viernes, 21 de septiembre de 2007

Aperos del Huaso Chileno



EL HUASO CHILENO

El Valle de Colchagua, esta situado en el corazón de la zona central de Chile, lugar donde nace la cultura y tradición del campo chileno. Esta región rural, es cuna del Huaso, principal personaje del campo, hombre que viste elegantemente sus trajes y aperos de jinete, de los que destacan su sombrero de paja o paño, junto a su chamanto y espuelas. El segundo mayor deporte practicado en Chile es el Rodeo, el que consiste en que dos Huasos montados en finos caballos Chilenos criollos, atajan a un toro en una medialuna. Junto con su deporte está su música, canto y baile, que consiste en Tonadas y Cuecas, tocadas en guitarras, las que hablan cuentan de sus tradiciones, amores y desventuras. La Cueca es el baile nacional de Chile, Huaso y Mujer bailan imitando el cortejo de un gallo a una gallina.

El origen de la palabra "huaso" tiene muchas teorías, historias, significados y discusiones. Se dice que el término en quechua significa lo rústico, tosco o grosero. Otros dicen que es un palabra tanto quechua como mapuche que quiere decir espalda o ancas, y que de aquí vendría la costumbre de los indígenas de llamar "huaso" a los hombre que veían sobre un caballo.
El huaso con el paso del tiempo se ha llegado a transformar en todo un personaje. Algunos consideran que a quienes se les designa con ese apelativo es el hombre proveniente del campo o el que es atento, de buenos modales, conocedor del mundo campesino. Además se le atribuye una característica en la que muchos concuerdan: la picardía.
Una de las primeras referencias que se tienen del "huaso" aparecen por el siglo XVIII, cuando los cronistas lo mencionan en sus escritos. Ellos se referían al hombre o habitante del campo, que era mestizo y destacaba por su habilidad para montar a caballo, manejar el lazo y vestir poncho (que era un trozo de tela cuadrada con un orificio al centro por donde pasaba la cabeza).
Hay quienes dicen que en la vestimenta del huaso podemos apreciar la unión de las culturas española y mapuche. Por lo tanto, el traje del huaso incorpora una serie de accesorios que eran desconocidos para los nativos americanos. Es más, los mismos españoles incorporaron a sus atuendos un gran número de elementos árabes, quienes vivieron por mucho tiempo en la península Ibérica.


DONDE SE PROSIGUE CON LA HISTORIA DEL HUASO
Como se dice en buen chileno, aquí viene la segunda patita de la vida y obra de nuestro personaje típico. Supondremos aquí que el lector ya tiene una idea algo más clara de quién es en realidad el huaso; en estas líneas nos dedicaremos a dilucidar cuál ha sido su trayectoria durante este siglo que ya se acaba.

RELATO BREVE DE LO QUE HA SIDO DEL HUASO EN ESTE SIGLO
A comienzos del siglo 20, se venía encima la Celebración del Primer Centenario de la Independencia de nuestro país; ésta parece ser la causa de un resurgimiento de nuestra cultura tradicional. Durante medio siglo Chile vivió bajo una fuerte influencia inglesa en cuanto a modos y estilos de vida citadinos se refiere. Un par de años antes de 1910, la prensa santiaguina y porteña comienzan a hacer reportajes de algunas festividades y faenas campesinas, como el rodeo y celebraciones a la Virgen, a las que asistían los connotados de la sociedad de la época, haciéndose fotografiar con atuendos huasos, y simulando una topeadura o una corrida en vaca. Por la misma época, la Municipalidad de Santiago trae al entonces Parque Cousiño un rodeo, presentándolo como un espectáculo digno de verse y en el que se puede conocer el mundo campesino. Por esos años el rodeo se efectuaba desde hacía poco contra una cerca curva (hasta 1890 era recta), y la vestimenta era harto distinta a la que observamos hoy en día, baste ver la fotografía de un capataz de rodeo sin manta ni poncho alguno, algo impensable en la actualidad. En esos años se usaba más la expresión "correr en vaca", que significa correr en compañía, de a dos jinetes; no alude al ganado bovino. De a poco, tras la celebración de los 100 años de Independencia, el huaso y su mundo campesino se van haciendo conocidos en la ciudad, cada vez se ven más rodeos o topeaduras, carreras a la chilena y otros juegos tradicionales. Desde 1920 en adelante se organizan competencias de rodeo en Santiago y otras ciudades, paralelamente, se va perfilando la vestimenta que el huaso usa en estas ocasiones. De esta época son las primeras caricaturas en las que se representa a Chile como un huaso de manta y faja. Un dato interesante y tal vez poco conocido es que la Parada Militar del 19 de Septiembre, no siempre ha contado con la presencia del huaso; es recién en el año 1931 cuando desfilan por primera vez en la Elipse del parque, y como su traje de gala todavía no terminaba de definirse, el aspecto de aquellos orgullosos primerizos era algo irregular. Desde esa fecha en adelante, nunca han faltado los huasos bien pinteados en el parque. Por esta misma época surgen aquellos conjuntos musicales que serían conocidos por varias décadas: Los Cuatro Huasos y Los Huasos Quincheros. Ellos, y otros grupos, jugaron un rol importante en la difusión del mundo y el folklore criollo; fueron quienes implantaron la costumbre de hacer sus presentaciones vestidos con el atuendo de gala del huaso. En los años 30, el traje de gala del huaso ya se había perfilado definitivamente: sombrero tipo cordobés (lo que significa que vino de Córdoba, España), pantalón holgado y generalmente a rayas, chaquetilla corta, zapato de tacón, botas de cuero con flequillo, manta o chamanto; y la infaltable faja roja a la cintura, con flequillos en el lado izquierdo. Este traje es una estilización de la vestimenta de faena y de uso diario del huaso. Si observamos fotografías de la época, notaremos que el traje era sumamente estilizado, la manta o chamanto eran cortísimos (algunos le llaman manta tipo babero), y el sombrero de ala mucho más corta que la de hoy. Esto ocurrió porque el traje lo impusieron los grupos musicales, quienes no necesitaban una vestimenta para una faena o actividad agrícola, sino que más bien representaban a quienes corrían en los rodeos. Curiosamente, los huasos que sí corrían, adoptaron este traje y lo hicieron suyo. A medida que transcurre el siglo, la vestimenta de gala se va puliendo en sus detalles. De a poco el sombrero se va haciendo de ala más ancha, para cubrir la cabeza del sol; la manta o chamanto se alarga, pero no tanto como para impedir el manejo de las riendas; los aperos del caballo (montura, riendas, etc.) se estilizan, son más decorados que los de uso diario. Para la década de 40 se hacían competencias de rodeo en la Exposición Agrícola Ganadera de la Sociedad Nacional de Agricultura, que se llevaba a cabo en noviembre de cada año en la Quinta Normal (esta feria es la antecesora de la FISA). En 1949 se funda la Asociación de Criadores de Caballares, entidad que organizará, de aquí en adelante, un campeonato nacional de rodeo, llamado Champion. Este organismo también reglamentará la vestimenta de los jinetes en competencia. Este hecho es muy importante pues ha contribuido a que el atuendo de gala del huaso no se degenere. De la década del 50 en adelante, el huaso es un personaje que podemos observar más a menudo en las ciudades, gracias a las competencias organizadas en las distintas regiones del país. Las revistas y periódicos dedican reportajes a las actividades en las que el huaso "bien cacharpeado" sale a relucir. En el año 1961 se funda la Federación del Rodeo Chileno, la que desde 1962 reemplaza a la Asociación de Criadores de Caballares en la organización del Campeonato nacional de Rodeo. En este mismo año, el rodeo es declarado nuestro deporte nacional. El reglamento de la federación incluye dictámenes concretos para el vestuario que deben lucir quienes corren en vaca: manta o chamanto con un diseño preciso en cuanto a la cantidad de listas; chaquetilla corta, blanca, negra o gris; faja en la cintura o cinturón de cuero, éste último debe acompañarse de un flequillo tejido en el lado izquierdo; pantalón holgado, jamás un jeans; zapatos de tacón; espuelas; botas de cuero; chupalla o sombrero de paño, con ala de 7 cm.; y otras reglas como que el jinete debe llevar el pelo corto, lo suficiente como para que no tape el cuello de la camisa. En las últimas décadas, el huaso vestido con su mejor pinta se ha ido consolidando como símbolo de nuestro país; en la actualidad lo vemos en grupos difusores del folklore, en fiestas tradicionales, la Parada Militar, celebraciones a la Virgen, el Cuasimodo, y sobre todo en Fiestas Patrias. Si uno quiere observar a los huasos mejor pinteados de la zona central no hay evento más indicado que el Campeonato Nacional de Rodeo, que se lleva a cabo todos los años en Rancagua. Allí se reúnen cada año las mejores colleras, los que participan en la competencia de movimiento a la rienda, y por supuesto asisten los más connotados de la sociedad criolla.
DE LOS HUASOS QUE NO VEMOS EN LA PRENSA
Hasta aquí hemos hablado de los huasos que vemos en la ciudad. Pero es importante recordar al huaso que vive siempre en el campo, al que corre en rodeos de pueblo, al que no corre nunca, a los que son cantores populares, a todos aquellos que viven en pueblos de la zona central de Chile. De ellos casi nunca se habla, pero si queremos conocerlos debemos asistir a aquellas festividades como el 8 de diciembre, en algún pueblo de la cordillera de la costa; o un 16 de julio, día de la Virgen del Carmen. Entonces nos encontraremos con el huaso de campo, ese que disfruta con una "pichanguita" (que para ellos es un rodeo chico, no un partido de fútbol), ese que es devoto de la Virgen y que le hace vigilia, cantando con recogimiento décimas y cuartetas heredadas de los abuelos; el huaso que todavía le canta al angelito, porque no hay mayor consuelo para los padres que decirles que su guagua recién muerta se convirtió en ángel; el huaso que en fiestas como el 18 se divierte cantando y payando con picardía, tomando chicha y bailando una cueca bien zapateada, compitiendo con sus pares en quién levanta más polvo (también escuchan y bailan rancheras y guarachas)... ese huaso que no siempre tiene plata suficiente para comprarse una manta corralera o un chamanto, o las botas con flequillo; el que anda en bicicleta porque no le alcanza para el caballo; el que usa ojotas hechas de neumáticos viejos para trabajar en la tierra; el que se divierte jugando al tejo o con carreras a la chilena a campo traviesa... ese huaso que se ríe de nosotros los citadinos porque no sabemos sobrevivir en el campo. Conocer a estos huasos de campo es encontrarse con la verdaderas raíces de lo que somos los chilenos, pues en ellos todavía está presente la mezcla de mapuches y españoles de la que descendemos... en sus cantos con ritmo indígena, en sus tejidos hechos en telares indígenas o españoles; en las vasijas de greda que aún utilizan en la vida diaria; los canastos que todavía tejen para el acarreo de papas; en las monturas hechas a mano; las riendas trenzadas; los lazos... A quién quiera encontrarse con sus raíces chilenas, le recomiendo que se de una vuelta por los poblados de la zona central, que converse con quienes viven escondidos entre los cerros de alguna de las cordilleras, que observe sus costumbres y que aprenda de su sabiduría simple y bella... esa que los citadinos desconocemos.
Fuente: http://www.zocalo.cl/fonda/huaso2.asp
Trajes típicos de la Zona Centro
La indumentaria huasa debe ser muy cómoda, ya que el huaso pasa gran parte del tiempo montando. Cada una de las piezas tiene una utilidad específica.

