Natural y Cultural del Liceo Neandro Schilling quieren ayudar a difundir y proteger.
Los turistas pueden conocer las hipótesis sobre su origen gracias a los carteles que fueron colocados por los alumnos en el lugar.
Estas huellas habrían sido hechas en un plano horizontal, y luego con el levantamiento del terreno a lo largo de millones de años quedó en esta posición.

Enviado el Sábado, 16 diciembre a las 04:39:53 por gety

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