VESTIMENTA DE LA ZONA CENTRO DE CHILE




En el rodeo, tanto el huaso como el caballo van vestidos con implementos típicos, que dependen, en gran parte, del gusto del jinete. Él se viste y calza utilizando elementos que pertenecen a la indumentaria huasa.

Hay diferentes "tenidas", por llamarlas de algún modo, que se diferencian claramente una de otra:

- Vestimenta de diario: hoy se han incorporado prendas tales como jeans o casacas, pero no puede faltar la chupalla o sombrero de paño.
- Vestimenta de faena: para el trabajo en el campo, es resistente y cómoda para andar a caballo.
- Vestimenta de lujo: utilizada principalmente en rodeos y fiestas. Los huasos sacan sus mejores prendas.
Camisa a cuadros, chaquetilla corta blanca o negra, pantalón a rayas, zapatos de tacón, faja o cinturón, encima un lujoso poncho o manta
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La mujer en tanto se viste con un sencillo vestido de vivos colores generalmente.

Una de las primeras referencias que se tienen del "huaso" aparecen por el siglo XVIII, cuando los cronistas lo mencionan en sus escritos. Ellos se referían al hombre o habitante del campo, que era mestizo y destacaba por su habilidad para montar a caballo, manejar el lazo y vestir poncho (que era un trozo de tela cuadrada con un orificio al centro por donde pasaba la cabeza).
Hay quienes dicen que en la vestimenta del huaso podemos apreciar la unión de las culturas española y mapuche. Por lo tanto, el traje del huaso incorpora una serie de accesorios que eran desconocidos para los nativos americanos. Es más, los mismos españoles incorporaron a sus atuendos un gran número de elementos árabes, quienes vivieron por mucho tiempo en la península Ibérica.

Indumentaria y aperos
La indumentaria huasa debe ser muy cómoda, ya que el huaso pasa gran parte del tiempo montando. Cada una de las piezas tiene una utilidad específica.

Sombrero: El que se usa es derivado de una mezcla entre el sombrero español y el bonete de Maule
Colchagua: Es de paño o paja y tiene alas rectas, copa redonda y aplastada, muy similar al sombrero cordobés.
Cinta o cordón: El cinto del huaso es angosto y cae al lado izquierdo. Es generalmente negro, gris o beige.
Chaquetilla: Es de paño o algodón, corta y entallada. Algunas llevan solapas, pero cuando no las llevan, el cuello es de tipo militar. Esta prenda tiene la gracia de ser particularmente cómoda para el jinete que puede hacer cualquier movimiento sin que ella le moleste. Como ornamento lleva hileras de botones a la altura de la cintura y en los costados de las mangas.
Faja: Es ancha, de lana roja u otro color fuerte y termina en flecos. Es muy larga de manera que pueda dar varias vueltas a la cintura.
Camisa: Es de algodón blanco y puede ser con o sin cuello.
Zapatos: Son de cuero o cabritilla, de un modelo terminado en punta, cerrados en el empeine y con correas y hebillas. Tienen un tacón firme y alto para que el rodaje de las espuela no toque el suelo. El zapato es elegante y funcional.
Botas: Se le conoce como polaina o piernera. Está hecha de cuero blando que brinda movilidad a la pierna. La bota puede ser larga o corta. De los costados nacen correas que caen hasta la parte superior del zapato.
Manta: Es una de las piezas más hermosas y es la que caracteriza a cada huaso. Consta de un tejido rectangular, de lana o hilo, según sea la región en que se fabrique, y tiene una abertura horizontal, para pasar la cabeza, coronada por un corbatín o rosa a cada extremo de dicha abertura. Generalmente la manta es de doble faz o reversible y suele tener bordados algunos elementos propios de la faena o la zona, como ramos de uvas, herraduras, hojas, copihues...
Montura: Es la silla usada por el huaso para montar. Evolucionó de ser un par de cuerdo de cordero amarrados por medio de una cincha al lomo del caballo, hasta convertirse hoy en una cómoda montura. La montura chilena lleva dos cinchas que se afirman al caballo. Consta de diferentes parte:
Casco: es la estructura de madera que se ubica en el lomo del caballo y al asiento del jinete
Pabellones: son dos cueros de oveja o cordero curtido ubicados en el casco
Cabecilla: es la parte anterior de la montura y que sujeta al jinete
Copa: parte trasera o asiento
Espuelas: Las espuelas están hechas de metal. El jinete las coloca en la parte posterior del pie, sobre el talón. Está formada de:
Un asta: pieza metálica en forma de U. El huaso la coloca en el talón del zapato y va afirmada al pie por una correa que se denomina pial.
Un pihuelo: pieza metálica que sale desde el centro del asta
Una rodaja: circunferencia de puntas concéntricas hechas de acero. Va unida por un pasador al pihuelo, lo que le permite movimiento y giro.
Estribo: El estribo es la pieza por donde el huaso o jinete introduce el pie. Esta fabricado con madera de quillay o naranjo. Los artesanos que se dedican a su elaboración lo adornan con tallados o labrados de flores o rosetones. El estribo va unido a la montura de la que cuelga a través de una correa llamada arcionera.


APEROS DEL HUASO CHILENO




ESTRIBO CHILENO
Es uno de los aperos característicos de los huasos chilenos, de madera tallada, fabricados por artesanos en un solo trozo, preferentemente de quillay o naranjo. Sus adornos son verdaderas creaciones en flores, rosetones, botones labrados, lazos y soles que los hacen un todo armónico agradable a la vista.
Sus orígenes en nuestro país se remontan a la llegada de los conquistadores, quienes los usaban de metal, hierro o plata y, a veces, incluso de oro macizo, como los que Pedro de Valdivia ordeno fundir para atraer a los colonos a la Nueva de Toledo, como entonces se conocía al Reino de Chile.
Su evolución se debió evidentemente a una adaptación al medio geográfico, climático y social de nuestro país, como también a la imaginación de los artesanos criollos que le dieron un fuerte sello campesino. Hoy día, al referirnos a ellos, podemos calificarlos como netamente chilenos y altamente expresivos de nuestra nacionalidad. Actualmente se hacen en pequeños talleres de pueblos cercanos a Chillán, Talca, Colchagua, Curicó, Rancagua y Santiago.
FRENO
El freno junto a la rienda es el elemento que dispone el jinete para gobernar un caballo. Dada su importancia, tanto el huaso como el artesano han buscado a través de los tiempos, hacerlo práctico y eficiente para el caballo, también lucido en su presentación.
Se hace generalmente de hierro o acero con aplicaciones, esto es un trabajo muy antiguo denominado ataujía y que consiste en chapear o adornar el metal con aleaciones blancas que pueden ser de níquel bronce o plata en sus lados externos con dibujos y motivos finos.
La diferencia principal entre la frena y el freno es que este en su construcción lleva una pieza en forma de arco, que, naciendo de los extremos de las palancas, rodea la trompa o labio superior del caballo a la que se denomina pontezuelo.
Eximios artesanos se han hecho famosos por la calidad de sus trabajos, especialmente en la zonas de Malloco, Colchagua y Chillán
ESPUELA
Se describe a la espuela chilena como un instrumento de auxilio indispensable para el huaso en su trabajo de a caballo o para la práctica del rodeo.
Al presionar las rodajas sobre las costillas del caballo, el huaso obtiene que éste se desplace espontáneamente hacia delante o en forma lateral, según sean las necesidades del movimiento.
La espuela se usa sobre un soporte de suela, que descansa en el talón del zapato, conocido como talonera. Dada la elaboración metálica de la espuela generalmente de hierro, acero, níquel o bronce es posible trabajarlas en sistemas de ataujía. Su asta y el pihuelo están adornados como verdaderas obras de arte. Los motivos calados más frecuentes que lucen son frisos ramados, estrellas, rosetas, tréboles, cruces y corazones.
La rodaja es su elemento principal. Hecha de una sola pieza de acero o hierro azul (riel), es templada al agua con el objeto de que produzca un sonido musical al jugar sobre su eje. Lo llamativo de la espuela es el tintineo que emerge de ella en las faenas campesinas o en los rodeos cuando el huaso ‘rodajea’ o da un puyazo a su caballo para comunicarle su intención o ponerlo atento.
El conjunto de elementos que el huaso utiliza para montar a caballo se denomina “apero huaso”. Este importante complemento está conformado por las botas, espuelas, maneas, riendas, lazo, freno y montura.
BOTAS
Su uso protege las piernas, y son insustituibles en las labores agrícolas. Debido a las exigencias del rodeo, se ha llegado a la bota actual; elegante, de cuero negro, de largo hasta más arriba de la rodilla, con rebaje en su parte posterior y correas para asegurarlas.
MANEAS
Elemento de cuero compuesto de dos argollas fijadas con ojal y botón, que sirven para inmovilizar las extremidades anteriores del caballo.
RIENDAS
De cuero torcido o trenzado, finalizan en la chicotera. Nacen del freno y son el elemento con el cual el jinete maneja el caballo.
FRENO
Junto con la rienda, es el elemento que permite al jinete gobernar al caballo. Se introduce en la boca del animal y está hecho de hierro o acero con aplicaciones.
LAZO
Es una larga cuerda de cuero torcido o trenzado, con diferente extensión y grosor, que en sus extremos termina en un botón y en un ojal. Es indispensable en las faenas del campo como lacear, apartar, marcar, inmovilizar y vacunar.
MONTURA
Este elemento ha ido evolucionando con el objeto de alivianarla y evitarle molestias al caballo, sin dejar de ser cómoda y funcional para el jinete. Es un casco de madera liviana con horma metálica que tiene dos lomillos, conocidos como cabecilla delantera y copa trasera. Sobre la horma van capas de cuero, de los cuales penden la cincha, que la asegura en torno al vientre del caballo- y la arción, correa de la cual cuelga el estribo.

LA NUEVA GENERACIÓN DE ARTESANOS


La vestimenta de huaso es parte de las tradiciones del campo y del rodeo, son la chilenidad. No cualquiera la hace. Todo huaso sabe que con los sombreros de Jorge Ábrigo, los zapatos de Mariano Lastra y las espuelas de Mario Santana van a la segura. No por nada, son cientos los corraleros que recorren miles y miles de kilómetros sólo para llegar a sus talleres. Pero no son eternos. Por eso es importante conocer a quienes vienen detrás para mantener la pureza de sus trabajos. Los tres aprendieron de sus padres y ya tienen a los herederos que continuarán con sus oficios: Bernardo Ábrigo, Cristián Lastra y Gustavo Muñoz.

REVISTA DEL CAMPO - JUAN PABLO SALGADO S.



CRISTIÁN LASTRA

Rodeado de cueros

Los Lastra les deben todo a los zapatos de huaso y a las botas corraleras. Hace 38 años, Mariano y su señora, Juanita, comenzaron con el cuento juntos, pero antes, mucho antes, Mariano ya estaba rodeado de cueros.
Aprendió con su padre, pero su espíritu aventurero lo llevó a dejar el alero de su progenitor y lanzarse junto a su esposa. Pero no sólo eso. La gran apuesta de Lastra fue diseñar sus propias botas. En los rodeos no despegaba la vista del piso para mirar los pies de los corraleros. Preguntando y pidiendo consejos llegó a tener su propio modelo, el que hoy caracteriza a esta familia.
"Nunca pensamos que íbamos a ser tan famosos", dice la señora Juanita. Y es tanta la fama que muchas veces han tenido que interrumpir el sueño para atender clientes. Sí, porque todos saben la dirección de su hogar–taller en la calle Valentín Letelier, en Linares, y cada vez que están necesitados de zapatos de huasos o botas corraleras, llaman y tocan el timbre.
"Pasan a cualquier hora, como saben donde estamos nos llaman cuando están afuera y hemos atendido gente a la medianoche y a las tres de la mañana. Pero no nos quejamos. Vivimos de esto y es lo que nos permitió educar a nuestro hijo, que es ingeniero comercial", narra.
Pero el otro hijo, Cristián, terminó el colegio y tomó la posta del oficio de sus padres. "Me interesé desde chico, porque nací con los cueros debajo del hombro", dice el continuador de la dinastía, de 32 años.
A los 20 años, empezó a aprender los primeros trucos. Aunque después de unas temporadas junto a Mariano, ya no necesitó de más consejos.
"Era lógico que se interesara, porque se crió en el taller. Es muy responsable, trabaja bonito y ojalá nunca se aburra, porque cuesta encontrar jóvenes que quieran seguir con lo de nosotros, porque es un trabajo muy rudo y las manos quedan bien feas", explica su madre.
Cristián no se arrepiente de su decisión. "Estoy todo el día en esto y me encanta. Nunca he pensado dedicarme a otra cosa. Además, me entretiene, porque los fines de semana vamos a rodeos, lo que nos permite salir de lo común y conocer mucha gente y ciudades", afirma Cristián.
Sabe de la fama y reconocimiento que tiene su padre. Pero no le da miedo. "No siento presión. Tengo fe en lo que hago, aunque sólo me dedico a los zapatos de huasos; en las botas corraleras no me meto, ahí siguen mis papás".
Su mamá continúa: "Hace solo los zapatos. Mariano es el que dirige el negocio y capta a los clientes, pero va integrando a Cristián, porque al final él va a seguir".
Y el continuador del trabajo tiene ideas claras.
"Trabajamos a pedido y atendemos clientes de todo Chile, por lo que me gustaría industrializar esto un poquito, pero no tanto eso sí, para que no se pierda la artesanía".

GUSTAVO MUÑOZ

Un heredero para Santana


En 1905 empezaron las espuelas Santana. De la mano de Ramón, de quien dicen que era el mejor artesano de la historia en esto. Había que mantener la tradición dentro de la familia, así es que le enseñó a su hijo Mario, quien, a su vez, hizo lo propio con su retoño homónimo.
"En mi familia, los duros de cabeza para el colegio aprendían a hacer espuelas", dice Mario Santana hijo, el creador de las espuelas más reconocidas de Chile, quien empezó a los ocho años, mientras no deja de trabajar en su taller ubicado en la calle El Guanaco.
Pero surgió un problema. Mario Santana no tuvo hijos hombres. Sólo dos mujeres. Se quedaba sin seguidor.
Hasta que, hace unos tres meses, su yerno Gustavo Muñoz, de 26 años, se decidió. "No es al primero al que enseño. Lo he hecho con muchos, pero se aburren o deciden empezar su propio negocio", cuenta.
Su técnica es "embolinarles la perdiz" y de a poco ir instruyendo al discípulo en las técnicas.
Es lo que hace con Gustavo. "Me interesé en esto viendo trabajar a don Mario. Lo que más me gusta es tratar el material", dice el aprendiz.
Pero el camino no es muy fácil. "Es re complicado enseñar. Hay muchas mañas y secretos. Lo elegí a él, porque creo que va a funcionar. Está interesado y pienso que aprenderá de buena manera. Ojalá que no me deje botado", agrega Mario. Su yerno lo interrumpe de inmediato: "No pues, yo voy a seguir". Y sigue el maestro: "No creo que esto se acabe pronto. Además, a mí me queda un par de años y supongo que llegarán nietos".
Santana mira una pizarra blanca. Es como un calendario y en cada día hay anotado un corralero: Ricardo Walker, Alberto Mohr y Francisco Navarro, entre muchos, figuran en la lista. "Este tiempo es impresionante, tenemos muchos pedidos", dice Mario.
Mientras Gustavo acota: "Él me ha dicho que son tres o cuatro años para aprender, así es que me queda mucho".
Es que no es llegar y hacer espuelas. "Nos demoramos una semana en sacar un par, a veces menos. Son muy personalizadas, con todos los detalles que piden los clientes. Al final, las que cuestan 120 mil pesos cumplen el mismo objetivo de las que valen $500 mil; las diferencias están en cosas muy chicas. La gracia es que yo tengo caballos y corro, entonces sé lo que se busca. El huaso tiene que andar cómodo".
Gustavo sólo mira. Es un hombre de pocas palabras y sabe que todavía tiene mucho por recorrer y, lo más difícil, llevar sobre sus hombros el apellido Santana, asociado hace más de cien años a este arte. "No sólo lo tiene que hacer bien, sino que además debe conservar los clientes que tengo", aclara Mario. "Sí sé", asiente Gustavo.



BERNARDO ÁBRIGO


Con los sombreros en la sangre

Cuando se habla de chupallas y de sombreros de huaso, el apellido Ábrigo es el primero que se le viene a la cabeza a la mayoría de los corraleros. Y Jorge Ábrigo lo sabe. Quizás por lo mismo es que desde que nació su hijo Bernardo pensó en continuar la tradición que comenzó su padre Manuel, en 1928, en una antigua casona en la calle Ignacio Carrera Pinto, en Rancagua.
El problema era que la mamá de Bernardo quería que éste dejara las hormas, los planchados y las copas y se decidiera por los libros. Pero él nació entre sombreros. Por eso tras terminar la enseñanza media, optó por probar un año con el oficio del padre. Quería ver cómo andaba y si le gustaba. Si no resultaba, el estudio sería su camino.
"Pensé en una carrera universitaria, pero la artesanía me encantó. Es algo que uno lleva dentro. Haces un producto que sólo tú puedes fabricar, que es de gran calidad, que no es industrializado. En el fondo es una pieza de arte. Y eso es lo que más me motivó a seguir. Mi mamá me trató de convencer, pero le ganaron los sombreros", dice Bernardo, de 34 años.
Con el tiempo, comenzó a conocer a los clientes, relacionándose con grandes personajes del rodeo.
"Yo sé que es el viejo el que la lleva, pero he tenido la suerte de disfrutar del reconocimiento de quienes le compran a él. Al final, uno termina siendo casi amigo de ellos, lo que me gustó mucho. Además, he tenido la suerte de viajar por todo Chile", explica.
Aclara que él y su padre trabajan de manera totalmente distinta. "Siempre me dice que cuando yo empecé, elegí las hormas que usaba mi abuelo. Y a mi papá no le gustan. Aparte, yo hice modelos diferentes, como el indiano, el galés, y él estaba embotellado en el de huaso. Y las copas tampoco son las mismas".
En lo que son iguales es en la calidad.
"Un sombrero confeccionado por nosotros es reconocido, se nota. Sobre todo por los valores, no cualquiera puede trabajar una pieza que vale $110 mil. Lo que ideamos lo proyectamos en un paño o en una chupalla y se transforma en una pieza única, porque son realizados específicamente para cada persona", cuenta.
Y se cree el cuento.
"Me siento parte de las tradiciones y juego un rol importante. Ver cómo nuestros productos recorren Chile y muchas veces el mundo es un privilegio que no tiene cualquiera".
Ábrigo no quiere que esto muera.
'Esto se lleva en la sangre y no me gustaría que se acabara conmigo, porque es de familia. Por algo cuando planché mi primer sombrero mi papá me dijo que lo hacía igual a mi abuelo. Hasta el momento no hay más descendencia, pero ya llegará".
En su casa reconoce tener unos diez modelos. Pero no se los va turnando en los rodeos. Es más, tiene un regalón que no se lo saca. "Es un modelo hecho por mí y para mí: tiene una horma argentina, un ala tipo arriero y un cordón de un indiana".
Bernardo piensa un segundo. Sabe que ha tenido que dejar muchas cosas de lado, porque los rodeos le quitan gran parte de sus fines de semana –"pero en la temporada de invierno me desquito".
Sigue pensando.
Se devuelve en el tiempo y asegura que no podría haber escogido otro camino. Y que ahora tampoco lo haría.
"No me cierro a nada, pero no soy para estar en una oficina encerrado".
Pero la sangre lo tira más. "Es un orgullo llevar la tradición de la familia. Además, ¿me creerías si te digo que, por las vueltas de la vida, volvimos al mismo local en el que el abuelo empezó todo en Ignacio Carrera Pinto? Por algo es".

Juan Pablo Salgado S.

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miércoles, 19 de septiembre de 2007

El rodeo chileno y Ramón Cardemil Moraga

FEDERACIÓN NACIONAL DE HUASOS Y RODEOS DE CHILE

HISTORIA DEL RODEO (Ver sitio)



La historia de nuestro deporte nacional, se remonta al mismo oficial de caballería y Gobernador, don García Hurtado de Mendoza, soldado altamente capacitado en adiestramiento y juegos de destreza.Los dias 24 y 25 de julio, dia del Apóstol Santiago se reunía el ganado disperso por los campos en el lugar que hoy se encuentra la Plaza de Armas de Santiago.En esos encuentros ya se podía advertir una cierta competencia entre los jinetes por demostrar sus destrezas y capacidad de sus cabalgaduras. El objetivo de estos rodeos era cumplir con las faenas propias de la crianza de ganado como lo son entre otras, aparta, marca, castraje, etc.Posteriormente y en cumplimiento de una ordenanza del Cabildo, se hizo obligatorio ese rodeo. Aunque el escenario fue el mismo, la fecha se fijó para el 7 de octubre, día de San Marcos. Más adelante se exigió que la labor de traslado a los diferentes corrales, la hicieran jinetes en caballos extraordinariamente adiestrados.Fue a fines del siglo XVII que el rodeo comenzó a reglamentarse. La pista en que se separaba el ganado tomó la forma rectangular y tenía una longitud de 75 metros. Los jinetes retiraban el ganado de los corrales y en la pista central debían demostrar todas sus habilidades para apartarlo y conducir el suyo sin ayuda de otros jinetes. Toda esta acción estaba reglamentada y los jinetes más diestros fueron objeto de grandes honores.La medialuna se impone en forma definitiva en el año 1860. El corral cambió su forma rectangular dándole paso a la circunferencia que hoy conocemos, la que en su interior posee un apiñadero en donde se encerraban 30 cabezas de ganado y desde el cual cada pareja debía sacar el animal de sus marcas sin más ayuda que su habilidad. Con el tiempo surgieron las quinchas donde debía realizarse la atajada y junto con ello los puntajes premiándose la labor con puntos buenos y malos.En 1927, durante el gobierno de don Carlos Ibáñez Del Campo, se dictó la ley que rige las 'corridas en vaca', quedando el Rodeo Chileno bajo la tutela de la Dirección de Fomento Equino y Remonta del Ejército, institución que hizo obligatorio que en cada rodeo se corrieran dos series exclusivas para reproductores fina sangre chilena, calidad que se determinaba a través de la inscripción de ellos en los registros genealógicos, a cargo de la Sociedad Nacional de Agricultura.CorridasLas corridas tienen distintas series de clasificación. Las series se clasifican según sexo de los animales y son las siguientes: Serie mixta y de criadores, Serie caballos, Serie yeguas, Serie potros y las Series libres. Los ganadores de estas series clasifican a la "Serie Campeones" que se disputan los días domingos y es llamada popularmente "Champion". Esta serie se corre en 4 animales (4 etapas) y en cada animal se van eliminando los peores puntajes siendo también acumulativo el puntaje.Movimiento de la Rienda El Movimiento de la rienda es una disciplina dentro del rodeo, distinta a la corrida de vaca. Es similar a lo que es el adiestramiento dentro de la equitación. En esta prueba caballo y jinete en equilibrio conjunto, son sometidos a distintas pruebas. En ellas, la docilidad y la destreza del caballo sumada la pericia del jinete son los componentes principales de esta prueba que se desarrolla en todos los rodeos. Constituye un número tradicional que siempre figura en las fiestas ecuestres criollas.Durante el movimiento de la rienda se disputan un total de ocho pruebas. A la primera prueba se le llama andares y en ella el binomio debe ralizar marcha, trote, galope y una presentación. Luego se debe realizar la entrada de patas (deteniendo completamente al caballo), la troya (que es un círculo con un mínimo de dos vueltas cada mano), el ocho (galope por un eje de 10 metros en forma de "8"), el volapié (girar el caballo sobre una pata para buscar la vuelta con rapidez hasta salir en dirección contraria por la misma línea de la primera arrancada), las vueltas sobre parado (también llamado "remolino"), montar y desmontar (sin que se mueva el caballo) y finalmente retroceder. Esta última prueba se debe hacer manteniendo uniforme el movimiento, en línea recta y sin que el caballo abra el hocico.



Video Clip de la canción de Mirtha Iturra "Mi Chiquillo Regalón" con las mejores atajadas de Rancagua 2006



Video de la última final nacional de rodeo corrida en Rancagua, Corral Agua de Los Campos; actuales campeones nacionales de rodeo con el récord histórico de puntaje.

La atajada de Graciela Albridi.
En homenaje a Don Ramón Cardemil Moraga quien fue siete veces campeón del rodeo. La obra esta hecha en piedra verde (tunka) mide 4.50 m. de alto, está ubicada en la ciudad de Curicó.


Ramón Cardemil Moraga, Personaje de Leyenda
2007-09-08
(
Ver Revista Caballo y Rodeo)

REVISTA DEL CAMPO DE EL MERCURIO lunes 17 de septiembre de 2007
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RAMÓN CARDEMIL MORAGA
El adiós de un grande
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El sábado 8 de septiembre, a los 90 años, falleció el jinete curicano, elegido el mejor del siglo. Ganador de siete títulos del Campeonato Nacional, y gran criador, "On Ramo" se instaló hace mucho en la historia del deporte huaso. Y ahí seguirá.




JUAN PABLO SALGADO S.
En vida nadie pudo superar el récord de siete títulos nacionales de Ramón Cardemil Moraga en el rodeo. El jinete del siglo, un hombre que se quedará para siempre en la historia del rodeo, murió el sábado 8 de septiembre pasado.Claro porque, en 2002, Juan Carlos Loaiza, haciendo collera con Eduardo Tamayo, ganó su sexto campeonato nacional de rodeo. En ese preciso instante en que se supo que los del Criadero Santa Isabel eran los campeones, el comentario corrió más que rápido: ¿cuánto se demoraría en igualar y superar el récord de "On Ramo".Lo igualó recién este año.Nacido en Ranguilí el 17 de enero de 1917, en ese entonces localidad de la provincia de Curicó, hoy de Colchagua, Ramón Cardemil tuvo que aprender a andar a caballo por obligación: era la única manera de movilizarse por esos tiempos. Pero ni hablar de correr en rodeo. Hasta mucho después. Pero como siempre fue deportista –practicó básquetbol, fútbol, natación y boxeo–, naturalmente llegó a las medialunas y compró su primer ejemplar, "Kaput".Sí hubo una particularidad.Cardemil no fue un corralero precoz como la gran mayoría. Comenzó a correr recién a los 28 años.

Y si bien ya en 1951 pudo haber estado presente en el Nacional, "On Ramo" decidió esperar y ese año asistir sólo como espectador a Rancagua. Sabía que no tenía las mismas armas que los grandes jinetes nacionales, por lo que prefería ir a mirar y aprender. La historia se repitió al año siguiente en Chillán. Teniendo el requisito, el curicano vio el título de René Urzúa y Pedro Lorca sentado. En Los Andes, en 1954, tampoco corrió, por la misma razón. Se estaba guardando.Recién una temporada más tarde se siente con la capacidad de pelearles a los grandes. Por esos años, Cardemil ya había ganado varios rodeos y partió, junto a Ruperto Valderrama en "Sambo" y "Posturita", a Melipilla. El debut fue casi soñado: fueron terceros.

No sería hasta 1962 que llegaría su gran momento y el inició de inscribir su nombre como el más grande.Un gran recuerdo"Se perdió un modelo para todos. Puede irse tranquilo. No lo olvidaremos". Pablo Baraona."Será por siempre un jinete y un huaso inolvidable". Ruperto Valderrama."Fueron quince años y sólo nos faltó ganar el Campeonato Nacional. Fue un ejemplo para todos en el criadero". Alfonso Navarro.

Sus siete títulos

1962

Los Ángeles fue la sede. Varias colleras llegaron como favoritas: los ganadores de 1961, Mora y Lamoliatte; los Romo y los Bustamante. También sonaban Cardemil y Ruperto Valderrama, en "Matucho" y "Manicero". Los Bustamante llegaron igualados en el primer lugar con "Don Rupa" y "On Ramo", quienes lograron ganar.

1963

A Linares llegaron los monarcas con todas las ganas de retener la corona. Sumaban una nueva posibilidad en "Envidia" y "Venganza", las que llegaron a pelear la final y no desentonaron: Cardemil y Valderrama eran bicampeones.

1965

Cardemil siempre recordó el de San Fernando. En el cuarto animal, Mora y Lamoliatte tenían 18, lejos de los 14 de Cardemil y Valderrama. El novillo que les tocó en "Percala" y "Pelotera" era de los que nadie quiere. Pero con maestría, le sacaron seis y llegaron a 20, igualando a Mora y Lamoliatte, que sumaron dos. Luego salieron "Matucho" y "Manicero', completando 22. Una vez más fueron al desempate (con Marmolejo y Martínez): la sangre fría les dio un nuevo campeonato.

1967

Dos años después, el Champion de Chile vuelve a Rancagua. Como ya era tradición, Cardemil y Valderrama animan el cuarto toro en "Percala" y "Pelotera" y "Matucho" y "Manicero". Con 24 puntos, alcanzan el sitial más alto. ¿Lo malo? Las pifias del público, que no estuvo muy de acuerdo con el jurado.

1968

Sabiendo que serían los más observados, Cardemil y Valderrama se prepararon con todo. Sobre "Manicero" y "Trampero", tras el tercer animal, ya estaban arriba con 20. Pero había que asegurar. "Nueve puntos buenos", dijo el secretario. Y sumaron 29, nuevo récord de puntaje.

1973

Ya no estaba 'Don Rupa', pero sí Manuel Fuentes. Y en Rancagua, la cosa estuvo apretada. De la Fuente y García querían retener el título, pero Parot y Fresno encabezaban la planilla. Cardemil y el 'Farolito', en dos parejas de su querido criadero Santa Elba, monopolizan el podio: primeros en "Tabacón" y "Trampero" y terceros en "Burlesca" y "Princesa".

1981

Cardemil le tenía mucho cariño al último título. Sí, porque pasaron muchos años para que volviera a abrazarse y porque, días antes se había quebrado el tobillo derecho. Con yeso y reposo, se suponía que no correría. Pero no les hizo mucho caso a los médicos y se inscribió en 'Bellaco' y 'Rival', dejándoles los otros dos binomios al "Farolito" con su hijo Alberto y su sobrino Claudio. En la final, se emocionó recibiendo el premio al mejor criador del año y el "Rival" fue el sello de raza. Nadie pudo con "On Ramo" y Fuentes: grandes entre los grandes.


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sábado, 8 de septiembre de 2007

Chamanteras de Doñihue ganan Premio a lo Chileno 2007







Chamanteras de Doñihue ganan Premio a lo Chileno
Jueves 30 de Agosto de 2007 13:10 El Mercurio Online SANTIAGO.-

Tras un largo período de votación se decidió galardonar a este reducido grupo de artesanas de la VI Región que recibirán 15 millones de pesos para seguir desarrollando su labor que constituye una tradición fundamental dentro de nuestra cultura nacional.El proceso de selección se había iniciado hace ya algunas semanas, cuando se les solicitó a 1200 personas de diversos ámbitos que eligieran a los candidatos para ser nominados al premio. Los nominados resultaron ser el músico, escritor y gestor cultural Mario Rojas Pérez; el humorista Coco Legrand; el antipoeta Nicanor Parra; las Chamanteras de Doñihue y el Proyecto Bicentenario de Canal 13.Posteriormente se realizó el proceso de votación popular. A través del sitio web, del correo electrónico y los votos recibidos en los buzones Punto Copec adheridos, el público eligió a los tres más populares de entre más de 95.000 preferencias. Aquellos que obtuvieron más preferencias fueron: Coco Legrand, las Chamanteras de Doñihue y el Preoyecto Bicentenario de Canal 13. Finalmente, era el turno del jurado cuya votación terminó eligiendo, por amplia mayoría, a las Chamanteras de Doñihue como las ganadoras. El Premio a lo Chileno ya cuenta con 10 años de antigüedad y tiene como finalidad realzar las expresiones culturales, valores y tradiciones que forman parte de la identidad nacional.

El jurado
Estuvo integrado por 20 personalidades de diversos ámbitos del acontecer nacional: Joaquín Noguera, presidente de Empresas Iansa, Cecilia García Huidobro, vicepresidenta ejecutiva de la Corporación del Patrimonio Cultural de Chile; Felipe Lyon, gerente general de Empresas Iansa; el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba; el presidente de la ANP, Juan Luis Sommers; el rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez; el ex atleta Pablo Squella; el ex seleccionado nacional Iván Zamorano; Diego Peñafiel, jefe de producto de Punto Copec; Jorge Carroza, anticuario; Alejandra Serrano, directora del Centro Cultural Palacio de la Moneda; Benjamín Mackenna, integrante de Los Huasos Quincheros; Luz María Vargas, directora artística de Radio Horizonte; el actor Héctor Noguera ; el artista plástico Gonzalo Cienfuegos: Cristián Norero, gerente general de Radio Horizonte; Marigó Armleder, gerente de marketing de La Tercera; el empresario Félix Bacigalupo; Carlos Cardoen, Premio a lo Chileno 2006, y la periodista de TVN Consuelo Saavedra, quien ofició de presidenta.


Los anteriores ganadores del Premio a lo Chileno han sido:

Carlos Cardoen (2006)
Miguel Gutiérrez y el conjunto infantil “Los Grillitos” (2005)
Vicente Bianchi (2004)
Los Huasos Quincheros (2003)
Tierra Adentro (2002)
Margot Loyola (2001)
Federación de Criadores de Caballos Chilenos (2000)
Federación del Rodeo Chileno (1999)
Comuna de Yerbas Buenas, VII Región (1998)


Chamantos de Doñihue
VI Región, 32 kilómetros al oeste de Rancagua.

Los Huasos Quincheros 1990.


Los Huasos Quincheros Premio a lo Chileno 2003.

La actividad más destacable de esta localidad son los famosos tejidos a telar. Las chamanteras (tejedoras en lana y seda) fabrican los típicos chamantos y mantas que forman parte de la vestimenta de los huasos chilenos.
Las piezas son reversibles: tienen un lado oscuro para usarlo de día y otro claro para la noche. Tejer un chamanto implica un trabajo de tres o cuatro meses, ocho horas al día. Los diseños son originales de estas artesanas y los motivos son flores, hojas de parra, espigas, caballos y otros. La zona de las famosas chamanteras se llama Camarico.
Más que a comprar, este paseo te invita a conocer a las artesanas y sus obras. Los chamantos son caros y muy lentos de tejer. Algunos son usados por las "colleras" de los huasos en los rodeos y otros en ocasiones de "gala". Usualmente se heredan de padres a hijos, en calidad de joyas. Esta artesanía es practicada por mayores de edad que no tienen seguidores en su quehacer, por lo que se teme su desaparición.





Líderes APEC 2004: Vistieron “Chamantos” en la foto oficial de la Cumbre.

S.S. Juan Pablo II en su visita a Chile en 1987, luce un chamanto que le regalaron las artesanas de Doñihue.




PREMIO A LO CHILENO:
Doñihue está de fiesta
Sus chamanteras ganaron el Premio a lo Chileno 2007 por sus elaboradas prendas textiles.

Falta un poco para mediodía y el sol pega fuerte en Doñihue. Por sus calles pavimentadas y las que aún son de tierra transitan pocos autos y la gente en su mayoría circula a pie o en bicicleta, aunque también se dejan ver algunos huasos a caballo y una carretela que ofrece pan, mientras avanza al trote de la yegua.De no ser por una población nueva de viviendas pequeñísimas, el lugar daría para ambientar una película de época, por toda la gracia de su pintoresco caserío rural, los letreros pintados a mano de los negocios y, sobre todo, por la calma reinante.Por las calles el aire primaveral anuncia el Dieciocho y es fácil imaginarse que allí las Fiestas Patrias se festejan en grande aunque, como cuentan las chamanteras, la plata es poca y se gana principalmente con pololitos durante el año trabajando campos ajenos y cosechando fruta en verano, el único trabajo seguro para hombres y mujeres.Muchas casas centenarias resisten con sus muros de adobe serpenteantes, a orillas de la calle. En algunas de ellas, casi a escondidas, tejen las artesanas que han hecho famosa a esta localidad emplazada al surponiente de Rancagua, separada por apenas 22 km de la capital regional. Su minuto de popularidad máxima lo tuvieron cuando los presidentes que participaron en la APEC se lucieron con sus chamantos en la foto oficial del foro de los países del Asia Pacífico, realizado en Santiago el 2004. Esa vez sólo fueron ocho las elegidas para tejerlos, en cambio ahora el triunfo es mayor porque el Premio a lo chileno 2007 recae sobre todas. Compitieron con el músico, escritor y gestor cultural Mario Rojas Pérez; el humorista Coco Legrand; el antipoeta Nicanor Parra; y el Proyecto Bicentenario de Canal 13, pero la calidad de su producción y la lucha por mantener un oficio que ha ido mermando con el tiempo, se impuso en la votación del jurado.La veintena de mujeres se afana muchas horas al día en el telar para sacar las "labores", como ellas mismas llaman a los coloridos diseños de chamantos, fajas y cinturones. Entre sus dibujos preferidos cuentan pajaritos, espigas, frutas, flores, copihues, hojas de parra, y otros elementos cotidianos que tuvieron la gracia de desplazar la iconografía de los primeros tejidos que se conocen, los que recreaban tapicerías europeas de los siglos XVIII y XIX.La mayoría de las artesanas aprendió a tejer en el telar mirando a sus madres y abuelas, y a pesar de que se desenvuelven con toda naturalidad manejando hasta cuatro mil hebras para hacer un chamanto, es poco lo que saben del origen de sus creaciones. En realidad no es demasiado lo que se conoce a ciencia cierta sobre esta prenda fundamental en el traje de huaso. Se supone que se originó de los tejidos que usaban los mapuches en esas tierras, y que los españoles que allí recibieron encomiendas adaptaron para celebrar las fiestas.En los telares doñihuanos también se hacen mantas, tejidos listados y sueltos, sin "labor", y por lo mismo más sencillos de hacer que los chamantos. Pero son agotadores, según explica Elsa Blanco "porque hay que ir tejiéndolos rapidito y se cansan más los brazos. A mí me gusta hacer chamantos". Siguiendo el estilo de sus coterráneas, se niega a declarar su edad, pero no tiene problemas en decir que adoptó este oficio a los 16 años. "En esos tiempos había mucha gente que tejía, y uno fue aprendiendo; si esto se aprende muchas veces sólo con mirar...y algunas veces no se logra nunca... Empecé tejiendo huinchas, después mantas, y como a los 40 años hice mi primer chamanto porque es muy difícil", sostiene.Ella le traspasó el legado a sus hijas, María Ester e Italia Cantillana, dos chamanteras netas que de chicas le ayudaban a su mamá a ovillar los hilos que vienen en conos y a hacer el paleteo. Ellas se demoran unos tres meses en hacer un chamanto, pero si trabajan juntas sólo un mes y medio. Acá se acostumbra a que quien teje el grueso de la obra pida ayuda para la huincha y así ir más rápido. El encargo se lo hacen a las "tejedoras", quienes avanzan en el diseño ya urdido por la chamantera.Elsa vive en la calle Miraflores, un poco más abajo que Julia Segovia, hija de la artesana que hizo el primer chamanto que regalaron a Juan Pablo II en tiempos que ni se soñaba su visita a Chile. La foto del pontífice usando el textil que se hizo en su casa adorna el living, y al lado está el retrato de su madre, quien fue amiga personal de Margot Loyola. Para Julia, que es una enamorada de su trabajo, "no hay chamanto ni manta fea", pero la tienen desencantada las ventas tan esporádicas y, todavía más, que no se aprecie su esfuerzo como corresponde. "Yo le digo a la gente: pero si esto lo hago yo, no es chino".El valor de un chamanto bordea el millón de pesos y el de una manta la mitad. Pero el costo de producción se ha encarecido porque el hilo especial que les hacía Cadena deben traerlo de Brasil, desde que la fábrica se trasladó a ese país."Mantas y chamantos", anuncia otro letrero por la calle Miraflores. Es el taller de Julia Peralta, quien hizo y entregó el regalo de Doñihue a Juan Pablo II el 2 de abril de 1987. "No se puede explicar lo que se siente", dice la artesana que fue elegida para confeccionar un chamanto por su condición de catequista. También le encanta hacer estolas para los sacerdotes, pero sobre todo tejer. "No me molesta instalarme por horas, pero si tengo que barrer el patio, limpiar mi casa o cocinar, me duele la espalda", confiesa riéndose. Y sus colegas, reunidas más tarde en la casa de Lucy Césped –donde se decretó que el premio es para todas las tejedoras que se "desenvuelven bien en el telar"–, concuerdan en que estar esforzándose en labores ajenas al tejido es simplemente "perder el tiempo".Allí también se declaran felices con el premio: "Es un reconocimiento que en mis 50 años de chamantera nunca había tenido", señala la anfitriona; "es un regalo de Dios", para Nelly Beltrán; y un premio a la tradición para Cecilia Calderón, "éste es un trabajo muy sacrificado, tengo toda mi juventud en el telar", dice. Mientras algunas muestran sus creaciones, no olvidan advertir que su oficio se va perdiendo y que las generaciones nuevas no encuentran el aliciente para dedicarle una vida. Además, tampoco es fácil aprender. En un curso que impartió Nelly hace tres años a 15 personas, sólo una siguió sus pasos. Es que como dicen acá, esto se hereda. Mirando a Lorena Calderón, una joven artesana que le ayuda a tejer a varias, Julia Peralta no escatima en echarle flores: "A ella le gusta harto el trabajo y es rápida. Pero para que le sea tan fácil debe tener ancestros chamanteros". Lorena asiente con una sonrisa.

V/D Soledad Villagrán Varela./ Fotografías, Homero Monsalves

(Ver video Canal 13)

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lunes, 3 de septiembre de 2007

Litueche antiguamente Rosario de Lo Solís





Fuente: www.litueche.cl/

HISTORIA
La ley de municipalidades del 22 de diciembre de 1891, creó la mayoría de las comunas del país. A partir de esa fecha la subdelegación dieciséis “El Rosario”, formó parte de la comuna de La Estrella.
Desde la instalación de la comuna de La Estrella, en 1984, tuvieron en ella, una destacada participación los vecinos de mayor importancia de la subdelegación de El Rosario, toda vez que la actividad política era regida por los propietarios que pagaban mayores contribuciones, función que le era ineludible.
Entre dichos vecinos figuraban los señores: Fidel Acuña Donoso, Martín Castro Orellana, Juan Bautista Díaz Ponce, Arturo Díaz Lisboa, Francisco Fernández Bernales, José Miguel Fuenzalida, Olegario Lisboa y Benito Lisboa Cáceres. Ellos ocuparon los cargos de Alcalde y Regidores y el último de los mencionados, como secretario, tesorero y oficial civil. Todos ellos realizaron una fecunda labor en la etapa de formación de la Comuna de La Estrella.
Estos prohombres, con su experiencia y responsabilidad asumieron el legítimo deber de gestar su independencia de la jurisdicción de La Estrella, por lo tanto, hicieron denodados esfuerzos para segregar la Subdelegación Dieciséis, patrocinando un proyecto que fue dirigido al Ejecutivo, quién poseía la facultad de crear o suprimir las comunas del país.
Destacan como impulsores de esta iniciativa, don Martín Castro Orellana, el mayor contribuyente de la subdelegación, don Benito Lisboa Cáceres, activo secretario y coordinador y doña Fortunata Oyarzún Gainza viuda de Riveros, quien estaba relacionada social y políticamente con importantes personeros del gobierno de entonces.
La culminación de este proceso, se produce a fines de 1908 y comienzos del 1909, ocasión en que corresponde actuar como Ministro del Interior a un distinguido hombre público Colchagüino, el doctor Eduardo Charme Fernández quien acoge y apoya decisivamente la iniciativa de los vecinos de El Rosario.
El 20 de febrero de 1909, se obtiene mediante el Decreto Supremo N° 419, publicado en el Diario Oficial el 26 de Febrero del mismo año, la creación de la nueva comuna El Rosario. Gracias a este instrumento legal se dio comienzo a una nueva etapa en la cual la comunidad de El Rosario asume el derecho a regir su propio destino, deber al que los vecinos se abocaron inmediatamente.
De acuerdo a la Ley de Elecciones de la República y la Ley de Organización y Atribuciones de las municipalidades vigentes en 1909, se colocó en marcha la comuna, el mismo año de su creación.
Los miembros de la Junta Electoral, formada por los siete mayores contribuyentes de la subdelegación, se reunieron en la casa de Martín Castro Orellana, en la hacienda de Santa Mónica, para formar el Registro de Electores. Se podían inscribir en el, todos los chilenos con veintiún años cumplidos, que supieran leer, escribir y que tuvieran residencia en la subdelegación.
Los candidatos a municipales, generalmente se encuentran dentro de los mismos nombres de los propietarios que pagan mayores contribuciones o sus colaboradores más cercanos. Quienes estaban inhabilitados para asumir tales cargos eran: los empleados públicos, los parientes consanguíneos, quienes no cumplieran con la ley de reclutamiento militar, entre otros.
Los municipales electros por los 159 votantes de la comuna, de acuerdo con el acta original de escrutinio general de la elección, se reunieron para realizar la primera Junta Preparatoria; ésta fue presidida por el ministro de fe señor Juan de Dios Vial López, su objetivo era formar una Comisión Calificadora de los poderes de los electos y pronunciarse sobre las posibles exclusiones.
El domingo 2 de mayo de 1909, a la una de la tarde se constituía en sesión por primera vez a la I. Municipalidad de El Rosario.
Todos los electos juraron observar la constitución y las Leyes, luego se dio lectura al acta de escrutinios y al informe de la comisión preparatoria. Por voto de mayoría se resolvió excluir a los regidores: Juan Riveros O. y Luis Echeverría L., por incumplimiento de la ley de reclutas.
Don Martín Castro Orellana, fue elegido primer alcalde, don Ambrosio Rosales Vidal, Aníbal José Rubio Lira, para segundo y tercer alcaldes respectivamente, luego se votó el orden de los restantes regidores.
Se propuso la terna para elegir secretario y tesorero, puesto que recaería en el señor Juan Antonio Castro Hidalgo.
Se fijó el calendario de sesiones ordinarias, las que se llevarán a cabo el primer y tercer domingo de cada mes a las 14.30 horas. Se facultó al primer alcalde para tomar en arriendo un local para sesionar y oto para la policía.
Se cierra la sesión.
La reclamación interpuesta por los regidores excluidos, señores Riveros y Echeverría, fallada por el Tribunal Calificador de Elecciones a su favor, dio lugar a una nueva constitución del municipio. Estando enfermo de cuidado don Martín Castro O., propuso para el cargo de Primer Alcalde a don Ambrosio Rosales V., quien fue elegido y don Manuel J, Solís L. y don Aníbal J. Rubio L., para segundo y tercer alcaldes, respectivamente. Esta composición será en definitiva la que ejerció en propiedad el gobierno comunal durante el primer periodo.

OBRA DEL PRIMER MUNICIPIO
Algunas de las tareas propias que le correspondió realizar al primer municipio, fueron: procurarse un inmueble donde sesionar, elaborar el presupuesto comunal, avaluar los bienes raíces, calificar las patentes, dotar de policías, reglamentar la construcción de viviendas y crear escuelas, velas por el aseo y el ornato, etc.
Una de las primeras mediadas fue nombrar una comisión para efectuar el traspaso de fondos de los haberes pertenecientes a la Subdelegación 16 y que habían sido recaudados por la Tesorería de La Estrella. Integraron dicha comisión: el primer alcalde señor Ambrosio Rosales Vidal, don Luis Antonio Echeverría Lisboa y don Juan Generoso Riveros Oyarzún, tercer y cuarto regidores de El Rosario.
Por su parte la comisión formada por La Estrella la componen el señor Maximiliano Maturana y Pedro José González, primer y segundo alcalde y el sexto regidor señor Manuel Machuca.
Le correspondió a la comuna de El Rosario una suma que ascendió $ 550,43 que se cancelan en efectivo a don Ambrosio Rosales V. Esta entrega se verificó el 26 de noviembre de 1909.
Le cupo, además, a las autoridades de esta municipalidad, una activa participación en una campaña destinada a lograr la proyección del ramal ferroviario que nace en Pelequén, llegando entonces a Peumo, hasta un punto de la costa entre Topocalma y Matanzas. Logrando de los hacendados de la zona, su disposición a ceder los terrenos necesarios al gobierno, por donde debía pasar el tendido de la línea y para establecer las correspondientes estaciones.
Está demás, señalar las fundadas razones de la naciente municipalidad para propiciar, junto a sus congéneres de La Estrella y Matanzas esta laudable iniciativa, la que en definitiva no cristalizaría manteniéndola a la zaga del progreso por tantos años.
Otra de las tareas de este municipio fue la d elaborar el programa de actividades de la celebración del primer centenario de la emancipación nacional, creando una comisión para dicho propósito.

Dependencia Administrativa del Rosario
Desde las primeras décadas de la República, el Distrito Dos de El Rosario pertenece a la novena subdelegación de Navidad, provincia de Colchagua.
En 1867 es reformulado el territorio y jurisdicción de la provincia de Colchagua, aprobando el Ejecutivo la división propuesta por su Intendente, el señor Martiniano Urriola. El 14 de agosto se crea la Subdelegación Dieciséis El Rosario, con los distritos: 1 El Rosario, 2 Pulín y 3 Cartagena.
En 1891, con la nueva ley de municipalidades se crean la mayoría de las comunas autónomas del país la Subdelegación Dieciséis, como queda dicho, forma parte de la comuna de La Estrella. Esta situación rige hasta 1909 cuando se crea la comuna de El Rosario con el territorio de la subdelegación dieciséis.
En 1927 es anexada a El Rosario, la subdelegación quince navidad, la que formada la comuna de Matanzas. Posteriormente, ésta es segregada de El Rosario, en 1936, creándose con ella la comuna de Navidad.
Desde entonces la comuna de El Rosario mantendrá sus límites y jurisdicción territorial sin alteraciones, hasta 1979. Este año en virtud de la puesta en marcha de un proceso de regionalización y reformulación comunal, se reestructuró la comuna de El Rosario bajo el nuevo nombre de Litueche y con un nuevo diseño territorial, que abarca una superficie de 611.5 kilómetros cuadrados, duplicando su primitiva extensión (308.8 km2).
Incluye el nuevo territorio una franja costera (antes era una comuna mediterránea) y la central hidroeléctrica de Rapel. Además, se ha sumado una cantidad mayor de habitantes, de 3.420; se asciende a 5.140 habitantes.
Con estos nuevos elementos y recursos, se ha abierto mayores posibilidades de desarrollo y crecimiento, situando a la comuna hoy, como una de las de mayor importancia dentro de la nueva provincia Cardenal Caro.

EL TOPÓNIMO EL ROSARIO EN EL PAIS
Dentro del proceso de reformulación comunal, esta adquiere una nueva denominación. Su nombre hoy es Litueche, (nombre propuesto a CONARA en 1975, por el Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueología de la U. de Chile), topónimo de origen mapuche cuyo significado etimológico es: “hombres de tierras blancas”, dado que uno de sus recursos naturales más abundantes y característicos es el mineral no metálico de color blanco llamado Caolín.
Dicho cambio provocó en un principio algunas controversias las que se aquietaron posteriormente con la adaptación paulatina de los vecinos a la nueva realidad.
Basta recordar, que del mismo modo que la dependencia administrativa de El Rosario ha ido cambiando con dinamismo, el topónimo usado para distinguir el territorio ha experimentado varios cambios a través de los años.
El historiador señor Régulo Valenzuela Matte, en su estudio sobre “La Doctrina de Rapel en el reino de Chile” (Revista de Estudios Históricos N° 28, año 1984), señala que, el nombre aborigen que recibían las tierras en donde hoy se encuentra el pueblo de Litueche es, “Pucalán”.
Así era denominado el lugar por: Topocalma, Palloquililica, Guablauquen, Arcanabal, Arongomilla, Quilchongare, Alongomoro y los demás caciques y subjetos que poblaban los lugares aledaños cuando llegaron los conquistadores españoles.
Esta voz tendría al menos, dos acepciones de Pu=plural y calán=brotes, significaría renuevos. Y de Puquio=pozo y lan=muerte, cuyo significado sería pozo de la muerte.
A comienzos de siglo XVII el Gobernador, al otorgar mercedes de tierras a los conquistadores en esta zona, favoreció con las tierras de Pucalán al Capitán Lorenzo Núñez de Silva, quien estableció su estancia en la posesión y levantó una capilla donde fue trasladado más tarde el asiento de la Parroquia de los Indios de Rapel.
La capilla se llamaba, San Lorenzo de Pucalán. Después esta cambiaría de advocación por la de “Nuestra Señora del Rosario” pasando a llamarse Capilla del Rosario de Pucalán, entonces corre el año 1750.
Más tarde se restringe el uso del nombre Pucalán, llamándose solo como Parroquia de El Rosario.
A Todo esto, el asiento de la parroquia nacida en Rapel ha estado situado en el pueblo de Rapel, en Pucalán y/o Rosario y en La Estrella.

Debido a la existencia de alrededor de 40 lugares con idéntica denominación a lo largo del país, los habitantes de El Rosario experimentaron innumerables dificultades; como la disputa permanente con otras localidades por los servicios y obras destinadas a ésta. Por ejemplo a raíz de la creación de la oficina telegráfica en 1907, la comunicación del director general de telégrafos señor Guillermo Porton, al ministro de Interior, es elocuente: “la igualdad de nombre ha hecho incurrir a la Ilustre Municipalidad de Requinta a un pequeño error, al creer que la oficina telegráfica de El Rosario debe instalarse en la estación de este nombre a ocho kilómetros al sur de Requinta y 7 kilómetros al norte de Rengo”.
La oportuna reacción de las autoridades evitó que se consumara la instalación de la mencionada oficina en la estación de FF.CC.
Por otra parte, en cuanto a la recepción postal, desde la creación de la estafeta, es cosa frecuente el extravío de la correspondencia, la que llegaba con mucho atraso luego de deambular por todo el territorio.
Por ello los remitentes de modo espontáneo, le agregaron el apelativo Lo Solís al lugar de destino de sus cartas, puesto que desde la creación de la estafeta de El Rosario en 1872, este servicio fue atendido por miembros de la familia de este apellido. Algunos de ellos: Clemente Solís, José María Solís, Antonia Lisboa de Solís, Rosario Solís.

Por esta razón, en septiembre de 1905, mediante decreto, se procedió a cambiar la denominación de la oficina de la agencia postal de El Rosario, por el de Lo Solís.

Cabe señalar, que la oficina telegráfica servida por el telegrafista de planta, señor Adrián Solís Lisboa fue desde su creación por ley, en 1904 y hasta la unificación de los servicios de Correos y telégrafos, llamada sólo El Rosario, única de esta denominación en todo el país y por tanto jamás llamó a confusión como punto de destino.

En virtud del cambio de denominación antes señalado, el uso corriente del apelativo se extendió indolentemente a otros servicios e instituciones, transformándose en el nombre del lugar antonomasia y en detrimento del propio, hasta perder su identidad.

Esta grave distorsión es la que pretende corregir el topónimo de Litueche que hoy ostenta.

Cambio nombre comuna
Dentro del proceso de reformulación comunal, esta adquiere una nueva denominación. Su nombre hoy es Litueche, (nombre propuesto a CONARA en 1975, por el Departamento de Ciencias Antropológicas y Arqueología de la U. de Chile), topónimo de origen mapuche cuyo significado etimológico es: “hombres de tierras blancas”, dado que uno de sus recursos naturales más abundantes y característicos es el mineral no metálico de color blanco llamado Caolín.
Dicho cambio provocó en un principio algunas controversias las que se aquietaron posteriormente con la adaptación paulatina de los vecinos a la nueva realidad.
Basta recordar, que del mismo modo que la dependencia administrativa de El Rosario ha ido cambiando con dinamismo, el topónimo usado para distinguir el territorio ha experimentado varios cambios a través de los años.
El historiador señor Régulo Valenzuela Matte, en su estudio sobre “La Doctrina de Rapel en el reino de Chile” (Revista de Estudios Históricos N° 28, año 1984), señala que, el nombre aborigen que recibían las tierras en donde hoy se encuentra el pueblo de Litueche es, “Pucalán”.
Así era denominado el lugar por: Topocalma, Palloquililica, Guablauquen, Arcanabal, Arongomilla, Quilchongare, Alongomoro y los demás caciques y subjetos que poblaban los lugares aledaños cuando llegaron los conquistadores españoles.
Esta voz tendría al menos, dos acepciones de Pu=plural y calán=brotes, significaría renuevos. Y de Puquio=pozo y lan=muerte, cuyo significado sería pozo de la muerte.
A comienzos de siglo XVII el Gobernador, al otorgar mercedes de tierras a los conquistadores en esta zona, favoreció con las tierras de Pucalán al Capitán Lorenzo Núñez de Silva, quien estableció su estancia en la posesión y levantó una capilla donde fue trasladado más tarde el asiento de la Parroquia de los Indios de Rapel.
La capilla se llamaba, San Lorenzo de Pucalán. Después esta cambiaría de advocación por la de “Nuestra Señora del Rosario” pasando a llamarse Capilla del Rosario de Pucalán, entonces corre el año 1750.
Más tarde se restringe el uso del nombre Pucalán, llamándose solo como Parroquia de El Rosario.
A Todo esto, el asiento de la parroquia nacida en Rapel ha estado situado en el pueblo de Rapel, en Pucalán y/o Rosario y en La Estrella.


DECANATO CARDENAL CARO
PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
Fundada en 1585.Casilla 31, Litueche. Fono 851064
Párroco: Pbro. Jorge Iván Rojas Soto
Secretaria: Sonia Lisboa Romero

Datos históricos
Capillas: Comunidad Manquehua- Comunidad Villa Manantiales- Comunidad MatancillaComunidad Caserío Talca- Comunidad Ranquilcó- Comunidad Paso del Soldado- Comunidad La Villa- Comunidad Lo Cartagena- Comunidad El Valle- Comunidad El Cuzco


LITUECHE

Antiguamente se llamaba Rosario de Lo Solis, porque aquí se venera la virgen del Rosario y lo Solis por pertenecer a un comendero de ese apellido. Actualmente su territorio comunal ocupa la margen oeste del lago Rapel y en la costa del Océano Pacifico está el faro de Topocalma que guía la navegación y donde fue capturado el 2 de Octubre de 1821 el renegado Vicente Benavides que sostuvo la terrible Guerra a Muerte a favor de los realistas ( siendo chileno) y se hacia llamar “Representante de la cuarta parte del universo” en alusión al poderío español.En 1980 se le cambió el nombre a Rosario Lo Solis por “Litueche” en homenaje al Cacique del lugar.Su limite comunal al norte Navidad y San Pedro, al sur Pichilemu y Marchigue, al sur este La Estrella y al oeste el Océano Pacífico.


NOTA SOBRE JOSÉ ANTONIO LOPEZ DE LISBOA Y VICENTE BENAVIDES

Don José Antonio López de Lisboa era a fines de enero de 1822 propietario de tierras en Rosario (hoy Litueche) y también se desempeñaba como Juez de Partido o Subdelegación.

Por esa fecha, el guerrillero chileno – realista Vicente Benavides huía derrotado en una lancha hacia el Perú y para aprovisionarse de agua se vio obligado a recalar en la caleta de Topocalma, cercana a Rosario.

Delatada su presencia fue apresado, trabándose una disputa de competencia sobre su custodia entre el Juez de Partido López de Lisboa y el Juez de Playa don Tomás Caroca,. Prevaleció el primero de éstos que contaba con la fuerza pública, trasladándose el prisionero a Rosario, seguramente a las casas familiares de los Lisboa. El 3 de febrero se le envió a Santiago, donde fue enjuiciado y condenado a muerte y ejecutado en la horca el 23 del mismo mes.
Datos contenidos en la obra La Guerra a Muerte del historiador Benjamín Vicuña Mackenna (1868), Editorial Francisco de Aguirre, 3ª Edición 1973, páginas 573 – 588, Santiago de Chile.

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De acuerdo a la tradición familiar en Rosario, Benavides fue sometido a una pena de azotes, posiblemente ordenada por el Juez Lisboa, ya que el prisionero era universalmente odiado por las traiciones y desmanes que había cometido en el sur de Chile.

Mi madre, doña Rosario Lisboa, me contó que cuando era pequeña su padre José Ramón Lisboa, le había mostrado en Rosario un viejo tronco de espino “donde su abuelo (don José Antonio) había hecho azotar a Benavides”
(Datos de Narciso Contreras Lisboa)



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